Garfield, 40 a?os despu¨¦s: historia del gato nihilista que hizo millonario al hijo de unos granjeros
Jim Davis creci¨® sufriendo asma en una granja y es hoy un hombre multimillonario con un imperio de 'merchandising'. ?Qu¨¦ sucedi¨® entre ambos momentos? Dibuj¨® un gato.
Si Jim Davis (Indiana, EE. UU., 1945) no termin¨® siendo un granjero como su padre fue gracias a sufrir asma cuando era un ni?o. Los frecuentes ataques respiratorios lo manten¨ªan dentro de su casa en el pueblo de Marion, de menos de 3.000 habitantes. ¡°La televisi¨®n no estaba en todas las casas en los a?os cincuenta¡±, cont¨® Davis en una entrevista a la web American Profile. ¡°As¨ª que mi madre me daba un papel y un l¨¢piz para que estuviese entretenido¡±. Un ni?o que se hab¨ªa criado en el campo se puso a dibujar, claro, caballos, gallinas y vacas. Tambi¨¦n gatos. Hab¨ªa much¨ªsimos gatos salvajes alrededor de su casa. Seg¨²n recordar¨ªa despu¨¦s, llegaron a convivir 25 a la vez en la granja.
Cuatro editoriales y peri¨®dicos rechazaron la propuesta de Davis. Los cuatro le dieron a Davis el mismo consejo: que se centrase en el gato, que era lo realmente divertido, y restase protagonismo a su due?o, Jon
El asma no era lo ¨²nico que afectaba la vida del joven Jim. Esa enfermedad respiratoria lo manten¨ªa aislado f¨ªsicamente, pero su tartamudez lo manten¨ªa aislado socialmente. Asist¨ªa a una peque?a escuela en su pueblo con solo tres clases. Una profesora, Nellie, lo ayud¨® a superar su tartamudez. ¡°Me pon¨ªa las manos en la garganta y me dec¨ªa: ¡®Las palabras est¨¢n ah¨ª, solo tienes que dejarlas salir, una a una. Me ense?¨® a pronunciar primero todo en mi cabeza, a hablar despacio, y sigo esa lecci¨®n actualmente¡±.?
Cuando lleg¨® al instituto, Jim hab¨ªa superado su asma y en gran parte su tartamudez, pero segu¨ªa siendo un chico d¨¦bil y flaco (recuerda que pesaba unos 45 kilos). ¡°Y a¨²n as¨ª me dejaron jugar al f¨²tbol durante los cuatro a?os que dur¨® el bachillerato. Esa es la belleza de una escuela peque?a de pueblo, ?puedes hacer tantas cosas!¡±. Posteriormente, Jim estudi¨® artes en la Ball State University. A finales de los a?os sesenta se gradu¨®. All¨ª, por cierto, coincidi¨® con otro compa?ero de clase que tambi¨¦n se convertir¨ªa en una leyenda de otro campo: el presentador de televisi¨®n David Letterman.
Tras dejar la Universidad y reci¨¦n comenzada la d¨¦cada de los setenta, Jim comenz¨® a trabajar para Tom K. Ryan, un dibujante que ten¨ªa su propia tira c¨®mica de ¨¦xito desde 1965 (Tumbleweeds). Trabajando a su lado, tuvo una idea para crear su propia tira c¨®mica: Gnorm Gnat, un juego de palabras que se podr¨ªa traducir como ¡®El Mosquito Norm¡¯. Contaba las andanzas de un grupo de insectos. Envi¨® las tiras a cientos de peri¨®dicos y editoriales, pero todos lo rechazaron sin excepci¨®n. Solo un editor acompa?¨® el rechazo con un halago y un consejo: ¡°Tus historias son magn¨ªficas, ?pero insectos? ?Nadie se puede identificar con un insecto!¡±. Como contar¨ªa a?os despu¨¦s al peri¨®dico brit¨¢nico The Guardian, Davis ech¨® entonces un vistazo a los principales peri¨®dicos y sus tiras c¨®micas. ¡°Vi muchos perros, pero ni un solo gato. Entonces pens¨¦: ¡®Oye¡¡±. En una entrevista concedida a la web oficial de Garfield, el dibujante a?adi¨®: ¡°Decid¨ª tirar de mi experiencia con gatos cuando era un ni?o y empec¨¦ a hacer garabatos¡±.
Hab¨ªa nacido Garfield ¨Cbautizado en honor de su abuelo, James A. Garfield¨C, una historieta sobre la curiosa relaci¨®n entre Jon, un dibujante con pocas habilidades sociales, y Garfield, su gato gordo y vago.?Cuatro editoriales y peri¨®dicos rechazaron la propuesta de Davis. Los cuatro le dieron a Davis el mismo consejo: que se centrase en el gato, que era lo realmente divertido, y restase protagonismo a su due?o, Jon. Dicho y hecho. United Media, empresa ya extinta que sindicaba columnas y tiras c¨®micas para decenas de peri¨®dicos en Estados Unidos, compr¨® a Davis la idea de Garfield. El 19 de junio de 1978, la primera tira de Garfield apareci¨® en 41 peri¨®dicos. Con un sueldo rid¨ªculo y todav¨ªa siendo una promesa, dej¨® el trabajo en el estudio de Tom Ryan para dedicarse enteramente a su creaci¨®n.?
En su primera tira c¨®mica el atribulado Jon, due?o de Garfield, se presenta ante el lector: ¡°?Hola! Soy Jon Arbuckle. Soy dibujante de c¨®mics y este es mi gato, Garfield¡±. Garfield, como cualquier personaje dibujado, ha cambiado mucho a lo largo del tiempo. Al principio se parec¨ªa m¨¢s a un gato real, pero despu¨¦s alguien aconsej¨® a Davis que le diese un giro antropomorfo a su gato: que caminase erguido y tuviese extremidades, manos y pies m¨¢s grandes. Ese gran consejero fue Charles M. Schulz, creador de Snoopy. Estas caracter¨ªsticas, seg¨²n ¨¦l, hicieron que m¨¢s lectores se identificasen con Garfield y tuviese m¨¢s ¨¦xito. Un ¨¦xito que pudo haberse venido abajo: tres meses despu¨¦s de empezar a publicarse la tira, el Chicago Sun Times, el m¨¢s importante de todos los peri¨®dicos que hab¨ªan apostado por ¨¦l, decidi¨® prescindir de sus historietas. Fueron las cartas y llamadas de los lectores (unas 1.300) las que consiguieron que Garfield volviese. Hoy sigue all¨ª.?
Consideraciones morfol¨®gicas aparte, todos los motivos por los que hoy Internet se ha vuelto loco por los gatos ya estaban ah¨ª. Garfield es vago, arisco y solo le gusta comer y dormir. Convive con?Odie, un perro est¨²pido que siempre sonr¨ªe. Su due?o es un inadaptado social, un tipo incapaz de mantener relaciones amorosas y que encuentra en su gato a una especie de psicoanalista que lo mira con desd¨¦n. Garfield re¨²ne todo aquello por lo que la gente ama u odia a los gatos. Es ego¨ªsta, indolente, fr¨ªo. Es encantador.?
Uno de los experimentos m¨¢s apasionantes que se han llevado a cabo con Garfield es eliminar al propio gato de las tiras c¨®micas. El resultado est¨¢ en la web Garfield minus Garfield (o sea, "Garfield sin Garfield"). Su autor, Dan Walsh, se pregunt¨® un d¨ªa c¨®mo ser¨ªa una historieta si su protagonista desaparece. Esto deja a su due?o, Jon, hablando al vac¨ªo sobre cuestiones vitales y teniendo reacciones repentinas e injustificadas que lo dejan como alguien mentalmente inestable. Una apasionante posibilidad: ?es Jon un loco y Garfield un gato imaginario? A Davis, lejos de disgustarle que alguien torciese de aquella manera su creaci¨®n, le encant¨® la idea. Seg¨²n el Washington Post, consider¨® esta versi¨®n ¡°muy inspirada¡± y agradeci¨® a Walsh por ense?arle a ver otra perspectiva de Garfield. ¡°?Cu¨¢nto humor ¨Cse pregunt¨®¨C puedes sacar de la infelicidad de una persona?¡±.
Esa es una de las mayores particularidades de Garfield. Solo Odie, el perro tonto, sonr¨ªe en esta tira c¨®mica. Garfield est¨¢ siempre dormido o molesto. Jon est¨¢ siempre solo, triste y derrotado. Entre los mon¨®logos que comparte con su gato (los bocadillos de conversaci¨®n de Garfield siempre est¨¢n en una nube, o sea, que piensa las cosas pero no las verbaliza y por tanto Jon no puede o¨ªrlo y se pasa su vida hablando solo) podemos encontrar l¨ªneas como las siguientes: ¡°Siempre fracaso¡±; ¡°No hagamos nada hoy¡±; ¡°?Alguna vez has conseguido algo que merezca la pena?¡±; ¡°El mundo exist¨ªa antes que nacieses y seguir¨¢ existiendo cuando ya no est¨¦s¡±; ¡°No soy un perdedor¡±; ¡°Tengo sentimientos¡±; ¡°Soy pat¨¦tico¡±; ¡°Nunca consigo nacer nada bien¡±; ¡±?Por qu¨¦ todo me va mal?¡±. A menudo, en la secuencia de tres vi?etas que conforman la tira, Jon est¨¢ sonriendo en la primera. Pero casi nunca est¨¢ sonriendo en la ¨²ltima.
¡°Vivimos en un tiempo en el que se nos hace sentir culpables por comer de m¨¢s, por dormir de m¨¢s, por no hace el suficiente ejercicio.?Garfield no solo hace todo eso, sino que se siente orgulloso"
Jim Davis
Curiosamente, no parece haber nada de depresivo, nihilista o pesimista en Jim Davis. Al menos, en lo que deja ver en las entrevistas que concede y en c¨®mo concibe la ternura que despierta su creaci¨®n. Si el humor de sus tiras c¨®micas oscila continuamente entre el tormento emocional de un hombre y slapstick de las gamberradas de su gato, ¨¦l solo parece hablar de lo segundo. ¡°Me figuro que si una situaci¨®n me hace re¨ªr, le har¨¢ re¨ªr a otra persona tambi¨¦n. Solo tienes que confiar en tu intuici¨®n. Trato de no cruzar la l¨ªnea del mal gusto, aunque me he acercado alguna vez. Tambi¨¦n intento ajustarme a temas que son universales: comer y dormir¡±, cont¨® en su web oficial, donde responde preguntas de admiradores de forma regular. ¡°Vivimos en un tiempo en el que se nos hace sentir culpables por comer de m¨¢s, por dormir de m¨¢s, por no hacer el suficiente ejercicio¡±, explic¨® a The Guardian. ¡°Garfield no solo hace todo eso, sino que se siente orgulloso. Creo que, de alg¨²n modo, alivia nuestra culpa. Garfield es nuestro ¨¢lter ego¡±.
Sobre esa otra dimensi¨®n que hay en Garfield y que representa a Jon como alguien solitario y triste, Jim Davis nunca se ha pronunciado. Esa parte tormentosa de Garfield es la que lo ha convertido en un autor de culto, pero su dimensi¨®n gamberra, amigable e infantil es la que lo ha hecho multimillonario. El merchandising del gato incluye series infantiles, pel¨ªculas infantiles, parques de atracciones, peluches, tazas, juguetes y videojuegos y sus ingresos anuales se calculan entre 750 millones de d¨®lares (647 millones de euros) y 1.000 millones de d¨®lares (860 millones de euros). La tira c¨®mica ¨Cque el propio Jim Davis sigue elaborando a sus 73 a?os junto a un equipo en su taller de Albany, Indiana¨C se publica actualmente en m¨¢s de 2.750 peri¨®dicos alrededor del mundo y tiene unos 200 millones de lectores diarios. Sus libros recopilatorios, seg¨²n la editorial Paws Inc. ("Patas", en castellano, propiedad del propio Davis), han vendido m¨¢s de 135 millones de copias.?
Jim Davis se cas¨® dos veces (su primera mujer, por cierto, era al¨¦rgica a los gatos) y tiene tres hijos. Siempre ha tenido cuidado de que Garfield no se metiese en pol¨ªtica ni colar en sus tiras ni un solo comentario social. Considera que el resto del peri¨®dico hace esa funci¨®n. "Todo lo que est¨¢ ocurriendo con la econom¨ªa y la pol¨ªtica ya es horrible y muy deprimente, as¨ª que el prop¨®sito de una tira c¨®mica es aportar luz, decirle al lector: 'Hey, no nos tomemos demasiado en serio", coment¨® a The Guardian. Tal vez nadie mejor que un gato para eliminar cualquier rastro de pol¨ªtica. "Un gato es el mejor anarquista", dijo una vez un gran autor. Pero no fue Jim Davis, fue Hemingway.?
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