As¨ª influyen los embarazos adolescentes en la explosi¨®n demogr¨¢fica
Casi la mitad de las mujeres en Mozambique tiene un hijo antes de los 19 a?os. La poblaci¨®n de este pa¨ªs del ?frica Austral ha aumentado un 40% en dos d¨¦cadas, una tendencia continental
En la peque?a maternidad de Murrupelane, un pueblo al norte de Mozambique, acaban de nacer dos ni?os. Envueltos en llamativas telas, buscan el pecho de sus respectivas madres: dos adolescentes de 16 a?os ya casadas, pero a¨²n novatas a la hora de amamantar. Mozambique cuenta con una de las tasas m¨¢s altas del mundo de matrimonios y embarazos precoces, una de las principales causas de la demograf¨ªa galopante de este empobrecido pa¨ªs de ?frica austral.
La poblaci¨®n mozambique?a, que en 1992 sali¨® de una larga guerra, aument¨® un 40% entre 1997 y 2017, hasta los 29 millones de habitantes. "Mis padres quisieron casarme", explica Julia Alfonso, una de las madres primerizas de la cl¨ªnica de Murrupelane. "Recibieron 1.500 meticales (22 euros) de dote", a?ade con un hilo de voz. Como Julia, una de cada dos mujeres (el 48,2%) se casa antes de los 18 a?os, seg¨²n Unicef. Un terreno f¨¦rtil para los embarazos precoces, pues el 46,4% de las adolescentes de entre 15 y 19 a?os est¨¢n embarazadas o tienen al menos un hijo.
"Estos matrimonios y embarazos empobrecen a la comunidad", constata Wazir Abacar, el imponente jefe del pueblo. Los j¨®venes padres no pueden alimentar a sus hijos y las madres dejan la escuela, explica. Resultado: m¨¢s de la mitad de las mozambique?as son analfabetas.
"Algunas tambi¨¦n se acuestan con hombres para comprarse ropa. Les encanta la ropa", a?ade Abacar. "Los hombres no quieren ponerse el preservativo para tener m¨¢s sensaciones. Al final, las chicas mantienen relaciones sexuales para ser menos pobres y se produce lo contrario".
Emma Nelmane lo ha pagado caro. Con 13 a?os, sentada en una estera en el patio de la casa de su abuela, le da el pecho a su peque?o Ismail, de siete meses. Cedi¨® a las insinuaciones de un hombre al que conoci¨® en el mercado que le pag¨® 200 meticales (tres euros) a cambio de su primera relaci¨®n sexual. "Vio en ello la oportunidad de comprarse los mismos zapatos que sus amigas", intenta explicar su abuela, Emma Chata, que vive con ella.
"No sab¨ªa que te pod¨ªas quedar embarazada haciendo el amor", asegura Emma. "Hac¨ªa cuatro meses que no me ven¨ªa la regla y habl¨¦ con mi abuela". Esta ¨²ltima descart¨® denunciar una violaci¨®n "para no avergonzar todav¨ªa m¨¢s al padre", desaparecido desde entonces. En Mozambique, como en muchos pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, las mujeres se quedan embarazadas muy j¨®venes "por falta de educaci¨®n" y "los padres ven en su prole una seguridad de estar¨¢n atendidos cuando se hagan viejos", explica el dem¨®grafo Carlos Arnaldo.
Si el crecimiento sigue a su ritmo actual, en un cuarto de siglo la poblaci¨®n de Mozambique se habr¨¢ duplicado.
De un tiempo a esta parte, el Gobierno ha empezado a tomar cartas en el asunto, pues la explosi¨®n demogr¨¢fica cuesta cara. "Las consecuencias econ¨®micas para el Gobierno es que tiene que construir hospitales y escuelas", afirma Pascoa Wate, encargada del ¨¢rea de salud maternal e infantil en el Ministerio de Salud.
Por ello, las autoridades decidieron modificar la legislaci¨®n y fijar la edad legal del matrimonio en 18 a?os. Adem¨¢s, con el apoyo del Fondo de Poblaci¨®n de Naciones Unidas (UNFPA), tambi¨¦n lanzaron una campa?a de promoci¨®n de anticonceptivos, a los que solo recurre un cuarto de las mozambique?as.
En Namissica (norte), una enfermera, Fatima da Silva Cobre, explica a unas 15 mujeres c¨®mo poner los preservativos masculino y femenino con la ayuda de unos penes de madera y un aparato genital femenino de pl¨¢stico. Pero, lo ideal, "si vuestro marido no quiere cooperar, es el implante anticonceptivo", aconseja. "?l no sabr¨¢ que [lo] emple¨¢is". "?C¨®mo asegurarse de que el implante no va a moverse?", interrumpe una asistente. "?No nos volveremos est¨¦riles?", pregunta otra. Y Fatima desmonta cada uno de esos mitos.
Luchar contra la explosi¨®n demogr¨¢fica tambi¨¦n pasa por educar a los hombres. "Son ellos quienes dictan la sexualidad de las chicas", constata Gilberto Macuacua Harilal, presentador del programa televisivo De hombre a hombre. En ¨¦l, denuncia a las iglesias que hacen apolog¨ªa del matrimonio a los 16 o 17 a?os y los ritos de iniciaci¨®n, muy frecuentes en Mozambique para chicas y chicos, que son circuncidados. En esos ritos, "los chavales de ocho a 12 a?os aprenden a castigar a las chicas oblig¨¢ndolas a tener relaciones sexuales. Las chicas de ocho a 10 a?os aprenden a tocar un pene", se?ala indignado.
El mensaje va calando poco a poco. "Desde hace un a?o, intentamos convencer a los responsables de los ritos de iniciaci¨®n de que sean prudentes en las instrucciones que dan a los chicos", asegura Jaoa Carlos Singano, jefe del pueblo en el distrito de Rapale (norte). Pero el tiempo corre en su contra. Si el crecimiento sigue a su ritmo actual, en un cuarto de siglo la poblaci¨®n de Mozambique se habr¨¢ duplicado.
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