Sexo, ese tema tan inc¨®modo del que usted me habla
Tab¨²es de una sociedad en pleno siglo XXI
Pregunten a sus amigos cu¨¢ntas veces comen al d¨ªa. Ahora preg¨²nteles cu¨¢nto sexo tienen a la semana. Es probable que en la segunda respuesta hayan mentido.
Durante d¨¦cadas, los escritores espa?oles fueron parapet¨¢ndose en el pudor para no enfrentarse a lo que ellos mismos contaban. Dejaban a otros de sufrientes, no fuera a ser que ellos mismos salieran perjudicados por los infortunios de sus personajes. O lo que es a¨²n peor, que los confundieran con los que gozaban de aquellas libertades que disfrutaban esos supuestos personajes imaginarios. Fui consciente de ello leyendo la novela de Elena Fort¨²n, Oscuro sendero, el ¨²nico de Concepci¨®n Aragoneses, que as¨ª se llamaba la Fort¨²n, en el que el lesbianismo aparece como sexualidad deseada por la protagonista, algo que la escritora solo muestra en el que est¨¢ considerado su testamento literario. Concepci¨®n se escondi¨® en Elena Fort¨²n para escribir sus libros a cuenta de un marido tambi¨¦n escritor, bastante m¨¢s mediocre, que no superaba que ella pudiera ser m¨ªnimamente mejor que ¨¦l. C¨®mo me suena esto. La escritora, en este libro en concreto, se parapeta en Mar¨ªa Luisa Arroyo para describir c¨®mo es su deseo sexual. Terrible juego de disfraces para confesarse.
Linkedln es un sitio curioso para tratar el sexo. Aparte de todos los sex¨®logos que est¨¢n en la red (a los que les agradezco enormemente poder recurrir a ellos), pocos somos los que hablamos de sexo desde un punto de vista did¨¢ctico y educador. Cuelgo todos mis art¨ªculos en la red porque para eso me abr¨ª una cuenta en la que ya acumulo m¨¢s de dos mil contactos, y las reacciones son muy diversas. Cada semana tengo un rebufo de mensajes de personas comentando la jugada que he regurgitado, siendo m¨¢s las mujeres las que dan su opini¨®n sobre el tema. Mientras los art¨ªculos con tem¨¢ticas diferentes de la m¨ªa provocan muchas recomendaciones, pocos son los que, sin relacionarse profesionalmente con el sexo, se atreven a recomendar u opinar sobre nada que yo escriba. Olvid¨¦monos de que un solo jefazo manifieste lo m¨¢s m¨ªnimo en p¨²blico si el tema en cuesti¨®n es la sexualidad. M¨ªtica fue la directora de marketing que refut¨® a todos los psic¨®logos consultados para desmontar la obligaci¨®n, que no necesidad, de cubrirse para dar de mamar a tu beb¨¦. La sexualidad ha entrado en las aulas de las universidades y saber de sexo se contempla tan educativo como saber de Arte. No me subestime, se?ora.
El sexo se luce a escondidas. Guardo mensajes magn¨ªficos recibidos en privado. Algunos con datos tan ¨ªntimos y personales que, solo con transcribirlos, tengo el texto de la semana siguiente. C¨®mo se llamen o qui¨¦nes sean los que lo verbalizan es lo de menos. Lo m¨¢gico es conocer a un marido que accede a ser el tercero en su cama, mientras otro hombre penetra a su esposa, transform¨¢ndose en el sumiso de ambos amantes. A partir de aqu¨ª, cualquiera que se entere de este dato lima sus prejuicios porque acabas de reventar el modelo matrimonial habitual. Marta Ib¨¢?ez, psic¨®loga y terapeuta de pareja, cree que no hablamos de sexo por una cuesti¨®n educativa; no nos han ense?ado a que exista la m¨¢s m¨ªnima diversidad. Nuestra sexualidad est¨¢ estereotipada: "No hablamos de sexo ni cuando dudamos de nuestra propia sexualidad. Cuando alguien viene a la consulta, que ya acude para intentar solucionar un problema, la mayor¨ªa se preocupa mucho de si lo que le pasa es normal. ?Por qu¨¦ nos preocupa esa supuesta normalidad? Porque nos venden una idea del sexo muy estereotipada: siempre hay penetraci¨®n, la mujer llega al orgasmo inmediatamente y con mucho ¨¦xito o que los matrimonios duraderos y longevos tienen un sexo magn¨ªfico. Nos ense?an que tiene que ser as¨ª, y cuando nos salimos de esos par¨¢metros, sentimos que nos pasa algo terrible y que debemos ocultarlo para que nadie m¨¢s lo sepa. Nos avergonzamos de tener dudas, dando la sensaci¨®n de que nuestra vida sexual es magn¨ªfica". En cuanto la sexualidad que nos interesa no cumple estos requisitos, se oculta. No por invisibilizar una disfunci¨®n sexual vamos a solucionarla. Simplemente la escondemos y la perpetuamos.
Ustedes deciden hasta qu¨¦ punto est¨¢n dispuestos a saber m¨¢s de su propia vida sexual. Y esto incluye todas las sexualidades existentes al margen de la que practiquen. Yo solo puedo corroborar que desde que me he empe?ado en hablar tanto del tema, desde que he aprendido m¨¢s de lo que quisieron ense?arme, mi vida sexual ha mejorado lo que no est¨¢ en los escritos. Y eso, disc¨²lpenme, se me nota hasta en la cara.
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