Los segundos hijos podr¨ªan ser m¨¢s propensos a tener mal comportamiento
?Alguna vez le ha dado la sensaci¨®n de que los hermanos peque?os son m¨¢s trastos que los primog¨¦nitos? Un estudio lo corrobora. Reciben m¨¢s castigos en la escuela y de adultos tienen m¨¢s problemas con la ley
La ciencia ha confirmado que los hermanos mayores sacan una puntuaci¨®n mayor en las pruebas de inteligencia y que, en el lado opuesto, tienden a padecer m¨¢s problemas de salud. Tambi¨¦n sabemos que hay hermanos menores que, pese a todo, han conseguido grandes logros en la ciencia o la cultura. El orden de nacimiento en el seno de una familia parece influir en una serie de factores, pero ?y en la personalidad?
La arraigada sospecha de que los primog¨¦nitos son m¨¢s obedientes y centrados y los segundos (y sucesivos), m¨¢s rebeldes, podr¨ªa tener fundamento. Un estudio publicado en verano de 2017 revel¨® que "en familias con dos o m¨¢s hijos, los ni?os nacidos en segundo lugar son entre un 20% y un 40% m¨¢s propensos a ser castigados en la escuela e ingresar el sistema de justicia penal en comparaci¨®n con los primog¨¦nitos". Por decirlo de un modo suave: son m¨¢s trastos.
El estudio, llevado a cabo por el Massachusetts Institute of Technology (MIT), compar¨® documentos de dos sociedades aparentemente diferentes como son la de Florida (Estados Unidos), donde?se examinaron los expedientes acad¨¦micos de escuelas p¨²blicas de los nacidos all¨ª entre 1994 y 2002, y Dinamarca, donde se tuvieron en cuenta informaci¨®n del Registro Criminal relativa a aquellos que hab¨ªan nacido entre 1981 y 1990.
Los resultados fueron impactantes: en Dinamarca, los segundos hermanos presentan m¨¢s problemas de conducta ¡ªcomo hiperactivdad¡ª desde los 12 a?os y hasta los 21 a?os, los varones est¨¢n un 40% m¨¢s presentes entre los encarcelados que los primog¨¦nitos (un 36% m¨¢s cuando se trata de delitos con violencia). En Florida, son castigados un 29% m¨¢s en la escuela que los mayores.
Los primog¨¦nitos y los menores no reciben el mismo trato de sus padres
Aunque no se ha demostrado una causalidad, los cient¨ªficos barajaron algunas posibles explicaciones. En primer lugar, los padres no tratan igual a los mayores que a los peque?os. Ejemplo cl¨¢sico: cuando el chupete se le cae al mayor, los padres corren a lavarlo; con el peque?o, son menos estrictos. "Con el segundo hijo nos relajamos un poco m¨¢s", dice la psic¨®loga Silvia ?lava. "Cuando somos primerizos, los padres sentimos m¨¢s miedo a que le pase algo a nuestro hijo, queremos tenerlo todo m¨¢s controlado, somos m¨¢s inflexibles; con el segundo, cuando hemos visto que al mayor no le ha pasado nada, nos permitimos ser m¨¢s flexibles. La experiencia facilita ese grado de flexibilidad".
Y aunque, como se?ala Silvia ?lava, "la atenci¨®n de los padres se debe repartir equitativamente", es cierto que el hermano mayor goza de la atenci¨®n exclusiva de los progenitores hasta que nace el segundo, mientras que este nunca la tendr¨¢ y se acostumbra a compartirla desde que nace. El mayor, en muchos casos, es el favorito, el esperado. Por otro lado, es habitual que los padres traten a los menores como beb¨¦s durante m¨¢s tiempo, sobre todo cuando han decidido que ya no tendr¨¢n m¨¢s hijos. "Eso es un riesgo, porque la sobreprotecci¨®n es un enemigo para el desarrollo de competencias emocionales", advierte Silvia ?lava.
Existe tambi¨¦n una correlaci¨®n negativa entre el n¨²mero de hijos y el nivel econ¨®mico de los padres; es decir, a medida que la unidad familiar se ampl¨ªa, hay que repartir los recursos entre m¨¢s, de modo que las posibles comodidades de que ha dispuesto el primero no las disfruta igual el segundo, que crece en un entorno, digamos, m¨¢s hostil. El momento que atraviesa la pareja cada vez que trae un hijo al mundo siempre es distinto. Con el segundo, los padres son m¨¢s mayores y reservas de energ¨ªa han menguado. "No es lo mismo tener un hijo a una determinada edad que a otra", dice ?lava.
Los mayores suelen ser un referente de conducta
Otra justificaci¨®n estar¨ªa relacionada con la influencia que los hijos tienen unos sobre otros. Los que nacen m¨¢s tarde toman a los mayores como referentes, y estos se benefician de su papel de modelo de conducta, lo que podr¨ªa reforzar su confianza y su predisposici¨®n al liderazgo. "Para el hijo mayor, los principales modelos son sus padres. Para los hermanos peque?os, los principales modelos son los hermanos mayores. Para estos, puede ser una fuente de seguridad y autoestima, porque ven que el menor los copia", asegura ?lava.
A veces los padres cargan sobre los mayores la responsabilidad de dar ejemplo, y aunque los psic¨®logos lo desaconsejan ¡ªse trata, al fin y a cabo, de ni?os¡ª, puede acentuar su sentido de la responsabilidad. "Si te conviertes en ejemplo de algo, te haces responsable. Y en lo que hacemos responsable al mayor, el peque?o elude ciertas tareas", dice la psic¨®loga y miembro de Colegio Oficial de Psic¨®logos de Madrid, Roc¨ªo Ramos-Pa¨²l. El primog¨¦nito lo introduce en grupos, se preocupa de que no est¨¦ solo en el recreo¡, lo que expone al peque?o a la compa?¨ªa de ni?os mayores. "A veces se comenta por la calle: ?hay que ver este ni?o que espabilado est¨¢, que dice tacos! Es que es el peque?o¡", comenta Ramos-Pa¨²l. Estar siempre con gente alrededor podr¨ªa ayudar a desarrollar habilidades sociales, sugiere esta psic¨®loga.
Hasta ahora los estudios sobre la influencia del orden de nacimiento en la personalidad han arrojado resultados contradictorios. En 1996, el profesor Frank J. Sulloway, de la Universidad de California, sostuvo en su libro Born to rebel que los hijos mayores se identifican con los padres y la autoridad y apoyan el status quo, mientras que los peque?os se rebelan contra ¨¦l.
?Y los medianos?
En 2003, dos psic¨®logos de la Universidad Cat¨®lica de Louvain (B¨¦lgica) recopilaron informaci¨®n de 122 adultos que hab¨ªan crecido en familias con tres hijos; hallaron que los hermanos de en medio son menos concienzudos, menos religiosos, tienen un rendimiento escolar m¨¢s bajo y son m¨¢s impulsivos y est¨¢n m¨¢s abiertos a la fantas¨ªa (lo cual concordar¨ªa con los rasgos que Sulloway atribu¨ªa a los hermanos peque?os); en cambio, en el estudio belga los peque?os son descritos como m¨¢s agradables y c¨¢lidos. Sin embargo, en 2014, Eau Claire, de la Universidad de Winsonsin, concluy¨® en la revista Personality and Individual Differences, tras cotejar rasgos de 69 parejas de hermanos, que "el orden de nacimiento no tiene efectos perdurables sobre la personalidad"..
Lo que parece claro,?recuerda Roc¨ªo Ramos-Pa¨²l, es que "nuestras propias experiencias nos van forjando¡±. Pero todos los condicionantes del entorno hay que conjugarlos con la gen¨¦tica. "La personalidad se moldea por unos factores gen¨¦ticos y otros ambientales", explica Silvia ?lava. "El ambiente, lo que vivimos, est¨¢ filtrado siempre por la gen¨¦tica: c¨®mo lo vivimos. No puede decirse que haya unos rasgos generales en los hermanos segundos". Por tanto, si tiene hijos peque?os y nota que le desaparece calderilla del monedero¡, pi¨¦nselo dos veces antes de acusar al peque?o.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.