Madres reales contra la belleza impuesta
Siete de cada 10 mujeres apenas se miran al espejo y, si lo hacen, sienten que la imagen que este les devuelve es peor que la que ve¨ªan antes de tener un hijo
Siete de cada 10 mujeres apenas se miran al espejo y, si lo hacen, sienten que la imagen que este les devuelve es peor (o mucho peor) que la que ve¨ªan antes de ser madres. Ni se gustan, ni se reconocen ni, lo que es peor, se aceptan. Se sienten presionadas por un modelo ¨²nico de belleza que la sociedad, bien sea a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n o de las redes sociales, impone como objetivo al que aspirar y que no toma en consideraci¨®n los profundos cambios f¨ªsicos y psicol¨®gicos por los que pasa una mujer tras el parto.
Un objetivo est¨¦tico poco realista e inalcanzable para la mayor¨ªa que hace que el 86% de las mujeres confiese sufrir en su propia autoestima el no poder cumplir con los requisitos de ese impuesto canon social: esta es la principal conclusi¨®n del estudio #BellezaSinFiltro impulsado por el Club de Malasmadres, que en junio de este a?o recopil¨® las opiniones de 16.885 mujeres (el 70% de ellas madres) sobre la belleza real y el impacto que la maternidad ejerce sobre la imagen que las mujeres tienen de s¨ª mismas.
La falta de tiempo es, seg¨²n el estudio, la principal barrera que encuentran las madres para verse como quisieran. Tiempo para cuidarse, para dedicarse a una misma o para practicar deporte, porque ese espacio no es un privilegio sino una necesidad. ¡°Si podemos centrarnos en nosotras mismas, en qui¨¦n soy, en mis deseos, mis necesidades y mis circunstancias¡±, sostiene la psic¨®loga Ana Kovacs, ¡°quiz¨¢ podamos acercarnos m¨¢s a nuestra propia realidad. Las huellas que nos dejan el paso del tiempo y la maternidad hablan de aquello que nos ha pasado, que hemos vivido y nos ha transformado (¡) Es necesario aceptar esta nueva realidad mir¨¢ndonos con m¨¢s cari?o y sabiendo que si hay algo que deseas cambiar, depende de ti¡±. Sin embargo, disponer de este tiempo se suma a las dificultades de conciliar las responsabilidades laborales y familiares.
¡°Existe una mala distribuci¨®n de los tiempos¡±, sostiene Maite Egoscoz¨¢bal, la soci¨®loga detr¨¢s de este estudio. ¡°Damos todo el protagonismo al trabajo remunerado, para luego continuar con una segunda jornada, la de las tareas dom¨¦sticas¡±. Revertir esta tendencia no es solo necesario para que las madres se sientan mejor, sino tambi¨¦n porque son ¡°el espejo donde se miran las ni?as del futuro. Por eso no podemos lanzar solo mensajes negativos sobre nuestra belleza, porque eso inconscientemente les genera presi¨®n a ellas mismas. Cultivando nuestro interior, reforzaremos nuestra autoestima para empoderarlas y que aprecien su propia belleza. Si las ni?as ven c¨®mo sus progenitoras se rechazan, ellas probablemente repetir¨¢n esas conductas¡±.
Cambios tras el parto
Tu tiempo ya no es tu tiempo, y casi literalmente no puedes ni mirarte al espejo. ¡°Y cuando lo hacemos, nos encontramos con una nueva realidad: una persona distinta, cansada, muchas veces desbordada¡ No es f¨¢cil, pero tampoco imposible, ir recuperando espacios donde volver a mirarnos y encontrarnos a nosotras mismas como mujeres (y no solo como madres), explica Kovacs.
La maternidad impacta a nivel f¨ªsico y ps¨ªquico, y deja a su paso cambios m¨¢s o menos permanentes: caderas ensanchadas tras hacerle espacio al beb¨¦, la piel que se ha estirado y te deja estr¨ªas, la cicatriz de una ces¨¢rea, las manchas en la piel, en pelo que se te cae¡ Todo ello ¡°puede tener una influencia negativa sobre la autopercepci¨®n y sobre la seguridad en una misma, como nos pasar¨ªa a cualquiera. Y proyectarse sobre m¨²ltiples aspectos de la vida, desde las relaciones de pareja hasta la interacci¨®n en el mundo laboral¡±, cuenta el doctor Emilio Moreno, jefe asociado del servicio de Cirug¨ªa Pl¨¢stica del hospital Quir¨®n, en Pozuelo de Alarc¨®n (Madrid). Unos cambios que no son solo est¨¦ticos, sino tambi¨¦n funcionales, porque el deterioro abdominal lleva en muchas ocasiones asociado una ralentizaci¨®n de las digestiones y, por tanto, de la calidad de las mismas; sobrecarga lumbar y otros dolores.
Sin embargo, para algunas mujeres es necesario dar un paso m¨¢s y buscar ayuda m¨¦dica para volver a sentirse completamente a gusto consigo mismas. Las secuelas f¨ªsicas y funcionales de la gestaci¨®n o de la lactancia son un motivo frecuente de consulta y de cirug¨ªa, como sostiene Moreno. ¡°Por lo general, si alguien toma la decisi¨®n de acudir a un cirujano y someterse a una cirug¨ªa [aumento o reducci¨®n mamaria; cirug¨ªa abdominal para reducir el exceso de piel y grasa; liposucciones] y a un postoperatorio es porque esos cambios tienen un impacto muy importante en su vida, y tenemos que tratarlo con el m¨¢ximo respeto¡±. Lo normal es esperar unos meses para que el cuerpo se recupere y se regenere lo m¨¢ximo posible: entre seis meses y un a?o despu¨¦s del parto o, si es mamaria, al menos tres o cuatro meses despu¨¦s de finalizar la lactancia.
A pesar de que la alimentaci¨®n sana, el ejercicio f¨ªsico, la ausencia de tabaco y alcohol y los cuidados de la piel antes, durante y despu¨¦s del embarazo son factores muy importantes para minimizar los efectos f¨ªsicos de la maternidad, la realidad es que la gen¨¦tica juega tambi¨¦n un papel fundamental. Las pacientes que acuden a consulta y se operan no lo hacen para que las vean mejor, sino para verse y sentirse mejor ellas.
La belleza, un concepto adulterado
Lo que hay que tener claro es que la belleza es un concepto que las redes sociales, y en especial Instagram, han ayudado a adulterar. Es este est¨¢ndar de belleza social el que hace que tres de cada cuatro mujeres usen filtros con cada foto que comparten, fotos perfectas que propugnan una belleza online artificial que se queda lejos de la belleza real que experimentamos en nuestro entorno cercano (social y, sobre todo, familiar). Seg¨²n Egoscoz¨¢bal, ¡°las mujeres no se sienten representadas con la belleza transmitida en los medios, Internet o la moda en general. De hecho, el 69% afirma que la imagen que se proyecta desde las redes sociales ejerce presi¨®n sobre ellas¡±. Se trata de una imagen en la que, para Laura Baena, ¡°prima el exterior, la delgadez y el cuidado constante¡± y que est¨¢ presente en la vida p¨²blica desde que somos muy j¨®venes. ¡°Intentar asemejarse a ese ideal solo nos frustra y nos produce una constante insatisfacci¨®n¡±.
Cuando Baena, directora creativa del Club de Malasmadres, comparti¨® en septiembre de 2017 una foto suya sin filtro en Instagram, no se imaginaba lo que iba a venir despu¨¦s. Bajo el hashtag #BellezaSinFiltro, unas 2.000 mujeres compartieron en las semanas siguientes en las redes su visi¨®n (y su reflexi¨®n) acerca de la belleza real y de la imagen que tienen de s¨ª mismas; siendo el germen de la encuesta cuyos resultados se presentan hoy. Y es que, aunque las mujeres se valoren, siempre existe un ¡°pero¡±.
A fin de cambiar esta percepci¨®n, afirma Maite, ¡°la responsabilidad es conjunta, de toda la sociedad, no solo individual. Las mujeres deben empezar a valorar mejor su aspecto y fijarse expectativas alcanzables y reales¡±. Todas esas mujeres ¡°se despojaron no ya de los filtros de Instagram, sino de los filtros sociales de la verg¨¹enza, la frustraci¨®n y la insatisfacci¨®n que nos acompa?an desde siempre, pero que nos golpean con m¨¢s fuerza desde que somos madres¡±, a?ade Baena.
Otra de las conclusiones del estudio se?ala que tan solo el 4% de las encuestadas le pone una nota sobresaliente (9 o 10) a su aspecto f¨ªsico, siendo la nota media apenas superior a un aprobado (5,9) entre las mam¨¢s, y ligeramente superior entre las que no lo son (6,6).
#BellezaSinFiltro est¨¦s o no est¨¦s maquillada; est¨¦s o no est¨¦s operada: reivindicar la belleza real, el cuidarnos para sentirnos mejor y usando la sonrisa porque es, sin duda, nuestro mejor filtro.
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