
As¨ª cre¨® Barbara Loden uno de los personajes femeninos m¨¢s perturbadores de la historia del cine
Lo compuso en 1970 para 'Wanda', la ¨²nica pel¨ªcula que dirigi¨® la actriz
Crudo y enigm¨¢tico retrato de una pobre ama de casa sin techo ni rumbo que en su deriva por la Am¨¦rica profunda se deja arrastrar por un ladr¨®n de bancos, Wanda (1970), la ¨²nica pel¨ªcula que dirigi¨®, escribi¨® e interpret¨® la actriz Barbara Loden, se ha reestrenado este verano en versi¨®n restaurada en Estados Unidos. A lomos de un culto que no para de crecer, en los ¨²ltimos a?os la pel¨ªcula ha dejado su influencia en autoras como Nathalie L¨¦ger y Rachel Kushner, o en actrices como Isabelle Huppert, alcanzando el estatus de mito.
En mi caso descubr¨ª Wanda gracias a una conversaci¨®n entre el cineasta Pedro Almod¨®var y el zapatero Manolo Blahnik, dos de las personas con m¨¢s cultura cinematogr¨¢fica que conozco. Un di¨¢logo torrencial que en parte se plasm¨® en un libro publicado por Rizzoli en 2015 y titulado Blahnik fleeting gestures and obsessions (los gestos y obsesiones fugaces de Blahnik). Recuerdo que Almod¨®var dijo que Loden hab¨ªa sido un referente de su juventud por su personaje en Esplendor en la hierba (1961), la pel¨ªcula de Elia Kazan (marido de la actriz) donde interpretaba a la descarriada y desesperada hermana de Warren Beatty. Blahnik pronunci¨® la palabra ¡°d¨¦lav¨¦¡± al referirse a su p¨¢lida belleza y Almod¨®var a?adi¨® sobre Wanda: ¡°Una mujer err¨¢tica, desorientada¡ esas preciosas y pobres mujeres que no le importan a nadie¡±.
Loden no solo compuso una rotunda cara B de la estilizada Bonnie Parker de Faye Dunaway en 'Bonnie and Clyde', sino uno de los personajes femeninos m¨¢s perturbadores de la historia del cine
Con m¨ªnimos recursos t¨¦cnicos, en 16 mil¨ªmetros, y en apenas siete semanas, Loden no solo compuso una rotunda cara B de la estilizada Bonnie Parker de Faye Dunaway en Bonnie and Clyde (1967), sino uno de los personajes femeninos m¨¢s insondables y perturbadores de la historia del cine. Paseando por las calles o entre minas de carb¨®n con los rulos puestos, dormida en un cine mientras en la pantalla canta ?Raphael!, encogida en cualquier cama o junto a cualquier hombre, vagando por bares y descampados. La actriz se hab¨ªa inspirado en un suceso real que le hab¨ªa impactado por las palabras de la atracadora en el juicio: la mujer le hab¨ªa mostrado su agradecimiento al juez porque la encerrase. El eco del film fue mayor en Europa, donde gan¨® el premio de la cr¨ªtica en Venecia. En su pa¨ªs se limit¨® a circular por algunas universidades bajo el brazo de su autora. Loden, que fallec¨ªa diez a?os despu¨¦s, a los 48, de un c¨¢ncer, no volvi¨® a encontrar dinero para sus proyectos. Pese a estar casada con Elia Kazan y ser una soberbia actriz del M¨¦todo, se sent¨ªa y comportaba como una outsider de la industria.
En una fascinante entrevista que Marguerite Duras le hizo a Kazan para Cahiers du cinema, la escritora no puede evitar abordarle sobre Wanda diciendo que la considera ¡°un milagro¡± y que har¨¢ todo lo posible para darla a conocer. ¡°Hay un p¨²blico para esta pel¨ªcula, se trata de encontrarlo, de avisarles de que Wanda existe¡±, le advierte despu¨¦s de confesar que se reconoce en el personaje: ¡°Conozco los ¨²ltimos caf¨¦s abiertos donde uno deambula sin otro motivo que el paso del tiempo¡±.
Lo cierto es que el papel de Kazan es ambiguo, las voces m¨¢s severas le reprochan querer llevarse el cr¨¦dito del guion o referirse a la pel¨ªcula como un ¡°regalo¡± que le hizo a su mujer para que pasara el rato. En la entrevista con Duras admite que ella reescribi¨® todo el texto y que vivi¨® sus ¨²ltimos a?os ¡°amargada¡± por no poder hacer m¨¢s pel¨ªculas. ¡°Barbara comprend¨ªa muy bien al personaje porque cuando era joven, ella era un poco as¨ª, iba de aqu¨ª para all¨¢. En una ocasi¨®n me dijo algo muy triste: ¡®Siempre he tenido necesidad de un hombre para defenderme¡±.
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