Uno de cada cinco ni?os en el mundo es altamente sensible y m¨¢s reactivo ante los est¨ªmulos
Estos menores no retan a los profesores, ni son rebeldes, sino que nacen con un sistema nervioso caracter¨ªstico que los hacen reaccionar de una determinada manera excepcional
EL 20% de la poblaci¨®n es altamente sensible, seg¨²n los estudios cient¨ªficos internacionales con los que trabaja la Asociaci¨®n Espa?ola de Profesionales de la Alta Sensibilidad (PAS Espa?a). Sin embargo, la detecci¨®n de esta anomal¨ªa es dif¨ªcil, y m¨²ltiples son los caminos que hay hasta que se descubre que el menor lo padece. Por ejemplo, es el caso de un menor de 13 a?os, Manuel R. G., que va a cursar 2? de la ESO, y que tuvo que dejar el centro educativo en el que estudiaba porque los compa?eros le trataban mal y empez¨® a sacar malas notas como consecuencia de ese entorno hostil que viv¨ªa a diario. Su familia y los docentes de aquel colegio pensaban que padec¨ªa un problema de atenci¨®n y de dificultades para relacionarse en sociedad. Pero su dura realidad comenz¨® a cambiar cuando asisti¨® a la consulta de la psic¨®loga Manuela P¨¦rez, presidenta de PAS Espa?a y experta cl¨ªnica en riesgos psicosociales del Hospital Puerta del Sur.
?Qu¨¦ hizo ella para conocer qu¨¦ le pasaba a este joven?
En la actualidad, adem¨¢s de la conversaci¨®n minuciosa con cada paciente, desde PAS Espa?a se efect¨²a un test a menores, padres y madres, para detectar esta sensibilidad fuera de lo com¨²n. Lo curioso es que tras aplic¨¢rseles esa prueba a todos los miembros de la familia, muchos son los casos que demuestran que sus progenitores tambi¨¦n lo son, como nos confirma P¨¦rez: ¡°Sabemos que es gen¨¦tico. Luego en consulta les informamos y formamos: en qu¨¦ consiste, por qu¨¦ su hijo lo es, demostrarles los rasgos y comprob¨¢rselo con las experiencias y entrevistas que les hacemos con los datos que ellos nos dan. E iniciamos un tratamiento de aquellos s¨ªntomas que hayan derivado en algo patol¨®gico, y luego hacemos sesiones: Unas para los ni?os para que mejoren las relaciones sociales, la autoestima, la ansiedad. Y otras con los padres porque son los intermediarios en modificar la conducta del ni?o¡±.
Los datos cient¨ªficos revelan otra circunstancia: el 80% de las personas no lo son y, por tanto, est¨¢n acostumbradas a las din¨¢micas escolares diarias como el acatamiento de unas normas, el respeto a una disciplina, las peleas que se producen entre estudiantes o el recreo. Los cambios en las conductas y en las actitudes de unos y otros resulta clave, como ha empezado a vivir Manuel R. G., quien nos comenta esa mejora en su d¨ªa a d¨ªa: ¡°Estoy aprendiendo a gestionar mis emociones y realizando un programa de habilidades sociales. Ahora siento que mi familia me entiende. Y mis amigos respetan como soy, igual que yo los respeto a ellos. Estoy aprendiendo mucho, recuerdo que lo primero que me dijo la psic¨®loga fue que el objetivo era saber interactuar con los dem¨¢s, pero sin dejar de ser yo mismo. Consigo no sentirme demasiado emocionado por querer caer bien a los dem¨¢s. Tambi¨¦n soy capaz de no preocuparme porque todo sea perfecto. Hago que me respeten, si no quiero jugar al f¨²tbol no pasa nada, no juego. Tampoco imagino qu¨¦ estar¨¢n pensando los dem¨¢s, m¨¢s bien les pregunto las cosas cuando hay que resolver conflictos¡±.
En muchas ocasiones encontramos ni?os mal diagnosticados o confundidos con otros trastornos. La alta sensibilidad no es un trastorno en s¨ª, por eso no se halla en los manuales de diagn¨®stico de salud mental¡±
Este adolescente pas¨® de ser un chico triste, que conviv¨ªa aislado, y a sentir cierto distanciamiento con sus mayores porque estos no le entend¨ªan, a disfrutar de las relaciones en el nuevo instituto y tener una mejor autoestima. Su perro, en quien se refugiaba entonces sigue hoy siendo un compa?ero fiel de viaje, pero comparte la amistad con sus compa?eros.
?Qu¨¦ importancia tiene un buen diagn¨®stico?
¡°En muchas ocasiones encontramos ni?os mal diagnosticados o confundidos con otros trastornos. La alta sensibilidad no es un trastorno en s¨ª, por eso no se halla en los manuales de diagn¨®stico de salud mental. Pero qu¨¦ ocurre. Que la persona que posee este rasgo tiene m¨¢s posibilidades de sufrir ansiedad, baja autoestima, fracaso escolar. Tambi¨¦n acuden ni?os por confusi¨®n por altas capacidades, puede ser algo positivo, pero si la ense?anza no es la adecuada y hay factores negativos en el desarrollo del ni?o, puede desembocar en un trastorno. Se puede confundir con d¨¦ficit de h¨ªper actividad, falta de atenci¨®n, o Asperger¡±, seg¨²n explica la experta.
Otro de los supuestos de mal diagn¨®stico lo vivi¨® una prima de Manuel R. G., en su colegio recomendaron a sus padres que la llevaran al psic¨®logo porque no hablaba ni jugaba con otros ni?os, ellos pensaban que era autista. Todo cambi¨® cuando lleg¨® a la consulta de P¨¦rez, y esta tras hacerle el test pertinente y escuchar a la ni?a, vistos los antecedentes familiares, revel¨® que tambi¨¦n es altamente sensible. Desde entonces, la cr¨ªa habla con mucha m¨¢s fluidez, juega a veces con sus iguales y ha aprendido a leer con 4 a?os.
En Espa?a, los profesionales de la Psicolog¨ªa y Psiquiatr¨ªa familiarizados con la alta sensibilidad est¨¢n haciendo un importante esfuerzo por ser igual de competentes que sus colegas del norte de Europa. En Inglaterra, cabe destacar la labor que realiza el Dr. Michael Pluess, y en las Universidades de Alemania y de los Pa¨ªses Bajos se est¨¢n llevando a cabo importantes investigaciones que ofrecen nuevos conocimientos y terapias para atenderlos.
Que tengan en cuenta que son en general ni?os con alto potencial, muy inteligentes porque captan informaci¨®n de forma m¨¢s intensa. La gesti¨®n de esa inteligencia del estudiante concreto es clave
Uno de los grandes cambios se est¨¢ produciendo gracias a la formaci¨®n e informaci¨®n que est¨¢n recibiendo los docentes y los orientadores. La colaboraci¨®n y la empat¨ªa de los profesores son fundamentales, as¨ª lo ha experimentado Manuel R. G. Desde que sus padres relevaron su situaci¨®n a su tutor: ¡°?l les dijo que eso no era ning¨²n problema, que pod¨ªan contar con ¨¦l para hablar o resolver conflictos en clase. A menudo, tengo bastante timidez para hablar en voz alta, y desde entonces los profesores no suelen obligarme a hacerlo, solo a veces¡±. "La mente", contin¨²a, "de los que somos altamente sensibles va a su ritmo, pero no por eso somos ni mejores ni peores. Todo nos afecta mucho m¨¢s, por eso lloramos o re¨ªmos con m¨¢s facilidad, pero que lo respeten, ya que no lo hacemos queriendo, es nuestra forma de sentir¡±.
Sin embargo, todav¨ªa hay mucho por hacer para mejorar la atenci¨®n y el trato a estos menores en el sistema educativo. Aunque hay centros p¨²blicos conocedores de esta realidad y que han recibido informaci¨®n y formaci¨®n al respecto, todav¨ªa la mayor¨ªa no disponen de las herramientas formativas y de los profesionales preparados para atender a esta demanda. En cambio, seg¨²n datos de los que dispone PAS Espa?a, en palabras de su presidenta: ¡°Los centros concertados y privados est¨¢n un poco m¨¢s por la labor de formarse y tener m¨¢s datos sobre ni?os con alta sensibilidad¡±.
?Qu¨¦ es necesario hacer para mejorar la formaci¨®n de los profesionales del sistema educativo y para establecer sinergias con la Sanidad?
Estas son las recomendaciones de P¨¦rez:
- Este tipo de ni?os no est¨¢n retando a los profesores, ni son rebeldes, sino que nacen con un sistema nervioso caracter¨ªstico que los hacen reaccionar de una determinada manera excepcional. Antes de actuar, sienten de forma m¨¢s intensa tanto lo bueno como lo malo. Se anticipan a las consecuencias. Su forma de actuar es innata.
- Que tengan en cuenta que son en general ni?os con alto potencial, muy inteligentes porque captan informaci¨®n de forma m¨¢s intensa. La gesti¨®n de esa inteligencia del estudiante concreto es clave, todo el mundo aprende mejor en condiciones ¨®ptimas, por eso han de crearse ambientes c¨®modos donde se sientan queridos, y donde no haya ruidos excesivos, as¨ª aprenden mucho mejor¡±.
- Cada vez m¨¢s las AMPAS y las direcciones de los centros disponen de m¨¢s informes de psic¨®logos y psiquiatras para que los orientadores apliquen los protocolos establecidos. Entre ellos destacan: qu¨¦ se ha hecho, qu¨¦ se est¨¢ trabajando o qu¨¦ valoraci¨®n cl¨ªnica se tiene del menor. Las tutor¨ªas con las familias son otro recurso muy valioso. Y en los ¨²ltimos a?os ante el reconocimiento social del bullying, se est¨¢ trabajando mano a mano entre pediatras, orientadores y profesorado para identificarlo y superarlo.
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