Tres claves sencillas para educar a tus hijos en inteligencia emocional
Las agendas saturadas de los peque?os les privan del tiempo libre necesario para conocer y gestionar c¨®mo se sienten
?Conocen nuestros hijos sus emociones? ?Saben cu¨¢ndo est¨¢n enfadados, frustrados, nost¨¢lgicos, alegres? ?Entienden c¨®mo afectan las emociones en su vida y la manera de gestionarlas? Seg¨²n los expertos, el sistema educativo concede escasa importancia y espacio al conocimiento de las emociones como parte de la formaci¨®n de los ni?os y en casa tampoco solemos fomentar el desarrollo del conocimiento emocional en nuestros hijos. ¡°En general, vivimos en una sociedad que no est¨¢ orientada a tener en cuenta el mundo emocional, sino todo lo contrario, hacia el logro externo, la productividad o la imagen. Y esto es algo que tambi¨¦n se fomenta desde el sistema educativo¡±, comenta Tristana Su¨¢rez, psic¨®loga cl¨ªnica e infantil y terapeuta Gestalt. La ense?anza escolar se centra en las materias que tienen que ver con los conocimientos l¨®gicos, el mundo externo y el lenguaje formal, pero se concede muy poco espacio al autoconocimiento, a pesar de que las emociones constituyen una fuente ¨²nica de orientaci¨®n, porque nos gu¨ªan e informan sobre lo que nos sucede.
Ni?os conocedores de sus emociones gracias a sus padres
Aunque la sociedad y el entorno escolar no ofrecen modelos a los ni?os sobre el conocimiento de sus emociones, desde casa los progenitores pueden convertirse en un ejemplo sobre el conocimiento y la gesti¨®n emocional, con comportamientos como los que se?ala la psic¨®loga infantil, Tristana Su¨¢rez:
- Hacernos responsables de nuestras propias reacciones y comprenderlas para dar ejemplo. Como en el caso de cuando nos enfadamos y mostramos ira, saber qu¨¦ tipo de emoci¨®n expresamos y por qu¨¦. Comunicar lo que sentimos de manera honesta, ayuda a los ni?os a desarrollar la capacidad para atender y reconocer lo que sienten, lo que se traduce en un comportamiento m¨¢s equilibrado.
- Ofrecer un entorno flexible para hablar cada d¨ªa de c¨®mo nos sentimos con las acontecimientos cotidianos, con nuestras alegr¨ªas, dudas, miedos, fracasos y frustraciones y de c¨®mo resolvemos los conflictos que surgen con los amigos o los familiares.
- Evitar las sentencias y consejos condicionados por la educaci¨®n que hemos recibido. Con frases como: ?pero, vas a llorar por esas tonter¨ªas? Hay que compartir las cosas. P¨®rtate bien, Esto se hace, porque lo digo yo. No me hagas esto. Todo este tipo de mensajes llevan impl¨ªcito el ni¨¦gate a ti mismo, para adaptarte y los ni?os adoptan estos modelos que se les inculcan, lo que les acarrea infelicidad por no ser fieles a su propia esencia.
Los ni?os sabios con sus emociones son m¨¢s equilibrados
Un ni?o que crece rodeado de respeto hacia su mundo emocional tiene m¨¢s probabilidades de ser una persona equilibrada. Quien conoce y tiene en cuenta sus emociones es alguien que funciona desde dentro, hacia afuera, con mayor coherencia entre los distintos centros: corporal, mental y emocional. Si un ni?o se escucha a s¨ª mismo, elegir¨¢ mejor a sus amigos, disfrutar¨¢ de sus juegos, se defender¨¢ antes y mejor en los conflictos, soportar¨¢ las frustraciones con menos estr¨¦s, ser¨¢ m¨¢s solidario, emp¨¢tico y menos manipulable.
La forma en la que los ni?os gestionan, conocen y expresan sus emociones est¨¢ condicionada por cuestiones como: el sexo, la educaci¨®n, la cultura o la religi¨®n. En general, las ni?as son m¨¢s verbales y conocedoras de sus emociones. Asimismo, algunas religiones orientan hacia el autoconocimiento y otras hacia el cumplimiento de dogmas externos. Del mismo modo, a trav¨¦s de la cultura o la educaci¨®n se puede colocar el acento en el conocimiento emocional o restarle importancia e ignorarlo.
El tiempo libre es un factor importante a la hora de que los ni?os conozcan sus emociones. Es la semilla de la que surge el autoconocimiento, para comprender lo que sentimos y c¨®mo gestionarlo, pero ¡°ni la sociedad ni el sistema educativo permiten espacio libre ni tiempo para la reflexi¨®n sosegada sobre nuestras emociones. Estoy cansado de ver ni?o/as con una agenda tan llena y ocupada de deberes y actividades extraescolares, que no les queda tiempo para jugar y mucho menos para reflexionar¡±, explica Javier Andr¨¦s Blumenfeld, pediatra del hospital de El Escorial en Madrid. Y todo ello, a pesar de que ¡°una adecuada formaci¨®n emocional en los ni?os y en cualquier persona ayuda con m¨¢s probabilidad a encontrar sentido a nuestros actos, aunque no hay que confundirlo con llenar la vida de actividades, como cursos o museos, sino con tener un espacio de reflexi¨®n para observar, encontrar e identificar nuestras emociones y para lograrlo necesitamos aprendizaje, tiempo y reflexi¨®n¡±, a?ade el doctor Blumenfeld.
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