El desarrollo de los pa¨ªses no siempre frena la emigraci¨®n

Por muy f¨¦rreo que sea el poder de los Estados para levantar fronteras, la voluntad humana, aunque intangible, sortea vallas, muros, mares, r¨ªos, desiertos, selvas, pueblos y ciudades en un constante movimiento de personas. Los gobernantes no alcanzan a controlar las ambiciones, las necesidades, los sue?os, las ganas, la desesperaci¨®n o la ilusi¨®n que aguarda cada migrante dentro de s¨ª, cada uno con su historia. "No hay datos comprobados que apoyen el concepto de que el desarrollo dentro de los pa¨ªses conduzca necesariamente a una disminuci¨®n de los flujos de emigraci¨®n internacional a corto y mediano plazo. En realidad puede suceder exactamente lo contrario", es una de las conclusiones del ¨²ltimo informe de la FAO (agencia de la ONU para la alimentaci¨®n y la agricultura), titulado El estado mundial de la agricultura y la alimentaci¨®n 2018, que insta a los Gobiernos a maximizar el potencial del movimiento de personas entre zonas rurales y urbanas, y entre pa¨ªses.

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"Los datos parecen indicar que, para los pa¨ªses de ingresos bajos y medianos bajos, el desarrollo y el aumento de los ingresos inicialmente conducen a niveles m¨¢s altos de emigraci¨®n, que tienden a disminuir solo cuando los pa¨ªses han alcanzado la condici¨®n de pa¨ªses de ingresos medianos altos", a?ade el texto. "El objetivo debe ser lograr que la migraci¨®n sea una opci¨®n, no una necesidad, y maximizar los impactos positivos, al tiempo que se minimizan los negativos. En muchas situaciones, tiene sentido facilitar la migraci¨®n y ayudar a los futuros migrantes a superar las limitaciones a las que podr¨ªan enfrentarse, permiti¨¦ndoles aprovechar las oportunidades que ofrece la migraci¨®n", escribe el director general de la FAO, Jos¨¦ Graziano da Silva, en su pr¨®logo al informe. La din¨¢mica se prev¨¦ imparable.

La tendencia natural del ser humano, desde el homo sapiens, a desplazarse por el territorio, ya sea por alimento, curiosidad, ganas de estudiar, de trabajar, u obligados por el clima, los conflictos o la represi¨®n, choca con las pol¨ªticas que impiden, dificultan o acaban con sus libertades, y sus vidas. Ya en Costa de Marfil se registraba el a?o pasado que pese a que su econom¨ªa crec¨ªa al 9% anual, los j¨®venes sal¨ªan del pa¨ªs a miles, o en Espa?a, un 64% de los desempleados espa?oles de entre 20 y 34 a?os est¨¢ dispuesto a emigrar para conseguir un trabajo. "El desarrollo deber¨ªa considerarse, por lo tanto, como algo deseable en s¨ª mismo y no meramente como un medio para frenar la migraci¨®n", se lee en el texto.

La emigraci¨®n rural no suele ser una opci¨®n para las personas m¨¢s pobres, cuya movilidad enfrenta los mayores obst¨¢culos

El informe resalta que m¨¢s de 1.000 millones de personas que viven en pa¨ªses en desarrollo se han desplazado internamente, con un 80% de esos traslados incluyendo un ¨¢rea rural. Y revela tambi¨¦n que en pa¨ªses de bajos ingresos, los migrantes internos tienen cinco veces m¨¢s probabilidades de migrar en el ¨¢mbito internacional que las personas que no se han desplazado y que el 85% de los refugiados internacionales son acogidos por pa¨ªses en desarrollo. No obstante, adem¨¢s de interpretar la emigraci¨®n rural como un medio para diversificar los ingresos, o como una opci¨®n v¨¢lida para huir de las zonas con escasez de agua, el informe destaca que esta emigraci¨®n "no suele ser una opci¨®n para las personas m¨¢s pobres, cuya movilidad enfrenta los mayores obst¨¢culos". "Hay tambi¨¦n que ofrecer oportunidades alternativas atractivas a los futuros migrantes rurales, entre otras v¨ªas promoviendo el desarrollo de sus ¨¢reas o las zonas vecinas¡±, a?ade Graziano sobre el texto, que plantea, que "en l¨ªneas generales" las diferencias de productividad y la disparidad de salarios y oportunidades de empleo entre las zonas rurales y las zonas urbanas impulsan estos movimientos.

M¨¢s de 1.000 millones de personas que viven en pa¨ªses en desarrollo se han desplazado internamente, con un 80% de esos traslados incluyendo un ¨¢rea rural

M¨¢s all¨¢ de las decenas de informes econ¨®micos elaborados por el Banco Mundial, la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones u otras instituciones que resaltan el efecto positivo de la inmigraci¨®n, en los pa¨ªses de destino o por el impacto de las remesas en los de origen, el informe de la FAO se centra tambi¨¦n en la necesidad de aumentar los recursos hacia las zonas rurales, donde se genera la agricultura y la agroindustria, para fijar a la poblaci¨®n. La agencia propone mejorar las infraestructuras y los servicios en ciudades peque?as, pueblos y sus ¨¢reas rurales para crear mejores v¨ªnculos entre las comunidades en lugar de que se invierta en una r¨¢pida urbanizaci¨®n. "Cuando la poblaci¨®n rural se siente atra¨ªda por condiciones de vida m¨¢s pr¨®speras en los centros urbanos, las inversiones en educaci¨®n rural, sanidad y comunicaciones pueden frenar la migraci¨®n hacia las ciudades de mayor tama?o", se lee en el texto. En las regiones en desarrollo con tasas de urbanizaci¨®n elevadas, la migraci¨®n rural en todas sus formas representa al menos el 50% de todos los movimientos internos. En el ?frica subsahariana, la proporci¨®n es de m¨¢s del 75%, recoge el informe.

Tambi¨¦n tiene su coste en la zona que los migrantes abandonen las familias y comunidades. El estudio indica que "quienes migran son generalmente las personas m¨¢s j¨®venes y con mayor nivel de educaci¨®n". Aunque por otro lado, el texto resalta la denominada remesa social: "las ideas, aptitudes y nuevos modelos sociales que los migrantes transmiten o llevan a su lugar de origen cuando regresan", se?ala.? En el caso de la emigraci¨®n de los varones, la participaci¨®n de las mujeres en la agricultura es mayor, lo que tambi¨¦n puede aumentar su poder en la toma de decisiones. "Sin embargo, esta 'feminizaci¨®n' de la agricultura no es universal y, en muchas sociedades, la emigraci¨®n de mujeres es superior a la emigraci¨®n de varones", precisa el texto.

Entre las propuestas, se aboga tambi¨¦n por mejorar las condiciones de trabajo de los migrantes en sus pa¨ªses de destino. "En Am¨¦rica del Norte y Europa, por ejemplo, la mano de obra extranjera constituye la piedra angular de la producci¨®n agr¨ªcola. Sin embargo, a menudo la protecci¨®n de los derechos laborales y las condiciones de trabajo de los migrantes son deficientes. En muchas zonas rurales, los trabajadores agr¨ªcolas suelen tener empleos informales, ganan menos que el salario legal y est¨¢n sujetos a explotaci¨®n", denuncia la organizaci¨®n, que insta a ofrecer trabajo decente para el beneficio tanto de la persona como para los pa¨ªses de acogida.

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