Una plataforma para evitar que el tercio de lo que hay en tu nevera acabe en la basura

La frase ¡°no dejes nada en el plato que hay ni?os que no tienen qu¨¦ comer¡±, no por antigua, carece de urgencia. Un tercio de los alimentos que se producen para el consumo humano se pierde o desperdicia. En Latinoam¨¦rica y el Caribe son 127 millones de toneladas al a?o. Una cifra que por monstruosa puede generar distancia, pero si se traslada a cada individuo son 223 kilos que cada uno arroja al tacho. La situaci¨®n se agrava a¨²n m¨¢s en el contexto regional, donde 42 millones de personas pasan hambre todos los d¨ªas. El Banco Interamericano del Desarrollo (BID), en un esfuerzo por reducir los datos apabullantes, ha lanzado la plataforma #SinDesperdicio.

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Las cifras del desperdicio de comida

Un pa¨ªs contra el desperdicio de comida

La nueva herramienta del BID pretende trabajar con los Gobiernos, empresas y la sociedad civil. As¨ª, en Colombia, M¨¦xico y Argentina desarrollar¨¢n los proyectos piloto para llevar a cabo una estrategia que reduzca las p¨¦rdidas. ¡°Los pa¨ªses tienen la intenci¨®n de trabajar esta agenda porque saben que es importante, pero no saben muy bien c¨®mo hacerlo. Esta plataforma pretende ser un espacio donde se generen las capacidades a nivel gubernamental¡±, explica Germ¨¢n Sturzenegger, especialista l¨ªder de #SinDesperdicio. Conscientes de que no podr¨¢n transformar los comportamientos de las empresas si no est¨¢n los incentivos adecuados, promover¨¢n las leyes ¡°del buen samaritano¡±, ¡°es decir, las leyes que le disminuyen el riesgo a las empresas cuando hacen una donaci¨®n de alimentos¡±, apunta Sturzenegger.

Considerando la energ¨ªa que se utiliza en las toneladas de alimentos que se pierden, en el r¨¢nking de los pa¨ªses con mayor gasto energ¨¦tico del mundo ocupar¨ªan el tercer lugar. Para combatir este ¨¢mbito es clave el papel de la innovaci¨®n. En ese aspecto, la plataforma pretende trabajar con todos los actores de la cadena: desde los productores agr¨ªcolas que a veces tienen pr¨¢cticas milenarias ineficientes hasta con los grandes supermercados. La vicepresidenta ejecutiva del BID, Julie Katzman, pon¨ªa de ejemplo durante la presentaci¨®n que los supermercados pensaban que cuanto m¨¢s grandes las vitrinas, m¨¢s compraban los clientes. Pero que se ha demostrado que eso no es as¨ª y que lo ¨²nico que deja como consecuencia es que m¨¢s productos se estropeen y no los lleve nadie.

En el terreno personal hay mucha tarea pendiente. El 28% de los alimentos en los hogares terminan en la basura. Es mirar la nevera y quitarle casi un tercio de lo que hay dentro. Otro ejemplo fue un experimento para constatar la relaci¨®n que exist¨ªa entre el tama?o del plato de comida con cu¨¢nta se termina desperdiciando: en una cena corporativa pusieron dos mesones para que los empleados se sirvieran. En uno, el plato med¨ªa 27 cent¨ªmetros de di¨¢metro y en el otro, 24. Los del primer grupo dejaron un 27% m¨¢s que los del segundo. La plataforma realizar¨¢ campa?as de sensibilizaci¨®n y capacitaci¨®n orientadas en minimizar el desperdicio entre los productores, distribuidores y consumidores de alimentos.

La plataforma cuenta con un presupuesto inicial de 1.4 millones de d¨®lares, nutrido por fondos del banco y de sus 12 socios del rubro alimenticio y tecnol¨®gico. Ese monto es para las campa?as y para el trabajo en terreno. ¡°No vamos a ir con un flayer a donde los productores que diga 'no desperdicie'. Financiaremos programas en las regiones estrat¨¦gicas de los pa¨ªses en coordinaci¨®n con organizaciones locales; una ONG, una universidad, un banco de alimentos, una asociaci¨®n de productores, etc.¡±, enumera Sturzenegger. La idea es que en coordinaci¨®n con los instrumentos locales cambien las actitudes de todos los eslabones de una cadena que tiene grandes porcentajes de podredumbre.

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