Conoce a los padres del ¡®braille¡¯ camboyano
La primera escuela para ni?os ciegos y sordos en el pa¨ªs asi¨¢tico cumple 25 a?os. Fue abierta por la organizaci¨®n Krousar Thmey cuando la discapacidad era considerada un tab¨²
A finales de 1991, un grupo de ni?os camboyanos, que se hab¨ªan criado en el campo de refugiados Site II de Tailandia, regres¨® a Camboya. Ese octubre, se hab¨ªan firmado los acuerdos de Paz de Par¨ªs que sentaban las bases de la transici¨®n democr¨¢tica en el pa¨ªs tras el genocidio de los Jemeres Rojos (1975-79) y la ocupaci¨®n de Vietnam (1975-89). Los ni?os estaban entusiasmados. Volv¨ªan a casa; a su tierra, aunque la mayor¨ªa no la conoc¨ªa; har¨ªan cosas de ni?os, porque no hab¨ªan tenido infancia; ir¨ªan a un colegio de verdad, fuera del campamento; ir¨ªan todos, menos uno: Wanna.
¡°El chico sab¨ªa que todos sus compa?eros iban a ir a la escuela y ¨¦l tambi¨¦n quer¨ªa. Me lo ped¨ªa todos los d¨ªas. Pero en ese momento no hab¨ªa colegios para menores ciegos en Camboya¡±, recuerda Beno?t Duchateau-Arminjon, fundador de Krousar Thmey, la organizaci¨®n que abri¨® la primera escuela para ni?os ciegos y sordos del pa¨ªs, en 1993, cuando la discapacidad era un tab¨² en Camboya. ?l y Phalla Neang, compa?era de esta aventura, son los padres del braille en jemer.
¡°Fue incre¨ªble, pero de no ser por la insistencia de Wanna quiz¨¢ nunca hubi¨¦semos puesto en marcha esta escuela¡±, asegura Beno?t de camino a Krousar Themey en Phom Penh. Este es uno de los cinco centros, adem¨¢s de 73 clases integradas en colegios p¨²blicos que tiene la organizaci¨®n en Camboya. En total asisten a 600 ni?os ciegos y deficientes visuales y 350 ni?os con problemas auditivos o completamente sordos.
¡°Los padres los dejaban encerrados¡±
¡°En esa ¨¦poca exist¨ªa mucha discriminaci¨®n. A veces, cuando hab¨ªa un ni?o ciego o con alguna discapacidad en la casa no lo sab¨ªan ni los vecinos. Los padres se avergonzaban y lo dejaban encerrado, sin poder salir a jugar con otros¡±, explica la directora de la escuela, Phalla Neang, reconocida por su labor en 2015, como una de las 10 finalistas del Global Teacher Prize, el premio de un mill¨®n de d¨®lares de la Fundaci¨®n Varkey.
Nunca antes se hab¨ªa traducido el sistema de lectura y escritura t¨¢ctil conocido como braille a jemer, la lengua de Camboya
Beno?t y Phalla se conocieron en el campo de refugiados Site II de Tailandia. Beno?t, entonces de 26 a?os, hab¨ªa dejado Francia y su carrera de Econom¨ªa para pasar un a?o con ni?os camboyanos en un campo de refugiados de Tailandia. Phalla ten¨ªa 20 a?os, cuando en 1981, huy¨® a la frontera de Tailandia con una familia de acogida. En el campo de refugiados, comenz¨® a trabajar como profesora de chicos con discapacidad.
Como la mayor¨ªa de camboyanos de m¨¢s de 40 a?os, Phalla es una superviviente del genocidio de los jemeres rojos (1975-1979), en el que perecieron entre 1,7 y 2 millones de personas, seg¨²n la Universidad de Princeton: ¡°Perd¨ª a todos; murieron mis padres, mis primos, mi abuela, mi abuelo. Ten¨ªa seis hermanos, tres fallecieron de hambre y de otros tres nunca volv¨ª a saber, no los encontr¨¦ cuando regres¨¦ a Camboya¡±, rememora.
A su regreso a Camboya, en 1991, dice Phalla que todo fue dif¨ªcil. Primero, porque hab¨ªa pasado casi toda su vida de adulta, entre los 20 y los 28 a?os, en el campamento. ¡°Phnom Penh hab¨ªa cambiado mucho, no sab¨ªa c¨®mo moverme¡±, dice. Segundo, por las barreras sociales: ¡°Ni al gobierno ni a las familias le importaban los chicos ciegos¡±, admite Duchateau-Arminjon.
¡°Nos dec¨ªan: primero los ni?os normales¡±
¡°Fui y volv¨ª, muchas veces, casa por casa, para explicarles que quer¨ªamos ense?ar a su hijo a valerse por s¨ª mismo y los padres me dec¨ªan: 'no¡±, contin¨²a Phalla, que explica que al principio, el ministerio de Educaci¨®n tampoco se lo puso f¨¢cil: ¡°Nos dec¨ªan que antes ten¨ªan que ayudar a los ni?os normales¡±. En este momento, la pobreza afectaba a la mitad de la poblaci¨®n de Camboya, seg¨²n Naciones Unidas, que cifra que, en la actualidad, se ha reducido a un 13,5%, aunque algunas organizaciones, como Child Fund, hablan de un 31%.
Tras mucho insistir, Phalla convenci¨® a ocho familias para que dejaran estudiar a sus hijos. A cambio, la organizaci¨®n se ocupar¨ªa de llevarlos y traerlos al colegio. Empezaron con esos ni?os y Wanna. ¡°Cuando llegaron, no sab¨ªa hacer nada solos, los tuve que ayudar mucho, no pod¨ªan coger la comida, darse una ducha, trat¨¦ de ense?arles paso a paso, pero muy despacio¡±, explica Phalla.
¡°No quer¨ªamos ense?arles lenguaje SMS, sino que leyeran un libro¡±
Tras sortear el obst¨¢culo familiar, el social y despu¨¦s el pol¨ªtico, quedaba un siguiente bache: el idioma. Nunca antes se hab¨ªa traducido el sistema de lectura y escritura t¨¢ctil conocido como braille a jemer, la lengua de Camboya. Beno?t recuerda que en el campamento de refugiados de Tailandia hab¨ªan empezado con algunos s¨ªmbolos que proced¨ªan del alfabeto tailand¨¦s ¡°pero el alfabeto tailand¨¦s no es un sistema de pies, el de Camboya es m¨¢s complicado, con 33 consonantes, 23 vocales y otras 12 vocales independientes, que pueden cambiar y modificarse dependiendo de su ubicaci¨®n¡±, puntualiza. Hab¨ªa que empezar de cero.
Tras mucho insistir, Phalla convenci¨® a ocho familias para que dejaran estudiar a sus hijos
¡°Trabajamos mucho en ello, nos reunimos con expertos de Tailandia, del Ministerio de Camboya y especialistas y hablamos. Uno de ellos propon¨ªa un sistema con abreviaciones, con el que los ni?os aprender¨ªan r¨¢pido¡±, contin¨²a Beno?t. No les convenci¨®: ¡°Es como si ense?as a un estudiante el lenguaje del m¨®vil, aprender¨¢, s¨ª, pero no podr¨¢ leer un libro normal¡±. Al final, optaron por el sistema m¨¢s dif¨ªcil, ¡°para que no solo se comuniquen, sino que el que quiera pueda ir a la universidad¡±, agrega. As¨ª rehicieron el sistema braille para dar cabida a todos las posibilidades del jermer.
25 a?os despu¨¦s¡
En 1993, la organizaci¨®n Krousar Thmey abri¨® el primer centro temporal para ni?os con problemas auditivos u oculares; y en 1994, la primera escuela para ni?os ciegos de la historia de Camboya.
Han pasado 25 a?os de aquello. La escuela que empez¨® con ocho estudiantes, ahora cuenta con 381 ni?os. Cuentan con cinco colegios, dos en Phnom Penh; otro en Battamban, otro en Siem Reap y otro en Kampong Cham. En total, 20.000 ni?os se han formado con esta organizaci¨®n. Siguen el curr¨ªculum nacional. En 1? y 2? de Primaria, los ni?os asisten en jornada completa a la escuela especial de Krousar Themey y a partir de 3? es una formaci¨®n inclusiva a media jornada y la otra media estudian escuela p¨²blica. ¡°Muchos de nuestros alumnos han conseguido buenos trabajos: en el gobierno, en ONG, otros se han casado¡±, explica la directora.
¡°Los j¨®venes camboyanos con discapacidades afrontan una dif¨ªcil lucha para conseguir un salario digno, ser independientes y convertirse en miembros empoderados de la sociedad¡±, reconoce Colin Rehel, en el blog de Unicef, en el que celebra el caso de Pisey, exalumno sordo de Krousar Thmey, que entr¨® en su colegio de Kampong Cham, en 2004 con 12 a?os. Cinco a?os despu¨¦s se incorpor¨® a una escuela p¨²blica y cuando acab¨® la Secundaria estudi¨® cocina en el hotel Sala Bai de Siem Reap, donde actualmente trabaja.
Tambi¨¦n es el caso de Leakana, de 30 a?os y sorda, que hoy es profesora de Primaria en el mismo colegio Krousar Thmey de Phnom Penh, al que asisti¨® de ni?a. Rodeada por un grupo de alumnos, reconoce la dificultad cuando llegan¡±. De fondo, suena m¨²sica tradicional. Son estudiantes invidentes que tocan en una clase. En otro aula, el profesor de Inform¨¢tica, Soyannava, ciego, explica que ¨¦l tambi¨¦n estudio aqu¨ª. Tambi¨¦n cuentan con equipo de rugby y de f¨²tbol.
El siguiente paso ser¨¢ en 2020. Krousar Themey acaba de firmar con el Gobierno camboyano para transferir ese a?o todas sus actividades al ministerio de Educaci¨®n, anticipa Beno?t. ¡°Como ONG, creo que nuestro objetivo era crear un servicio que no exist¨ªa y desaparecer con el tiempo¡±. De momento, los ni?os, vuelven al cole y Wanna, que es profesor, a dar clase.
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