R¨¦ditos de un cad¨¢ver excelente
Nada le apetecer¨ªa m¨¢s a Erdogan, un presidente salido de las urnas, que acabar con Mohamed bin Salman, el joven aut¨®crata designado por su padre
Este cad¨¢ver es tan molesto para Mohamed bin Salm¨¢n, e incluso para Trump, como rentable para Erdogan, el gran beneficiario de la catastr¨®fica operaci¨®n de los servicios secretos saud¨ªes, que el hiperb¨®lico presidente de Estados Unidos ha calificado del ¡°peor encubrimiento de la historia¡±.
Gracias a su perspicacia, Erdogan ha visto que pod¨ªa ganar esta mano a Riad, con la que mantiene una permanente carrera por el liderazgo isl¨¢mico y la hegemon¨ªa en Oriente Pr¨®ximo. Tambi¨¦n que podr¨ªa servirle para mejorar sus relaciones con Washington e incluso con la UE, con la que colabora en la contenci¨®n de la inmigraci¨®n siria, a pesar de la creciente tensi¨®n que provoca el aplastamiento de las libertades desde el intento de golpe de 2016.
El cad¨¢ver del periodista saud¨ª eclipsa la represi¨®n implacable contra la libertad de prensa desencadenada por Erdogan: cierre de medios, encarcelamiento de periodistas y control de conglomerados medi¨¢ticos en manos de capitales afines. Sin cad¨¢veres notables de por medio y con tan dudosas credenciales, el caudillo turco se ha permitido graduar la presi¨®n sobre Riad con tanta parsimonia como inteligencia.
Desde el 2 de octubre, el d¨ªa en que Khashoggi cay¨® en la celada, hasta este pasado martes, Erdogan se ha mantenido en silencio, aunque sus colaboradores fueron filtrando informaciones sobre las ¨²ltimas horas del infortunado periodista saud¨ª. Una de ellas es la supuesta existencia de unas grabaciones de audio de los ¨²ltimos momentos de Khashoggi, con sus gritos de socorro, e incluso una ¨²ltima llamada telef¨®nica en la que habr¨ªa hablado con el propio Bin Salm¨¢n justo antes de morir.
Cuando Erdogan ha roto su silencio no ha sido para dar m¨¢s detalles sobre el crimen, sino para caracterizarlo como fruto de una operaci¨®n planificada, una forma de se?alarlo como un crimen de Estado. Se supone que guarda munici¨®n informativa para mantener la presi¨®n o al menos para recibir algo a cambio. Con su menci¨®n a la figura del rey Salm¨¢n, al que reconoci¨® como ¡°custodio de las Dos Mezquitas¡±, se?ala por elusi¨®n como responsable del crimen al pr¨ªncipe heredero, ahora mismo en plena ca¨ªda en su prestigio.
La astuta gesti¨®n de Erdogan busca una cierta revancha por la persecuci¨®n que sufren por parte saud¨ª los Hermanos Musulmanes, cofrad¨ªa que pretende implantar democracias isl¨¢micas y con la que tuvo v¨ªnculos Khashoggi. Hay un frente antisaud¨ª ¡ªQatar, sometido a bloqueo saud¨ª desde este a?o; los rebeldes Huthi de Yemen; Hamas; el destituido y encarcelado presidente egipcio Mohamed Morsi; y naturalmente Ir¨¢n¡ª que se relame de gusto ante las dificultades que se ha buscado Bin Salm¨¢n con este crimen de Estado, hasta el punto de poner en riesgo su futuro como heredero de la corona. Nada le apetecer¨ªa m¨¢s a Erdogan, un presidente salido de las urnas, que acabar con el joven aut¨®crata saud¨ª designado por su padre.
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