La regla, una angustiosa introducci¨®n a la adolescencia
Los mitos acerca de la regla y el escaso conocimiento del cuerpo humano, adem¨¢s de carencias en infraestructuras, tienen un impacto negativo en el ¨¢mbito f¨ªsico, psicosocial y educativo de las ni?as
Estaba sentada en su clase, en Ghana. Pero cuando lleg¨® la hora de salir, Millicent, de 13 a?os, se dio cuenta de que algo raro hab¨ªa pasado: su silla estaba h¨²meda. Inspeccion¨® su ropa y vio que se hab¨ªa manchado. ¡°Me preocup¨¦. ?Habr¨ªa comido algo en mal estado? ?Habr¨ªa hecho algo err¨®neo? Me fui a casa corriendo y me cambi¨¦ antes de que nadie pudiera verme¡±. Millicent nunca hab¨ªa o¨ªdo hablar de la menstruaci¨®n.
Hay miles de chicas en todo el mundo como Millicent. Las mujeres en edad reproductiva representan alrededor del 26% de la poblaci¨®n mundial y la mayor¨ªa de ellas menstrua cada mes entre dos y siete d¨ªas. Sin embargo, sobre todo en los pa¨ªses en desarrollo, a¨²n existe un tab¨² acerca de este tema. Los? mitos acerca de la regla y el escaso conocimiento del cuerpo humano, adem¨¢s de las carencias en infraestructuras, pueden tener un impacto negativo en el ¨¢mbito f¨ªsico, psicosocial y en la educaci¨®n de las ni?as.
Los problemas relacionados con la gesti¨®n de la menstruaci¨®n son la causa por la cual las chicas pierden cuatro o cinco d¨ªas de clase al mes. El retraso acumulado en el aprendizaje puede llevar, finalmente, al abandono escolar, limitando las perspectivas de lograr un trabajo mejor remunerado en el futuro y abriendo la puerta a peligros como los embarazos y los matrimonios tempranos.
M¨¢s de un tercio de las escuelas en el mundo no dispone de saneamiento adecuado, seg¨²n el informe Agua potable, saneamiento e higiene en las escuelas del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. Los servicios b¨¢sicos de higiene como el jab¨®n est¨¢n ausentes en casi la mitad de los centros de estudio, lo que afecta a 900 millones de ni?os y ni?as.
En Afganist¨¢n, se proh¨ªbe a las chicas que est¨¢n menstruando que coman carne, arroz o verduras
Los expertos que participaron en la VII Conferencia virtual sobre higiene menstrual en las escuelas, organizada por Unicef y retransmitida en directo en internet el pasado 30 de octubre, analizaron distintos proyectos en marcha en pa¨ªses como Banglad¨¦s, donde el 98% de las escuelas secundarias tiene letrinas, pero apenas en el 22% de los casos son separadas para las chicas.
En los alrededores de Dacca, el miedo a mancharse y a los malos olores, la marginalizaci¨®n social y las pr¨¢cticas inadecuadas de higiene menstrual contribuyen al 40% de las ausencias en clase de las chicas en edad de menstruar. Un estudio realizado por el Gobierno entre 2016 y 2018 y presentado por Farhana Sultana, del equipo de intervenci¨®n ambiental, puso de relieve c¨®mo los programas de gesti¨®n de higiene menstrual reducen el absentismo.
En Ghana, las ni?as faltan a clase hasta cinco d¨ªas al mes durante la regla. En este pa¨ªs, el 65% de las chicas abandona la escuela despu¨¦s del noveno a?o de clase, frente al 58% de los chicos. Durante el periodo, no pueden acudir a la mezquita ni a la iglesia porque se consideran impuras. La informaci¨®n sobre el ciclo menstrual es a menudo escasa y contradictoria. Unicef y las autoridades sanitarias locales destacaron durante la conferencia virtual la importancia de involucrar a los chicos en las campa?as de sensibilizaci¨®n sobre el tema para que aprendan a empatizar con ellas.
Estos mitos no conocen fronteras y dan la vuelta al mundo. En Afganist¨¢n, por ejemplo, se proh¨ªbe a las chicas que est¨¢n menstruando que coman carne, arroz o verduras. Tampoco pueden beber agua fr¨ªa, sentarse en un suelo mojado y lavarse. En algunas comunidades, ni siquiera las mujeres de la familia hablan con las que tienen el periodo, no pueden cocinar y se quedan aisladas durante el ciclo. En Etiop¨ªa, m¨¢s de la mitad de las adolescentes no recibe educaci¨®n sobre la menstruaci¨®n antes de tenerla por primera vez. Algunas incluso creen que dejan de ser v¨ªrgenes y hay padres que castigan a sus hijas culp¨¢ndolas de haber mantenido relaciones sexuales o haber sido violadas.
Aunque las compresas se distribuyan de manera gratuita en algunas escuelas de Malaui, las chicas no logran superar la verg¨¹enza y pedirlas
La Semana Mundial del Agua, celebrada en Estocolmo a finales de agosto, tambi¨¦n abord¨® este tema. Uno de los casos analizados fue el de Malaui. En este pa¨ªs africano existe una tradici¨®n que obliga a la ni?a que experimenta por primera vez la regla a encerrarse en casa durante siete semanas y usar una letrina diferente del resto de la familia. Durante este periodo, no puede ir al campo porque se cree que lleva una maldici¨®n que puede afectar tambi¨¦n a las plantas. Despu¨¦s, tiene que cortarse el pelo como s¨ªmbolo de madurez y de que est¨¢ lista para casarse. A pesar de que estas pr¨¢cticas est¨¢n en declive, siguen representando una amenaza.
¡°La mayor¨ªa de mujeres no puede comprar compresas desechables y prefiere usar trapos viejos¡±, explic¨® en el evento Christabel Yollandah Kambala de Washted, el centro para el desarrollo en agua, saneamiento salud y tecnolog¨ªa de la Universidad de Malaui. Estos productos cuestan entre 71 c¨¦ntimos y 1,36 d¨®lares y, aunque se distribuyan de manera gratuita en algunas escuelas, las chicas no logran superar la verg¨¹enza y pedirlos. Adem¨¢s, tienen miedo de que sus compa?eros y profesores varones se burlen de ellas. Los m¨¦todos alternativos como las copas menstruales a¨²n est¨¢n rodeados por el desconocimiento. Algunas mujeres entrevistadas por Kambala, por ejemplo, revelaron tener miedo a que este producto ensanchara su vagina y que sus maridos las abandonaran.
¡°Este es un tema muy olvidado por distintas razones. ?En qu¨¦ programa hay que incluirlo? ?Salud? ?Educaci¨®n? ?Agua y saneamiento?¡±, se preguntaba Bel¨¦n Torondel, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM por sus siglas en ingl¨¦s) durante la cita de Estocolmo. La investigadora espa?ola se acerc¨® a este tema durante un trabajo de campo en las zonas rurales de Tanzania sobre letrinas. ¡°Estaba menstruando y empec¨¦ a preguntarme c¨®mo las mujeres del lugar pod¨ªan gestionar la higiene durante esos d¨ªas. No es cuesti¨®n solo de disponer de compresas. Necesitas apoyo en casa, en el trabajo, en la escuela; saber que es algo normal y que puedes seguir con tu vida normal¡±.
El uso de productos de higiene inadecuados est¨¢ relacionado con infecciones urogenitales, como refleja un estudio que Torondel condujo en dos hospitales del estado indio de Odisha. En ¨¦l se demuestra que las mujeres que usaban compresas reutilizables presentaban con m¨¢s frecuencia dolencias en comparaci¨®n con las que utilizaban material desechable. Cambiarse de compresa fuera de una letrina y lavarse con menos frecuencia durante los d¨ªas de sangrado, seg¨²n el estudio, incrementan el riesgo de contraer vaginosis bacteriana. Asimismo, el uso de trozos de tela expone a las mujeres a candidiasis, sobre todo si se lavan y se ponen a secar en cuartos sin ventilaci¨®n. ¡°La menstruaci¨®n representa un tab¨² en todo el mundo, de Estados Unidos a Jap¨®n. Es hora de acabar con ello. Anuncios como los que vemos en la tele donde en lugar de la sangre se usa un l¨ªquido azul no ayudan¡±, zanj¨® la cient¨ªfica.
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