De migrantes, fif¨ªs y otras crispaciones
Los acontecimientos de las ¨²ltimas semanas sit¨²an a M¨¦xico en una peligrosa pendiente rumbo a la degradaci¨®n del discurso p¨²blico
La Caravana Migrante que atraviesa M¨¦xico desde Centroam¨¦rica para llegar a Estados Unidos, no nos hizo xen¨®fobos ni racistas. Solo nos expuso.
La ret¨®rica punzante y provocadora del presidente electo, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, no nos hizo clasistas ni intolerantes. Solo nos llev¨® a una trampa perniciosa.
Las ¡°benditas¡± redes sociales no nos hicieron agresivos ni patanes. Solo nos evidenciaron.
Dig¨¢moslo con todas sus letras: m¨¢s all¨¢ de la solidaridad en campo y las buenas acciones de quienes siguen siendo buenos ciudadanos, los acontecimientos de las ¨²ltimas semanas nos han exhibido en M¨¦xico en una peligrosa pendiente rumbo a la degradaci¨®n del discurso p¨²blico y sus consecuentes afectaciones para la convivencia social. Mucho se est¨¢ escribiendo y diciendo sobre la polarizaci¨®n en apariencia insalvable que habr¨ªan ¡°provocado¡± actores y circunstancias. Tengo para m¨ª que este es un argumento incompleto, porque culpar solo a los evidentes minimiza la responsabilidad de los encubiertos. Y esto es una historia de muchos.
Hace poco m¨¢s de un mes, varios miles de hondure?os comenzaron su andar para cruzar M¨¦xico y llegar a Estados Unidos. Y aunque esta no es la ¨²nica caravana migrante que ha atravesado el pa¨ªs ni la incursi¨®n de centroamericanos se haya limitado solo a este contingente, s¨ª despert¨® inter¨¦s y preocupaci¨®n inusitados. Las im¨¢genes sin contexto de miles de personas atravesando la frontera de manera abrupta, las amenazas de Trump desde su trinchera electorera y la implicaci¨®n p¨²blica de instituciones y actores para la defensa de los caminantes, destap¨® la xenofobia ya latente en M¨¦xico (seg¨²n encuestas sobre discriminaci¨®n). Frases como ¡°que se regresen a su casa¡±, ¡°son unos ingratos a los que les damos comida y ropa, y lo tiran todo a la basura¡±, ¡°seguro hay delincuentes entre ellos¡±, ¡°M¨¦xico para los mexicanos¡±, se han ido acentuando en la medida en que la Caravana pasa m¨¢s tiempo en M¨¦xico. Ese virulento temor a la otredad opaca, incluso, los buenos esfuerzos de ciudadanos e instituciones que se han volcado en solidaridad y apoyo a los andantes. No, los migrantes centroamericanos no nos hicieron xen¨®fobos, solo evidenciaron las pulsiones ya latentes en una sociedad inequitativa, recelosa y sorprendida.
El domingo pasado, algunas miles de personas salieron a protestar por la cancelaci¨®n de la construcci¨®n del Nuevo Aeropuerto Internacional de M¨¦xico que estar¨ªa en Texcoco. Entre las consignas se le¨ªa un rechazo a la forma de (pre)gobernar de L¨®pez Obrador, enojo por la ¡°muerte de un mejor futuro¡±, exigencia de ¡°otras formas de democracia¡± y algunas descalificaciones a los ¡°pobres e ignorantes cautivos¡±. Las redes estallaron para etiquetar a esta marcha como 'fif¨ª', calificativo de denuncia de privilegios de clase que ha metido a la circulaci¨®n ling¨¹¨ªstica el propio L¨®pez Obrador para acallar a medios y actores cr¨ªticos a sus proyectos y decisiones. ?No est¨¢s de acuerdo con lo que propone el nuevo gobierno y que aplauden sus seguidores? Entonces eres fif¨ª, y ah¨ª se acaba la conversaci¨®n. Etiqueta mata argumento, h¨¢ganle como puedan. ?Es L¨®pez Obrador, con su ret¨®rica punzante y divisoria, responsable del clasismo nacional? No, en una sociedad inequitativa y de movilidad social estancada por origen y color de piel, el clasismo es arena cotidiana de imposici¨®n de poderes. Pero de quien ya casi va a ser presidente de este pa¨ªs, se esperar¨ªa que se asuma como reconciliador en jefe y no como azuzador en campa?a.
?Y las ¡°benditas¡± redes sociales? Pues, como en todo el planeta interconectado, se consolidan como terrenos para tuitear fango y feisbuquear bilis. Un t¨ªmido "buenos d¨ªas" seguro recibe de vuelta un ¡°?buenos d¨ªas para qui¨¦n, idiota?¡±, porque as¨ª es el esp¨ªritu de los tiempos y la velocidad de los caracteres. Cierto, la incivilidad no naci¨® por culpa de las redes sociales, pero ?ah c¨®mo la potencia!
Ahora que se acercan las Navidades no estar¨ªa nada mal que todos nos tomemos un respiro, nos sacudamos etiquetas, revisemos nuestros prejuicios y reacomodemos prioridades. Atizar miedos o ahondar divisiones no me parece una estrategia saludable para la buena transformaci¨®n de una naci¨®n.
Salvo que alguien opine lo contrario.
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