La epidemia de la yuca que se investiga en un pueblo de M¨¢laga
Un grupo de investigaci¨®n de M¨¢laga analiza los genes de la mosca blanca, causante de una de las plagas que sufre ?frica, para acabar con ella
La yuca es un alimento b¨¢sico para m¨¢s de 800 millones de personas en todo el mundo, principalmente en pa¨ªses africanos, seg¨²n la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO). Cruda es t¨®xica, pero cocinada es, junto al ma¨ªz y el arroz, una de las fuentes nutritivas m¨¢s importante del mundo, ya que su ra¨ªz es rica en hidratos de carbono y sus hojas, en prote¨ªnas. Para muchas familias es la fuente principal de alimentaci¨®n o la ¨²nica.
Aunque su cultivo en el continente africano es sencillo, un insecto de un mil¨ªmetro de tama?o se ha convertido en su mayor enemigo. Es la bermisia tabaci, conocida como mosca blanca, que transmite hasta 400 virus y muchos de ellos afectan al crecimiento y la producci¨®n de yuca, seg¨²n explica Jes¨²s Navas, investigador del Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterr¨¢nea La Mayora, dependiente del Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) y ubicado en la localidad de Algarrobo, al este de M¨¢laga. ¡°Es fundamental luchar contra ellas para proteger los cultivos. En caso contrario, ser¨¢ una gran tragedia¡±, subraya.
Navas dirige desde hace algo m¨¢s de tres a?os un proyecto que desarrolla varias l¨ªneas trabajo para combatir los da?os de la mosca blanca en la Manihot esculenta Crantz, nombre cient¨ªfico de la yuca. Su labor parte de dos de las enfermedades m¨¢s comunes: la de las estr¨ªas marrones ¡ªque pudre la ra¨ªz e impide la ingesti¨®n del tub¨¦rculo¡ª y la del mosaico, que paraliza el desarrollo de la planta hasta devastar cosechas. La experiencia del centro malague?o en el campo de la agricultura y, en concreto, en el trabajo con los virus que transmite este insecto a los tomates fue clave para su inclusi¨®n como parte de un proyecto internacional financiado con 16 millones de d¨®lares por la Fundaci¨®n Bill & Melinda Gates y liderado por el Instituto de Recursos Naturales de la Universidad de Greenwich (Reino Unido).
La labor que se realiza en M¨¢laga se desarrolla de forma paralela al de otros grupos de cient¨ªficos de 10 pa¨ªses del mundo (como Estados Unidos, Colombia, Francia, China o Australia), donde se realizan investigaciones que se complementan entre s¨ª para ayudar a mejorar el cultivo de yuca. ¡°El trabajo favorecer¨¢ a millones de familias de 105 regiones del ?frica subsahariana, que dependen de ella como fuente principal de carbohidratos para sus calor¨ªas diarias¡±, asegura la investigadora Happyness Mollel, que particip¨® junto a Navas en la exposici¨®n de los resultados del proyecto realizado en La Mayora entre el 28 y 30 de noviembre en la ciudad tanzana de Dar es-Salam, donde los principales cient¨ªficos involucrados de compartieron sus avances.
El equipo del Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterr¨¢nea ¡ªque cuenta con 300.000 euros de presupuesto¡ª est¨¢ compuesto por seis investigadores entre los que se encuentran Mollel. Lleg¨® desde Tanzania expresamente para desarrollar una tesis doctoral centrada en la bermisia tabaci, a la que define como ¡°la plaga m¨¢s destructiva¡± y cuyos estragos han aumentado casi exponencialmente en los ¨²ltimos a?os debido a la aparici¨®n de poblaci¨®n superabundantes a¨²n m¨¢s letales. Como el suyo, otros ocho pa¨ªses africanos est¨¢n especialmente afectados por las plagas de mosca blanca, ¡°cuyos resultados son hambrunas peri¨®dicas¡± y p¨¦rdidas millonarias, seg¨²n la universidad de Greenwich.
Un de los principales objetivos de Navas y su equipo es comprobar que no solo existe una clase de mosca blanca, si no que hay muchas. ¡°Hasta una treintena¡±, explica la investigadora Mollel. A simple vista, larvas y adultos de este insecto son totalmente iguales. Pero, desde el punto de vista gen¨¦tico, hay variaciones. ?Y c¨®mo demostrar que son especies diferentes? Para evidenciar la hip¨®tesis, los investigadores han mezclado ejemplares con gen¨¦tica diversa para probar si se mezclaban entre s¨ª o no. Y, si lo hac¨ªan, estudiar si su descendencia presentaba alg¨²n problema (como ocurre, por ejemplo, cuando se cruza una yegua con un burro, cuya descendencia, el mulo, es est¨¦ril). Los resultados han sido claros: los individuos no se mezclan, lo que permite afirmar que son especies diferentes. ¡°Es un paso de gigante porque abre la puerta a desarrollar an¨¢lisis m¨¢s concretos de cada una de las variedades de la bermisia tabaci¡±, a?ade Navas.
Todo ello permite avanzar en otro de los objetivos de la investigaci¨®n: saber qu¨¦ virus transmite con mayor o menor intensidad cada una de las subespecies. Ah¨ª la localizaci¨®n de La Mayora tiene mucho peso, ya que en el litoral del sur de Espa?a existe una peque?a poblaci¨®n de mosca blanca de una variedad africana, la subsaharian 2. No se sabe c¨®mo lleg¨® a la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, pero el grupo de investigaci¨®n ha conseguido demostrar que es la misma especie a ambos lados del Estrecho. Y no solo eso, tambi¨¦n ha evidenciado que el insecto ha evolucionado de manera independiente a sus hermanas de ?frica: la ib¨¦rica cuenta con un gusto diferente, afectando a tomates o batatas, pero no a la yuca. Su gen¨¦tica ahora es clave para determinar qu¨¦ ha cambiado en ellas con el paso de los a?os en suelo espa?ol, ayudando a entender, por ejemplo, qu¨¦ gen facilita a otras subespecies a no verse afectadas por el veneno que las hojas de las yucas tienen en su savia.
Malawi, Uganda y Tanzania son tres de los pa¨ªses africanos m¨¢s afectados por la plaga de mosca blanca
Los resultados facilitar¨¢n un control sostenible de la plaga. ¡°Se podr¨ªan desarrollar plantas transg¨¦nicas que impidieran a cada especie de mosca blanca inhibirse de la toxina y, as¨ª, la yuca acabar¨ªa con su enemigo¡±, afirma Navas. Para ello a¨²n habr¨¢ que llegar a fases posteriores del proyecto internacional, aunque su equipo trabaja ya en las instalaciones malague?as del CSIC en dicha l¨ªnea. En concreto, ahora estudian las interacciones entre las moscas, los virus que transmiten y las plantas, para conocer mejor por qu¨¦ eligen, por ejemplo, plantas sanas o enfermas. Para estos resultados habr¨¢ que esperar un a?o m¨¢s, aunque los cient¨ªficos de La Mayora son optimistas y creen que su tarea pronto servir¨¢ para reducir las p¨¦rdidas de cultivos y mejorar los medios de vida de los miles de peque?os agricultores.
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