Ninguna t¨¦cnica puede realizarse en humanos sin haber sido suficientemente probada
La autora defiende que los cient¨ªficos deben pensar en los problemas que pueden ocasionar los avances y adelantarse a ellos
La ciencia est¨¢ de moda. ?ltimamente, las publicaciones sobre complicados m¨¦todos cient¨ªficos aparecen por doquier. Hemos le¨ªdo en estos d¨ªas la noticia de que un cient¨ªfico chino ha conseguido crear los primeros beb¨¦s modificados gen¨¦ticamente. Se describi¨® con detenimiento la t¨¦cnica de edici¨®n g¨¦nica, llamada Crispr Cas9, y ahora, pr¨¢cticamente toda la poblaci¨®n puede acceder a informaci¨®n sobre esta t¨¦cnica en las redes. La edici¨®n gen¨¦tica, que hasta hace poco era algo que se hac¨ªa en otros pa¨ªses, que nos parec¨ªa lejano, incierto y ¨²nicamente representaba las bases para una futura cura de enfermedades, ha tomado forma de realidad a pie de calle.
Y eso ha originado una oleada de comentarios y opiniones, mayoritariamente en contra. Se ha calificado el experimento de monstruoso, prematuro, peligroso e irresponsable, entre otros calificativos. Pero, ?es un experimento el nacimiento de dos criaturas?
Otros reputados representantes de la ciencia internacional han manifestado que poder conseguir el nacimiento de ni?os sanos sin las enfermedades que podr¨ªan heredar de sus padres sin remedio es un avance que no se puede censurar.
Tambi¨¦n hemos escuchado las declaraciones de algunos cient¨ªficos, expertos y menos expertos en la t¨¦cnica. Uno de ellos, a pesar de explicar de forma correcta c¨®mo se origin¨® y cu¨¢l es su fundamento, neg¨® con rotundidad que pudiera utilizarse en un futuro para fines distintos a los loables para los que se cre¨®. Pero llama la atenci¨®n un comentario suyo a una pregunta del entrevistador: ¡°Los cient¨ªficos no pensamos en la ¨¦tica¡±. Cuando, creo, los cient¨ªficos, en lo que m¨¢s debemos pensar es precisamente en eso: en los problemas que pueden ocasionar los avances cient¨ªficos. Y adelantarnos a ellos.
Y, como siempre que tiene lugar un acontecimiento cient¨ªfico de este tipo, se desata la pol¨¦mica. En este caso, bastante polarizada hacia la prohibici¨®n.
Pero esto ya ha sucedido a lo largo de la historia: la primera ni?a por fecundaci¨®n in vitro ahora ha celebrado su 40 aniversario y, en su momento, desat¨® una oleada de protestas en Gran Breta?a que se extendieron por todo el mundo. En este caso, la religi¨®n jug¨® un papel fundamental en advertir sobre los ¡°terribles peligros que conllevan estas t¨¦cnicas del diablo¡±. Y aunque hoy en d¨ªa las t¨¦cnicas de reproducci¨®n asistida han avanzado incre¨ªblemente y se utilizan de forma rutinaria en personas con problemas de fertilidad (e incluso en los que no los tienen), no olvidemos que son casi las ¨²nicas t¨¦cnicas que se han empleado sin conocer con certeza cu¨¢les pod¨ªan ser las consecuencias.
Desde el punto de vista bio¨¦tico, ninguna t¨¦cnica puede realizarse en humanos sin haber sido suficientemente probada y para ello existen los ensayos cl¨ªnicos. Sin embargo, no ha sido ¨¦ste el caso.
?Eso significa que puede utilizarse esta t¨¦cnica igual que hemos hecho con la fecundaci¨®n in vitro?
En absoluto. No debemos de repetir los mismos errores, aunque no nos haya salido mal.
Se ha discutido tambi¨¦n del peligro que representa la edici¨®n g¨¦nica: la posibilidad futura de poder elegir los embriones en funci¨®n de sus caracter¨ªsticas f¨ªsicas: color de ojos, estatura, etc. Incluso en funci¨®n de su coeficiente intelectual. Parece ciencia ficci¨®n, pero es una posibilidad que no se deber¨ªa descartar.
Pero tampoco significa que deba de prohibirse el avance cient¨ªfico. Como siempre, tenemos que buscar el t¨¦rmino medio del problema, y no orientarnos hacia los extremos.
La ciencia avanza, y eso es imparable. Pero habr¨ªa que ser responsable en su utilizaci¨®n. Porque la ¨¦tica no es otra cosa que eso: responsabilidad y prudencia. Y los cient¨ªficos nunca deber¨ªamos de olvidarlo.
Roc¨ªo N¨²?ez es experta en reproducci¨®n asistida y bio¨¦tica
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