Ciudadan¨ªa que enciende esperanza en el Mediterr¨¢neo
Una posible soluci¨®n para ayudar a los refugiados puede ser la energ¨ªa solar
Las dimensiones de los problemas tienden a paralizarnos. Cuanto m¨¢s grandes parecen, menos capaces nos vemos de reaccionar frente a los mismos. Nos pasa en nuestra vida cotidiana (ante conflictos familiares aparentemente irresolubles, en nuestras relaciones laborales muchas veces complejas¡) y nos pasa tambi¨¦n frente a los grandes temas sociales y los que afectan al mundo, los de la actualidad. ?Qu¨¦ voy a hacer yo si casi no tengo capacidad?, nos decimos, paralizando cualquier tipo de iniciativa propia que pudiera desencadenar un movimiento.
Uno de los asuntos fundamentales de nuestro tiempo, por el que seremos recordadas las personas que nos ha tocado vivir en este momento de la historia, es la grave crisis humanitaria que sigue afectando a las decenas de miles de personas que se ven obligadas a abandonar sus territorios en busca de una vida mejor. Es, en datos, la crisis humanitaria m¨¢s grave desde la II Guerra Mundial y no ha cesado aunque las c¨¢maras de los medios no enfoquen ya a esta realidad. Las personas en busca de refugio siguen lanz¨¢ndose desesperadas al mar Mediterr¨¢neo sin tener la seguridad de poder llegar hasta la otra orilla. Una desesperaci¨®n que refleja a la perfecci¨®n la poeta somal¨ª Warsan Shire con unos versos rotundos que afirman que ¡°nadie pone a sus hijos en un barco a menos que el agua sea m¨¢s segura que la tierra¡±.
Frente a esto, otra vez la pregunta: ?Qu¨¦ voy a hacer yo si casi no tengo capacidad? La dimensi¨®n del problema nos bloquea mientras parece evidente que, hoy por hoy, de haber una soluci¨®n tiene que surgir desde la ciudadan¨ªa. Los gobiernos europeos no responden con la urgencia y contundencia que exigen estos retos y es la mayor¨ªa de las veces la sociedad civil la que se organiza para rescatar y acoger.
Nuestro modelo energ¨¦tico est¨¢ profundamente relacionado con las causas de cientos de miles de desplazamientos forzosos al a?o a lo largo de todo el mundo
Ejemplos claros los tenemos en los barcos de salvamento mar¨ªtimo que organizaciones ciudadanas est¨¢n fletando para dedicarse a sacar del mar a quien nadie saca. Jug¨¢ndose la integridad f¨ªsica y la posibilidad de enfrentarse a graves sanciones e incluso denuncias interesadas por tr¨¢fico de personas, mujeres y hombres se hacen a la mar para ser parte de la soluci¨®n en estos tiempos complejos.
Es el caso del barco Aita Mari de Salvamento Mar¨ªtimo Humanitario (SMH), el cual est¨¢ preparado para zarpar y unirse a la misi¨®n que tantos otros barcos est¨¢n desempe?ando en el Mediterr¨¢neo. Este buque es la respuesta de la ciudadan¨ªa ante la evidencia de que en el seno de la Uni¨®n Europea no hab¨ªa ninguna medida para responder a este drama.
Su objetivo es doble: primero, garantizar el derecho a la vida de todas las personas que naufragan en el mar y, despu¨¦s, vigilar el cumplimiento de los convenios de derechos humanos y migraciones en las fronteras europeas.
Desgraciadamente, en los ¨²ltimos a?os hemos visto c¨®mo diferentes pa¨ªses de la Uni¨®n Europea implementan medidas represoras contra las personas migrantes. Este tipo de decisiones olvidan los derechos fundamentales de todo ser humano a recibir protecci¨®n por terceros pa¨ªses.
El Aita Mari navegar¨¢ por el Mediterr¨¢neo Central, la ruta migratoria m¨¢s mort¨ªfera en la actualidad. A diario una media de seis personas pierden la vida al buscar un futuro en paz. La ausencia de v¨ªas legales para migrar les empuja a ponerse en manos de traficantes, a subirse en embarcaciones precarias, a jugarse la vida en el mar.
En los ¨²ltimos a?os hemos visto c¨®mo diferentes pa¨ªses de la Uni¨®n Europea implementan medidas represoras contra las personas migrantes
Esta misi¨®n de rescate, la del Aita Mari, va a significar un esfuerzo tremendo para todas las personas involucradas en el barco: desde el propio voluntariado hasta las redes de apoyo. Y solo ser¨¢ posible gracias a esa movilizaci¨®n ciudadana. Una vez en marcha, seremos un observador ciudadano m¨¢s en las fronteras europeas, preparados para denunciar las violaciones de derechos humanos.
Por eso, desde ecooo y Salvamento Mar¨ªtimo Humanitario, convencidos como estamos de la relevancia de la activaci¨®n de la ciudadan¨ªa frente a las grandes transformaciones de nuestro tiempo, lanzamos la campa?a Enciende Refugio. Queremos ofrecer a la sociedad civil una herramienta que sirva para eliminar las causas que fuerzan a la gente a huir de sus territorios a la par que apoyamos el rescate de personas en el Mediterr¨¢neo como consecuencia de esa huida.
Nuestro modelo energ¨¦tico est¨¢ profundamente relacionado con las causas de cientos de miles de desplazamientos forzosos al a?o a lo largo de todo el mundo. Seg¨²n ACNUR, hablamos en concreto de m¨¢s de 21,5 millones de desplazamientos anuales por causas relacionadas con el clima, que pueden llegar hasta los 100 millones de aqu¨ª a un par de d¨¦cadas si no se pone remedio. Un n¨²mero este que supera de largo al de las personas que salen de su tierra en busca de refugio a causa de las guerras. Todo debido a un modelo energ¨¦tico contaminante y poco democr¨¢tico que basa su producci¨®n en materias primas f¨®siles que son extra¨ªdas en su mayor parte de terceros pa¨ªses. Un modelo que no es inmutable y que se puede sustituir por otro renovable, sostenible, participado, participativo y en manos de las personas.
Nuestro actual modelo afecta a los desplazamientos forzosos principalmente desde cuatro perspectivas. Por un lado, y quiz¨¢ la m¨¢s evidente, est¨¢n las personas que tienen que huir de su tierra por las guerras derivadas por la pugna de las materias primas en sus pa¨ªses. Por otro tenemos todas las que huyen debido a las consecuencias m¨¢s evidentes del cambio clim¨¢tico producido por el ser humano, tales como la desertizaci¨®n, las sequ¨ªas o las cat¨¢strofes naturales. Tambi¨¦n son destacables, como se vio en el caso de la comunidad de la activista lenca Berta C¨¢ceres, los casos en los que pueblos enteros tienen que abandonar sus territorios hist¨®ricos debido a la construcci¨®n de grandes infraestructuras energ¨¦ticas en su zona. Por ¨²ltimo, y no menos relevante, los accidentes que pudimos ver en Chern¨®bil, Fukushima o con el oleoducto de Exxon en Nigeria obligan a miles de familias a abandonar sus hogares quiz¨¢ para siempre.
Parece evidente que, hoy por hoy, de haber una soluci¨®n tiene que surgir desde la ciudadan¨ªa
Por eso, ante esta problem¨¢tica de grandes dimensiones ofrecemos una soluci¨®n transformadora que nos puede ayudar a salir de la par¨¢lisis. Con Enciende Refugio ofrecemos participar en la socializaci¨®n de una planta solar fotovoltaica que vertir¨¢ energ¨ªa limpia a la red, mitigando las causas de los desplazamientos forzosos, a la par que un porcentaje de los beneficios de la venta de la energ¨ªa va a parar a las tareas de rescate en el Mediterr¨¢neo de Salvamento Mar¨ªtimo Humanitario. Una inversi¨®n ¨¦tica que ataja directamente las causas y las consecuencias de uno de los retos m¨¢s grandes de nuestro tiempo.
Frente a los grandes problemas que nos paralizan solo hay una soluci¨®n: grandes alianzas ciudadanas que se activen para tomar las riendas de su tiempo y encender la esperanza. Encender la esperanza encendiendo refugio: eso pretendemos desde ecooo y Salvamento Mar¨ªtimo Humanitario.
Miguel ?ngel V¨¢zquez pertenece a Ecooo revoluci¨®n solar, y Daniel Rivas es miembro de Salvamento Mar¨ªtimo Humanitario.
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