?frica o el ser m¨¢s que el tener
Felwine Sarr propone en 'Afrotop¨ªa' una ¡°utop¨ªa activa¡± de palabra y acci¨®n, de la que emanar¨¢ un continente que vuelva a ser el pulm¨®n espiritual del mundo
Los discursos en relaci¨®n a ?frica han oscilado entre la desesperaci¨®n (afro-pesimismo) y la euforia (afro-optimismo). Construcciones de pensamiento que el imaginario occidental ha ido levantado siempre al margen de los principales interesados. As¨ª, la propensi¨®n de los otros a proyectar sus sue?os y fantas¨ªas en el continente africano han marcado a fuego im¨¢genes, clich¨¦s y estereotipos que han arraigado hasta polarizarse y convertir este espacio en el depositario de los mayores fracasos y derivas o dibujarlo, por el contrario, como el cr¨¢ter de una emergencia econ¨®mica y un progreso imparable.
Ante ello Felwine Sarr, economista, m¨²sico, escritor y profesor de la Universidad Gaston Berger de Saint-Louis en Senegal, en su obra Afrotopia (Los libros de la Catarata), reci¨¦n traducida a castellano, retoma la necesidad de ¡°observar el continente tal cual es y no tal y como deber¨ªa ser¡±, como se lee en la publicaci¨®n, para emprender una ¡°reflexi¨®n cr¨ªtica sobre s¨ª mismo, sobre sus propias realidades y sobre su situaci¨®n en el mundo: pensarse, representarse, proyectarse¡¡±
A contracorriente. Se trata de pensar esa ?frica en movimiento pasando por encima de los conceptos y t¨¦rminos que se han usado para describir y baremar al continente (desarrollo, PIB, Objetivos de Desarrollo del Milenio¡) los cuales han fracasado al aplicarse a las sociedades africanas, ya que a la postre han negado ¡°la creatividad propia de estas sociedades y su capacidad para producir las met¨¢foras de sus futuros posibles¡±. Estos pueden mostrar las ¡°condiciones de la vida¡± pero ¡°no dicen nada sobre la vida misma¡±.
El desarrollo, en concreto, tal y como mantiene el fil¨®sofo se ha convertido en uno de los m¨¢s poderosos mitemas actuales. As¨ª, las sociedades occidentales son el referente que descalifica ¡°cualquier otra trayectoria y forma de organizaci¨®n social¡±. De ah¨ª la importancia de elaborar un proyecto en muchos pa¨ªses africanos que emane de su propio ser y visi¨®n del mundo, alejando modelos sociales que no son adecuados para ellos y que carecen de sentido para quienes los habitan. Deshacerse, en definitiva, del modelo que impera a nivel global: en el que prima la cantidad sobre la calidad, el tener sobre el ser.
Pero, sobre todo, Sarr alude al d¨¦ficit de pensamiento y de producci¨®n de sus propias met¨¢foras futuras que sufre el continente africano, incidiendo en la necesidad de articular un pensamiento sobre el presente y el devenir de ?frica.
Lo anterior enlaza con lo que los intelectuales africanos y de la di¨¢spora han mostrado en m¨²ltiples ocasiones: la necesidad de descolonizar el pensamiento y crear una comunidad intelectual que pensara y reflexionara primero sobre ?frica desde dentro y despu¨¦s sobre el mundo contempor¨¢neo y sus transformaciones. Una de las expresiones m¨¢s actuales y exitosas de esta necesidad ha sido la aparici¨®n de Les Ateliers de la Pens¨¦e (Los talleres del pensamiento) que enfatiza en el liderazgo de los intelectuales. Algo sobre lo que ya Donato Ndongo, en la introducci¨®n a S¨ªntesis sistem¨¢tica de la Filosof¨ªa Africana (Ediciones Carena, 2002) de Eugenio Nkogo llamaba la atenci¨®n, al afirmar ¡°que una de las causas del empobrecimiento econ¨®mico y social de ?frica es la previa depauperaci¨®n de las mentes africanas, a las que se ha condenado exclusivamente a tratar de sobrevivir. Sin sus fil¨®sofos y pensadores, sin sus intelectuales, sin sus mantenedores y transformadores de sus culturas primigenias, ?frica se debate hoy en la agon¨ªa, cuando en realidad no es sino el continente de la vida y de la esperanza¡±.
Son muchos los fil¨®sofos, escritores y pensadores que se nombran en este libro junto con sus aportaciones. Adem¨¢s de Achille Mbembe con el que tiene una gran afinidad de pensamiento, aparecen entre otros V. Mundib¨¦ y su Biblioteca colonial (conjunto de textos escritos sobre el continente por exploradores, antrop¨®logos, etn¨®logos europeos, quienes contribuyeron fuertemente a construir una visi¨®n y unos imaginarios asociados a ?frica), F. Fanon exigiendo no ser un p¨¢lido reflejo de Europa (¡°si queremos que la humanidad de un paso m¨¢s all¨¢, si queremos elevarla a un nivel diferente de aquel a donde la ha llevado Europa, entonces hay que inventar, entonces hay que descubrir¡±), pasando por los escritores Ngugi wa Thiong?o o Wole Soyinka hasta los m¨¢s j¨®venes pensadores contempor¨¢neos como Nadia Yala Kisukidi
Por su parte, Felwine Sarr consciente de que ¡°pensar ?frica es caminar bajo un amanecer incierto¡± transmite su intenci¨®n de que su discurso no se quede en palabras, para lo cual a lo largo del libro ha puesto ejemplos y aspectos muy concretos en los que comenzar a incidir para llegar a una aut¨¦ntica ¡°revoluci¨®n cultural¡± y, adem¨¢s, acu?a dos nuevos t¨¦rminos. Estos son, Afrotopos ¡°ese lugar todav¨ªa no habitado por esa ?frica que viene¡± y Afrotop¨ªa ¡°una utop¨ªa activa que pretende sacar a la luz los vastos espacios posibles de las realidades africanas y fecundarlos¡±.
A trav¨¦s de las p¨¢ginas de este libro, el pensador invita a ?frica (habla en general a pesar de ser consciente de su diversidad al entender que ¡°las naciones africanas comparten el proyecto de una ?frica que debe volver a ser su potencia propia y su luz propia¡±) a salirse de esa carrera sin sentido, predadora y demoledora en la que el mundo se ha embarcado en una vor¨¢gine voraz de consumo y destrucci¨®n medioambiental porque ¡°no se trata de alcanzar a nadie, sino de dar lo mejor de uno mismo¡±. Poniendo al ser humano en el centro, eligiendo su modelo econ¨®mico y su pol¨ªtica, repensando el progreso e innovando sus modelos de decisi¨®n. Para replantearse, finalmente, el papel de su cultura, con una cr¨ªtica radical a todos aquellos elementos que la merman pero rehabilitando a la vez el profundo humanismo que subyace en ellas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Literatura africana
- Desarrollo ?frica
- Colonialismo
- Poscolonialismo
- Desarrollo humano
- Indicadores econ¨®micos
- Indicadores sociales
- PNUD
- Cooperaci¨®n y desarrollo
- Calidad vida
- Geopol¨ªtica
- ?frica
- Bienestar social
- ONU
- Pol¨ªtica social
- Literatura
- Desarrollo sostenible
- Cultura
- Econom¨ªa
- Sociedad
- Medio ambiente
- Pol¨ªtica
- EP Global
- ?frica no es un pa¨ªs
- Planeta Futuro
- Blogs