Pompeii: viaje al ¨¦xito a golpe de zapatilla
Jaime Garrastazu y los hermanos Vidri, los tres veintea?eros que est¨¢n detr¨¢s de esta firma de calzado que empez¨® en Internet y acaba de abrir su primera tienda en Madrid
Hay grandes negocios que empiezan en un garaje. Otros, en una furgoneta. El camino estilo start up que se marcaron?Jaime Garrastazu (27 a?os) y los hermanos Nacho y Jorge Vidri (de 26 y 24 a?os) para vender sus zapatillas Pompeii por toda Espa?a fue algo que les dio buenos resultados y les marc¨®. As¨ª lo relata Garrastazu: ¡°Fue entre 2014 y 2015. Viajabamos solos, con las zapas y un stand de cart¨®n. Visitamos ciudades por toda Espa?a. Pedimos favores a amigos para dormir en su casa. Ser tu propio jefe sin tener ni idea, con 21 a?os, es un horror, pero la vida te cambia para bien¡±.
Pompeii naci¨® en 2014 como el proyecto de amigos de la universidad que quer¨ªan vender zapatillas. Cuatro a?os despu¨¦s, solo permanecen en el proyecto tres de ellos. Han alcanzado los 100.000 clientes y los 200.000 pares vendidos. Los materiales con los que trabajan son lona, serraje y serraje repelente al agua, y su precio oscila entre los 55 y los 75 euros. Tienen unos 35 empleados, su facturaci¨®n para este a?o rondar¨¢ los 3,5 millones de euros y han abierto su primera tienda en Madrid. De momento, su expansi¨®n internacional tiene como tr¨ªpode Portugal, Francia y Alemania, y gracias a una ampliaci¨®n de capital (cuya cifra no han desvelado) van a combinar el mercado mayorista con el minorista para seguir expandi¨¦ndose en Europa.
La conversaci¨®n con estos tres veintea?eros tiene lugar en su oficina de Madrid, en una de esas salas que lo mismo sirve para celebrar reuniones y apilar prototipos que para sesiones de fotos. La ubicaci¨®n del cuartel general de Pompeii en Mej¨ªa Lequerica ¡ªcalle bisagra entre el barrio de Justicia y el de Malasa?a¡ª escenifica el esp¨ªritu de la marca: calzar al pijo que no puede renegar de su elegancia y que simpatiza con la cultura skater, surfista y hipster. O al hombre cl¨¢sico que busca un toque ¡°elegant¨®n¡±, como dice Nacho Vidri. Tambi¨¦n hay una l¨ªnea para mujer, claro, algo m¨¢s limitada.
Ante la pregunta de qu¨¦ se siente al facturar el primer mill¨®n de euros la respuesta es clara. ¡°Es una consecuencia de que a la gente le gusta lo que haces¡±, cuenta Garrastazu. ¡°Nosotros hemos reinvertido todo y a nivel personal todav¨ªa no nos ha repercutido. Empezamos en esto sin cobrar nada. Luego pasamos a tener un sueldo de 400 euros y ahora tenemos uno m¨¢s digno¡±.
Un arma de doble filo
El pasado jueves 13 la marca inaugur¨® su primera tienda f¨ªsica en una de las arterias comerciales con m¨¢s afluencia de Madrid: la calle Fuencarral. Un lugar en el que ver y palpar el producto. Abrir un establecimiento en el que sus clientes pudieran ver y tocar sus productos, in situ, era importante para seguir creciendo. La apertura de Fuencarral, 53, cuyo dise?o de interiorismo ha corrido a cargo del estudio El Departamento, se convirti¨® en todo un acontecimiento. Las l¨ªneas minimalistas y los colores suaves de su interior casi se dir¨ªan como una nueva manera de entender la decoraci¨®n hipster: esa que huye de los estampados y de las tonalidades duras para inclinarse hacia tonos casi pastel acordes con la filosof¨ªa Feng-Shui. Puro neurom¨¢rketing.?
Porque s¨ª, Instagram se ha convertido en el mayor escaparate del mundo pero ?siguen siendo los influencers la nueva herramienta de marketing que el mercado necesita? ¡°Pues siendo muy sincero, funcionaba mejor antes, que estaba menos profesionalizado, que ahora¡±, comenta Jorge Garrastazu. Vidri a?ade: ¡°La gente empieza a seguir a otras personas porque son aut¨¦nticos y representan algo para ellos. En el momento en el que entran muchas marcas, de alguna forma se puede llegar a perder la autenticidad y la gente deja de confiar en ellos¡±.
En esa red social es donde Pompeii ¡ªcon 159.000 seguidores ¡ª ha desarrollado una narrativa muy propia en la que habla con su cliente de t¨² a t¨², con frescura y transparencia, y le cuenta el porqu¨¦ de cada decisi¨®n: desde la f¨¢brica en la que se produce el calzado hasta la subida de precio, pasando por el valor de los gastos de env¨ªo. Seg¨²n Garrastazu ¡°la gente agradece la honestidad¡±. ¡°Son movimientos que todas las empresas hacen. La decisi¨®n de subir un precio es arriesgado. Lo que unos agradecen, a otros no les gusta nada¡±.
Cuando se les pregunta a los tres socios qu¨¦ tal duermen, el cansancio les puede: ¡°Fatal¡±, comenta uno. ¡°Bastante mal. Son momentos de muchas cosas a la vez¡±, se sinceran los otros. El insomnio ya es uno m¨¢s en Pompeii; algo que ni ellos saben si ha contribuido a su desarrollo como empresarios.
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Mundolog¨ªa: su manera de vivir la vida
Garrastazu y los Vidri reconocen que viajar (primero en su furgoneta, despu¨¦s por el resto del mundo) les ha hecho desarrollar una filosof¨ªa vital. Eso de tener mundo les ha convirtido en quienes son y determina su manera de llevar el negocio. A este conjunto de experiencias y perspectivas lo han llamado Mundolog¨ªa y pretenden que otros j¨®venes de su generaci¨®n lo experimenten. Para ello, el a?o crear¨¢n Pompeii Mundology University: un proyecto que becar¨¢ a tres personas para que vivan el mismo viaje que realizaron ellos cuando vend¨ªan zapatillas de ciudad en ciudad.
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