C¨®mo sobrevive un matrimonio sin sexo, y qu¨¦ hay que hacer para recuperar la libido
Es habitual que las parejas de larga duraci¨®n atraviesen etapas de sequ¨ªa sexual, pero de ellas depende salir de la mala racha o acostumbrarse a vivir sin sexo en la pareja
Seg¨²n el Instituto Kinsey, una entidad de referencia en la investigaci¨®n sexol¨®gica que depende de la Universidad de Indiana, en Estados Unidos, el 34% de las parejas casadas mantienen relaciones sexuales entre dos y tres veces a la semana. ?Qu¨¦ pasa con el 66% restante? Diversos estudios avalan el hecho de que, con el paso de los a?os, la frecuencia de las relaciones sexuales y la satisfacci¨®n disminuyen. Y las malas lenguas insisten en que el matrimonio es la muerte del sexo, pero esa es una conclusi¨®n discutible.
Los motivos que llevan a las parejas hasta el punto de olvidar qu¨¦ es el sexo son muy diversos, aunque lo m¨¢s com¨²n es que la rutina y la dejadez apaguen la llama, explica?el sex¨®logo Fernando Villadangos. El nacimiento de los hijos tambi¨¦n es una experiencia que trastoca la intimidad de la pareja porque la crianza es agotadora. Los tratamientos m¨¦dicos y la depresi¨®n, una enfermedad que la Organizaci¨®n Mundial de la Salud calcula que afecta a m¨¢s de 300 millones de personas en el mundo, tambi¨¦n contribuyen a la disminuci¨®n de la libido.
Otro problema es la creencia en el mito del amor rom¨¢ntico y la idea de que el deseo aparece por arte de magia. "Es falso que la pasi¨®n sexual se mantenga por s¨ª sola. La novedad se pierde y la pareja deber¨ªa dedicar un poco de ilusi¨®n y creatividad a mantener la chispa", asegura Villadangos. "En las relaciones de largo recorrido es habitual que haya etapas en las que el sexo pasa a un segundo, tercer o cuarto plano", asegura la psic¨®loga Susana Ivorra, autora del libro ?Felicidad!
Estos momentos no tiene porqu¨¦ ser un punto final. Recuperar el placer ¨ªntimo es posible. Hay que entender que hay circunstancias vitales estresantes que conducen a disminuir la frecuencia de las relaciones sexuales, y hay que aceptarlas, que no es lo mismo que resignarse a su influencia. El compromiso es una herramienta muy eficaz si uno no est¨¢ coforme con el decaimiento y quiere que la vida ¨ªntima coja temperatura, subraya Ivorra.
Tanto el sex¨®logo Fernando Villadangos como la psic¨®loga Susana Ivorra recomiendan ser realistas y afrontar de cara la situaci¨®n con la pareja. La conversaci¨®n es fundamental: "Hay que hablar de lo que echamos en falta y proponer dedicar un espacio y un tiempo al reencuentro er¨®tico y sexual", asegura el sex¨®logo, quien tambi¨¦n aconseja provocar un punto de inflexi¨®n para volver a encontrarnos. Suena a t¨®pico -y lo es-, pero una escapada de fin de semana puede obrar milagros.
El sexo tiene un precio: tiempo y esfuerzo
Montar en bicicleta nunca se olvida, pero el sexo no es como pilotar el biciclo. Cuando la pr¨¢ctica se pierde, pueden surgir enojosas resistencias al acto sexual. Lo habitual es que cuando disminuye la frecuencia de las relaciones sexuales tambi¨¦n lo hacen la intimidad y el afecto f¨ªsico. Seg¨²n Ivorra, la pareja desconecta poco a poco, olvidando gestos como los besos y las caricias. Aparece el miedo, el miedo a que el otro malinterprete las intenciones y que la desagradable tesitura de rechazarle se convierta en realidad, explica Ivorra.
Es un c¨ªrculo vicioso en el que volver a intimar con la pareja puede resultar inc¨®modo o hacer que afloren inseguridades. En estos casos, la psic¨®loga recomienda la "espontaneidad programada", es decir, no pasar directamente al grano y empezar por "peque?os gestos para calentar motores", como mensajes de texto subidos de tono o un beso apasionado de despedida. "Si no piensas en sexo en ning¨²n momento del d¨ªa, dif¨ªcilmente te surgir¨¢n las ganas cuando acabe el d¨ªa y est¨¦s agotado", explica Ivorra.
Eso s¨ª, esta receta funciona para las parejas que quieren volver a compartir la intimidad de la vida sexual, pero hay otras que se acostumbran a la sequ¨ªa e incluso dejan de echar de menos la actividad sexual. Es respetable. El sex¨®logo Fernando Villadangos recuerda que todo es cuesti¨®n de gustos. "Si una pareja funciona bien emocionalmente, se sienten felices y ninguno de los dos siente la necesidad de mantener relaciones sexuales, no existe un problema", admite.
Si nos hemos acabado acostumbrando a la situaci¨®n, "puede que lleguemos a un punto donde sintamos que podemos vivir sin sexo", y solo nosotros podremos valorar si nos estamos o no perdiendo algo importante. Y hay personas asexuales que ni siquiera se acuerdan del sexo. ?Ser¨ªa justo estigmatizarlas?
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