Un mensaje a las estrellas
El sector cient¨ªfico tiene una visi¨®n pesimista. El ministro deber¨ªa escucharla
Los mensajes que llegan de la ciencia espa?ola no son buenos. Una de las voces m¨¢s autorizadas del sector, el bioqu¨ªmico Luis Serrano, un destacado cient¨ªfico que adem¨¢s dirige uno de los mejores centros del pa¨ªs (el CRG de Barcelona) y preside la alianza Severo Ochoa/Mar¨ªa de Maeztu (Somma) de unidades de investigaci¨®n, los expresa con claridad en Materia. La comunicaci¨®n con el ministro Pedro Duque no fluye como debiera. El paquete de ¡°medidas urgentes¡± que anunci¨® Duque para despejar las trabas burocr¨¢ticas no ha llegado al Consejo de Ministros. El dinero es poco y se gestiona de una manera err¨¢tica, irracional y da?ina para los proyectos. La Agencia Estatal de Investigaci¨®n carece del presupuesto plurianual que le permitir¨ªa planificar la investigaci¨®n a medio plazo. Fuera de los centros de excelencia, la ciencia que se hace en el CSIC y las universidades languidece en una lenta desintegraci¨®n. Las pol¨ªticas de personal y contratos p¨²blicos son inadecuadas debido a la incompetencia pol¨ªtica para promover las reformas legales necesarias. Y hasta Catalu?a ha dejado de ser la locomotora de la investigaci¨®n espa?ola. El mensaje est¨¢ claro. Ojal¨¢ llegue a las estrellas.
El dinero es poco y se gestiona de una manera err¨¢tica, irracional y da?ina para los proyecto
Hay otras cuestiones que son menos llamativas, pero no menos importantes a medio plazo. Los cient¨ªficos de las universidades norteamericanas tienen facilidad para convertir sus investigaciones en startups, o empresas emergentes financiadas con capital riesgo que nacen (y a menudo mueren) para desarrollar alguna aplicaci¨®n tecnol¨®gica derivada de la ciencia b¨¢sica. En Espa?a esto es casi imposible. Las empresas espa?olas nunca se han vuelto locas apostando por las verdaderas innovaciones, y el capital riesgo no existe, redondeando un poco. Serrano calcula que, si los bancos y las compa?¨ªas del Ibex dedicaran el 0,001% de sus beneficios a capital riesgo, podr¨ªan cambiar radicalmente el paisaje de la investigaci¨®n y la innovaci¨®n en Espa?a. Los empresarios, por su parte, se quejan de que no suelen recibir ofertas atractivas de la comunidad cient¨ªfica. Un ministerio no tiene aqu¨ª que aportar fondos, pero seguramente s¨ª podr¨¢ promover contactos y despejar trabas.
Las prioridades de la pol¨ªtica son otras, como estamos todos hartos de ver. Las tensiones territoriales, las diatribas sobre las esencias nacionales y el regreso permanente a lo trivial nos han vendado los ojos. Con la ciencia, la investigaci¨®n y la innovaci¨®n s¨ª nos estamos jugando el futuro del pa¨ªs. El perfil bajo de un ministerio clave es una curiosa forma de hacer pedagog¨ªa sobre esta idea. Y no est¨¢ funcionando bien.
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