'Abusuarios', los pacientes de los que algunos m¨¦dicos se quejan en Twitter
Dicen que tienen una urgencia solo para que les atiendan antes, exigen recetas, faltan al respeto a los facultativos... y con ello merman in¨²tilmente los recursos del sistema sanitario
Personas que van al hospital por una congesti¨®n nasal y se enfadan porque tienen que esperar, que exigen pruebas y f¨¢rmacos en unas urgencias hospitalarias saturadas, que no acuden a su cita pero tampoco la anulan... Son el tipo de paciente que molesta profundamente a algunos m¨¦dicos, que piensan que hacen un uso abusivo de la sanidad p¨²blica. Y no solo comentan este uso indebido del servicio en privado. Algunos se desahogan en Twitter, donde incluso han bautizado como abusuarios a este tipo de usuarios de la sanidad p¨²blica, quienes, en su opini¨®n, derrochan recursos, les hacen perder el tiempo y contribuyen a que no puedan dedicar m¨¢s de 5 minutos a cada paciente.
Las experiencias que los facultativos relatan en el hashtag #abusuario hablan por s¨ª solas: un matrimonio de 70 a?os que se presenta en urgencias a las tres de la madrugada, para no perder la ma?ana siguiente en el centro de salud, mientras esperan que les receten paracetamol; unos padres que llevan a su hija de 8 a?os a urgencias porque se le mueve un diente y "les daba cosa quit¨¢rselo"; una visita a las 6.45 horas de una mujer que se ha levantado congestionada cuando el d¨ªa anterior se encontraba bien¡?
?No pueden cuidarse sin la ayuda de un m¨¦dico?
El m¨¦dico jubilado Juan G¨¦rvas, autor junto a su mujer Mercedes P¨¦rez-Fern¨¢ndez del libro La expropiaci¨®n de la salud, se?ala sin dudarlo que, en su opini¨®n, los responsables de esta anomal¨ªa son los m¨¦dicos y el sistema sanitario. "No digo que el paciente sea inocente, pero no es el culpable de la situaci¨®n, que no es lo mismo. Una persona viene a consulta porque tiene un sufrimiento, por eso llamarle 'abusuario' me parece un insulto al sufrimiento: el paciente que abusa es una v¨ªctima a la que han ense?ado a obtener una gratificaci¨®n del uso sanitario, lo han pervertido", opina.
Y pone un ejemplo: "Hemos aprendido que nos duelen las cervicales siempre por factores biol¨®gicos. Esto es as¨ª porque durante a?os ha sido el doctor, quien no ten¨ªa tiempo para detenerse a analizar otros posibles or¨ªgenes de la molestia, el que nos ha despachado siempre con una radiograf¨ªa. ?Qu¨¦ hemos conseguido con ello?, que ahora sea el paciente quien exige esa prueba antes de dejar la consulta". Y eso que hay veces en que la respiraci¨®n puede quitar el dolor de espalda. Otro caso t¨ªpico al que recurre G¨¦rvas es el de acudir al pediatra con un ni?o sano.
"Es una barbaridad. En Reino Unido se hace una revisi¨®n al nacer y otra a los 3 a?os, nosotros en Espa?a, sin contar el seguimiento que se hace a la embarazada, vemos a los ni?os desde la primera semana de vida hasta que tienen entre 16 y 18 a?os. En total, suman unas 14 visitas obligatorias, sin contar cuando acuden por otras causas, como los catarros, las diarreas, que no duermen, no comen¡", explica.
Las familias dependen del pediatra para todo, y acuden a urgencias en cuanto el ni?o tiene 38,1 de fiebre, dice. "Y si les preguntas por qu¨¦ han venido, que la fiebre no es mala, te dir¨¢n: oiga, es que yo no soy m¨¦dico. Les hemos expropiado la salud, les hemos acostumbrado a ir al m¨¦dico y se ha convertido en algo adictivo", opina G¨¦rvas. Seg¨²n ¨¦l, nos hemos convertido en una sociedad incapaz de cuidarnos sin la ayuda de un profesional, y eso es un problema. Pero no es el ¨²nico, y otros profesionales son menos benevolentes con sus pacientes que G¨¦rvas.
Picaresca para entrar primero en la consulta
Las esperas en la puerta del m¨¦dico pueden hacerse eternas, y mucho m¨¢s cuando uno ve que desfilan las urgencias y acaba teniendo que esperar mucho m¨¢s tiempo del previsto. No es raro que el paciente vaya calent¨¢ndose y comience a quejarse del Gobierno de turno pero, ?y si quien se ha citado como urgente ha mentido solo para que le dieran la cita esa misma ma?ana? Es algo en lo que normalmente no se piensa, pero la picaresca espa?ola tambi¨¦n se practica en el ambulatorio, asegura el m¨¦dico de atenci¨®n primaria en Madrid ?ngel Luis Rodr¨ªguez.
"Siempre se te cuela una cita urgente, alguien que ha llamado porque siente un profundo dolor en el pecho y necesita ser atenido r¨¢pidamente. Al llegar a la consulta, le recibes, le pasas por delante de los dem¨¢s, y ¨¦l te pide las recetas que necesita, que es lo que quer¨ªa desde el principio. ?Pero no llamaba usted por un dolor en el pecho? S¨ª, me dol¨ªa un poquito, pero ya estoy mejor, h¨¢game usted las recetas", relata el m¨¦dico. ?Qu¨¦ puede hacer en estos casos?, se pregunta el profesional. ?Qu¨¦ pasar¨ªa si se negara a facilitarle el papel o le llamara la atenci¨®n?
Puede que incluso recibiera una reprimenda del abusuario, una reacci¨®n que, seg¨²n Rodr¨ªguez, est¨¢ relacionada con una mala educaci¨®n sanitaria y el aumento del tiempo que uno debe esperar desde que pide la cita hasta que el m¨¦dico le atienda. "Hace solo unos a?os, la gente llamaba para pedir cita con su m¨¦dico asignado y al d¨ªa siguiente, m¨¢ximo dos, pod¨ªa verle. Ahora no. Con suerte tendr¨¢n que esperar 4 d¨ªas como m¨ªnimo, aunque puede que m¨¢s. La gente est¨¢ descontenta y va contra el m¨¦dico", argumenta. Por otra parte, a?ade, los pacientes cada vez tienen m¨¢s expectativas y eso hace que acudan a consulta solo para asegurarse de estar bien.?
"Casi quieren que el doctor les confirme que no le va a pasar nada en la vida y te piden pruebas para confirmarlo. En general, no tenemos una buena educaci¨®n con respecto a la sanidad. Vamos al m¨¦dico por cualquier cosa, pero hay que recordar que pagar impuestos no significa que puedas abusar de los recursos, hay que aprender a darle a la sanidad p¨²blica el valor que tiene", concluye Rodr¨ªguez.
Un resultado de la baja tolerancia al malestar
El sentido com¨²n nos dice que no parece demasiado inteligente comportarnos con arrogancia y ser maleducados con la persona que va a tratar de curarnos, pero a¨²n as¨ª hay quien lo hace. ?Qu¨¦ provoca su comportamiento? Seg¨²n el director del Instituto de la Conducta y especialista en medicina familiar y psiquiatr¨ªa, Ignacio J¨¢uregui, "hoy en d¨ªa tenemos escasa tolerancia frente a cualquier malestar, por nimio que sea. Ante cualquier molestia que tengamos, nuestra disposici¨®n es que haya una acci¨®n inmediata. Cuando nos sentimos mal, decidimos ponernos en marcha e ir a urgencias, y esperamos que el facultativo act¨²e igual que nosotros y nos quite la molestia inmediatamente". No soportamos la espera.
La educaci¨®n tiene mucho que ver en todo esto. J¨¢uregui se queja de que las personas demuestran tener un escaso entrenamiento para soportar que les digan que no, la adversidad y el dolor, por m¨ªnimo que sea, "y, sobre todo, una escas¨ªsima tolerancia a la frustraci¨®n". Todo ello hace que tener empat¨ªa con nuestro m¨¦dico de familia sea complicado. "No podemos estar en dos sitios a la vez. Parece un juego de palabras, pero no lo es. Para estar en el lugar del otro, al menos durante un instante, debo salir del lugar en el que estoy, debo salir de m¨ª. Pero la educaci¨®n de la ¨²ltima ¨¦poca (se refiere a los ¨²ltimos 20 o 30 a?os) se ha focalizado mucho en el m¨ª: mis derechos, mi felicidad, mi bienestar¡" Los mismos que los m¨¦dicos reclaman para s¨ª.
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