Las inc¨®gnitas astron¨®micas que se explican con extraterrestres
Oumuamua, el primer objeto interestelar descubierto mientras visitaba el sistema solar, no es la ¨²nica novedad que se relaciona con alien¨ªgenas inteligentes
El 19 de octubre de 2017, astr¨®nomos trabajando con un telescopio instalado en la isla hawaiiana de Maui detectaron un objeto atravesando el sistema solar a toda velocidad. Poco despu¨¦s, cient¨ªficos del Centro de Planetas Menores de la NASA, una instituci¨®n dedicada a la vigilancia de cometas y asteroides, confirmaban que se trataba del primer objeto interestelar detectado desde nuestro planeta. Oumuamua, un pepino de 800 metros de largo y 80 de ancho, provoc¨® una respuesta que ya se hab¨ªa dado antes ante nuevos descubrimientos cient¨ªficos.
En 1967, cuando Jocelyn Bell observ¨® una se?al de radio proveniente del espacio que no coincid¨ªa con ning¨²n objeto conocido, algunos pensaron que se trataba de mensajes enviados hasta la Tierra por una civilizaci¨®n alien¨ªgena. Observaciones posteriores desvelaron que la fuente de aquellos pulsos regulares de apariencia artificial era una estrella de neutrones, el cad¨¢ver ultradenso de una estrella. M¨¢s recientemente, en 2015, el telescopio Kepler detect¨® un extra?o oscurecimiento en torno a la estrella KIC 8462852, otro sol de nuestra V¨ªa L¨¢ctea a 1.480 a?os luz de distancia. Jason Wright, un astr¨®nomo de la Universidad Penn State (EE UU), plante¨® entonces que aquellas observaciones pod¨ªan tener su explicaci¨®n en una megainfraestructura creada por una civilizaci¨®n m¨¢s avanzada que la humana para aprovechar la energ¨ªa de la estrella. Un an¨¢lisis posterior descart¨® este tipo de construcci¨®n y consider¨® m¨¢s plausible que las distorsiones fuesen causadas por el choque de dos cometas o por alg¨²n tipo de convulsi¨®n interna del astro.
Las se?ales que llevaron al descubrimiento de la primera estrella de neutrones se relacionaron con extraterrestres
La forma de Oumuamua recordaba a la inmensa nave extraterrestre que protagoniza Cita con Rama, de Arthur C. Clarke. Aquel cilindro hueco, procedente del espacio interestelar, llegaba a nuestro vecindario, pero ignoraba la Tierra y a sus habitantes para seguir su camino. Algunos pensaron que el nuevo visitante pod¨ªa ser una m¨¢quina similar y varios telescopios se orientaron hacia ¨¦l en busca de indicios de tecnolog¨ªa. No los encontraron, pero eso no impidi¨® que en noviembre del a?o pasado, dos astr¨®nomos de Harvard publicasen un art¨ªculo en The Astrophysical Journal Letters, en el que planteaban que el extra?o comportamiento de este objeto pod¨ªa explicarse si asum¨ªamos que se trataba de una sonda enviada por una civilizaci¨®n extraterrestre.
La noticia gan¨® relevancia por el prestigio de uno de los firmantes, Avi Loeb, presidente del departamento de astronom¨ªa de la Universidad de Harvard y convencido de que lo m¨¢s probable es que no seamos los ¨²nicos seres inteligentes del cosmos. ¡°Al menos una cuarta parte de las estrellas de la V¨ªa L¨¢ctea tienen un planeta como la Tierra, con condiciones superficiales muy similares y una qu¨ªmica que permitir¨ªa el desarrollo de la vida como la conocemos. Si tiras los dados las veces suficientes y hay decenas de miles de millones de estrellas en la V¨ªa L¨¢ctea¡¡±, dec¨ªa en una entrevista con The New Yorker. En su opini¨®n, anomal¨ªas como la aceleraci¨®n que experiment¨® al pasar junto al Sol o su misma existencia solo se pueden explicar si se trata de una sonda propulsada por velas solares, un tipo de dispositivo que utiliza el viento de las estrellas para impulsar naves espaciales.
Por lo que se sabe de Oumuamua, se parece m¨¢s a un asteroide que a un cometa y eso cuestiona algunas de las ideas que tienen los cient¨ªficos sobre c¨®mo se forman estos objetos. Al nacer m¨¢s cerca de sus estrellas y estar fuertemente ligados a ellas por la gravedad, no es f¨¢cil explicar qu¨¦ tipo de fen¨®meno pudo darle un empuj¨®n lo bastante violento como para expulsarlo de su sistema solar. Pero como en ocasiones anteriores, es posible que nuevas observaciones permitan cambiar nuestra idea sobre la formaci¨®n de estos objetos o sobre las vicisitudes que les suceden en sus viajes interestelares de millones de a?os para acabar teniendo una apariencia inesperada.
Loeb, que es presidente del consejo asesor de Breakthrough Starshot, una iniciativa para llevar una misi¨®n con peque?as naves al sistema de Alfa Centauri, la estrella m¨¢s cercana a la Tierra, afirma que hace ¨¦nfasis en la especial naturaleza de Oumuamua porque quiere que cuando llegue el siguiente visitante interestelar estemos preparados para estudiarlo de cerca. Los expertos reconocen que revelar la naturaleza de este extra?o cuerpo sin ambig¨¹edades requerir¨ªa observarlo de cerca, pero dada su velocidad y lo inesperado de su aparici¨®n no es posible lanzar un sat¨¦lite a la velocidad necesaria para alcanzarlo. Marco Micheli, autor de un trabajo que describ¨ªa a Oumuamua como un cometa peculiar, considera que habr¨ªa que tener un artefacto listo para ser lanzado poco despu¨¦s de descubrir el pr¨®ximo objeto proveniente de fuera del sistema solar. Hasta entonces, con la informaci¨®n que tenemos, seguimos sin saber si hay otros seres inteligentes en el universo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.