Hacia una cura para el joven que envejece a c¨¢mara r¨¢pida
Un cient¨ªfico de 23 a?os participa en el descubrimiento de una terapia experimental para su propia enfermedad, que suele matar a los afectados en la adolescencia
La vida de Sammy Basso comenz¨® como la de casi cualquier otra persona. Naci¨® en una fr¨ªa ma?ana de invierno, el 1 de diciembre de 1995, en Schio, una peque?a ciudad del norte de Italia. Era un hermoso beb¨¦ de 2.700 gramos, ¡°un tierno cuerpecito para abrazar y mecer en tus brazos¡±, seg¨²n recuerdan sus padres. Sin embargo, a los seis meses algo se empez¨® a torcer. Su crecimiento, misteriosamente, se fren¨® de golpe. Y, con apenas dos a?os de vida, lleg¨® el diagn¨®stico: Sammy sufr¨ªa el s¨ªndrome de progeria de Hutchinson-Gilford, un trastorno gen¨¦tico extremadamente raro que hac¨ªa que el ni?o envejeciera a c¨¢mara r¨¢pida. No hab¨ªa cura. Lo normal, dijeron los m¨¦dicos, es que Sammy muriera antes de cumplir 13 a?os.
Pero Sammy sigue vivo. De ni?o, conoci¨® a uno de los principales expertos del mundo en envejecimiento, el espa?ol Carlos L¨®pez Ot¨ªn, y decidi¨® seguir sus pasos para investigar su propia enfermedad. A sus 23 a?os, Basso se acaba de licenciar en Biolog¨ªa en la Universidad de Padua y hoy publica junto al equipo de L¨®pez Ot¨ªn los resultados de un tratamiento experimental que ha logrado aumentar un 25% la longevidad de ratones afectados por el s¨ªndrome. ¡°No s¨¦ si me ayudar¨¢ a m¨ª, pero por primera vez puedo creer que, en el futuro, los ni?os con progeria podr¨¢n vivir una vida normal¡±, explica Basso desde un hospital italiano, donde acaba de superar una operaci¨®n a vida o muerte para sustituirle una v¨¢lvula del coraz¨®n da?ada por la enfermedad. ¡°Estoy muy feliz¡±, celebra.
¡°No s¨¦ si me ayudar¨¢ a m¨ª, pero por primera vez puedo creer que, en el futuro, los ni?os con progeria podr¨¢n vivir una vida normal¡±, celebra Basso
El s¨ªndrome de Basso est¨¢ causado por una simple mutaci¨®n en el gen LMNA, uno de los 20.000 que forman el manual de instrucciones presente en cada c¨¦lula humana. La mutaci¨®n desencadena la acumulaci¨®n de una prote¨ªna t¨®xica en el n¨²cleo celular y esto provoca el envejecimiento prematuro. Los ni?os afectados?¡ª156 en todo el mundo¡ª tienen un aspecto caracter¨ªstico que Basso se toma con un sentido del humor salvaje, posando en su cuenta de Instagram como si fuera un extraterrestre esperando su nave espacial.
La soluci¨®n al problema de Basso es hoy imposible: habr¨ªa que meterse en todas sus c¨¦lulas para intentar corregir su ADN una por una. Pero eso es lo que ha intentado el equipo de L¨®pez Ot¨ªn con los ratones. Los investigadores han utilizado la revolucionaria t¨¦cnica CRISPR, una especie de tijeras moleculares que sirven para editar el ADN de cualquier organismo con una facilidad sin precedentes. Mediante virus inyectados en cr¨ªas de ratones con progeria, los cient¨ªficos han introducido estas herramientas CRISPR dise?adas para reconocer el gen LMNA y modificarlo para evitar la producci¨®n de la prote¨ªna t¨®xica. En el h¨ªgado, el ¨®rgano con mayor ¨¦xito, la estrategia ha servido para modificar el 14% de todas sus c¨¦lulas. Y los roedores viven un 25% m¨¢s, seg¨²n los resultados publicados este lunes en la revista especializada Nature Medicine.
¡°Lo positivo de todo esto es que la correcci¨®n de un porcentaje relativamente bajo de c¨¦lulas ya proporciona mejor¨ªas apreciables, de modo que quiz¨¢s no sea necesario llegar al 100% de las c¨¦lulas para corregir la enfermedad¡±, reflexiona la bi¨®loga molecular Olaya Santiago, del grupo de L¨®pez Ot¨ªn en la Universidad de Oviedo. La t¨¦cnica ya se emple¨® en 2016 para revertir en ratones una distrofia muscular causada por defectos en un solo gen, pero ¡°esta es la primera vez que se utiliza el sistema CRISPR en una patolog¨ªa que afecta a muchos tejidos diferentes, como es el envejecimiento acelerado¡±, seg¨²n destaca Santiago. Para L¨®pez Ot¨ªn, es ¡°la culminaci¨®n de un proceso intelectual e ideol¨®gico¡±.
¡°Dado que la progeria es una enfermedad devastadora y que no hay otras terapias disponibles, no creemos que se necesite mucho tiempo para comenzar ensayos cl¨ªnicos en humanos. Como con cualquier t¨¦cnica, siempre habr¨¢ algunas preocupaciones sobre su seguridad, pero en este caso el resultado positivo es mucho mayor que los peque?os efectos negativos¡±, se?ala el bioqu¨ªmico espa?ol Juan Carlos Izpis¨²a, cuyo equipo en el Instituto Salk de California ha logrado resultados similares a los de L¨®pez Ot¨ªn en un estudio independiente publicado tambi¨¦n en Nature Medicine.
"No creemos que se necesite mucho tiempo para comenzar ensayos cl¨ªnicos en humanos", afirma el bioqu¨ªmico Juan Carlos Izpis¨²a
El qu¨ªmico Marc G¨¹ell, ajeno a los dos nuevos estudios, asisti¨® al nacimiento de la t¨¦cnica CRISPR en la Universidad de Harvard. G¨¹ell, hoy en la Pompeu Fabra de Barcelona, cree que las dos investigaciones son ¡°fant¨¢sticas¡± y suponen la primera demostraci¨®n de que el CRISPR puede funcionar de manera multiorg¨¢nica. ¡°La idea parece escalable a humanos. Ahora bien, tendr¨¢n que valorar si este 25% [de aumento de la longevidad de los ratones] es significativo a nivel m¨¦dico, ya que a veces las extensiones de longevidad no escalan bien a humanos¡±, opina.
El genetista Llu¨ªs Montoliu, del Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa, aplaude el nuevo trabajo, pero es cauteloso. Cree que el salto del rat¨®n a la cl¨ªnica est¨¢ todav¨ªa lejos. La herramienta, advierte, no est¨¢ lo suficientemente madura como para garantizar la eficacia y la seguridad necesarias para proceder a ensayos sist¨¦micos en humanos. Montoliu recuerda que, hace solo tres semanas, el onc¨®logo Matthew Porteus, de la Universidad de Stanford (EE UU), demostr¨® que los sistemas CRISPR m¨¢s utilizados en ratones podr¨ªan provocar una reacci¨®n al¨¦rgica en las personas. ¡°Hay que desarrollar nuevos sistemas¡±, subraya Montoliu.
El joven Sammy Basso es el m¨¢s optimista. ¡°Esta investigaci¨®n es absolutamente incre¨ªble para m¨ª y para todas las personas con progeria. Cuando yo nac¨ª, nadie sab¨ªa nada sobre la enfermedad y no hab¨ªa cient¨ªficos que la estudiaran¡±, explica. ¡°Hace unos a?os, incluso hace unos d¨ªas, nadie podr¨ªa haberlo imaginado, pero ahora s¨ª. Ahora podemos tener esperanza en llegar a una cura¡±.
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