?Por qu¨¦ los episodios machistas siguen produci¨¦ndose en el f¨²tbol sin que nadie levante una ceja?
El gesto de Simeone ante la Juventus es el ¨²ltimo ejemplo de que, mientras la industria del entretenimiento ha hecho examen de conciencia, el deporte rey parece impermeable a los avances feministas
Esto es un director que, para celebrar una victoria de su compa?¨ªa, se pone ante la empresa rival a la que acaba de ganar en una negociaci¨®n, se agarra los test¨ªculos y los muestra orgullosos. Como si otorgase a su escroto, y no a su cabeza, ese ¨¦xito laboral.
?Impensable? S¨ª y no. No veremos haciendo eso a Jeff Bezos, pero lo acaba de hacer otro jefe de equipo: Diego Simeone, entrenador del Atl¨¦tico de Madrid, frente a la Juventus, en el partido que gan¨® (2-0) el equipo rojiblanco en el Wanda Metropolitano el pasado mi¨¦rcoles 21.
Esto es un director que, para celebrar una victoria de su compa?¨ªa, se pone ante la empresa rival a la que acaba de ganar en una negociaci¨®n, se agarra los test¨ªculos y los muestra orgullosos. Como si otorgase a su escroto, y no a su cabeza, ese ¨¦xito laboral
?C¨®mo hemos llegado a un momento en el que un tipo de 48 a?os vestido con un traje de marca se agarra sus genitales frente a miles de personas y todos aplaudimos? La UEFA es de los que no han aplaudido. Le han abierto un expediente por el gesto. Seg¨²n AS no hay una sanci¨®n fijada para estos casos. El Comit¨¦ de ?tica lo debatir¨¢. Seg¨²n Simeone, que ya pidi¨® disculpas, este gesto no estaba dirigido a los hinchas de la Juventus, sino que (seg¨²n AS, de nuevo) ¡°subraya el car¨¢cter de sus jugadores¡±.
La periodista Mamen Hidalgo recopil¨® en un hilo de Twitter compartido m¨¢s de mil veces un mont¨®n de episodios machistas que hab¨ªan tenido lugar en el f¨²tbol en 2018.
En el mismo a?o en que otras industrias como el cine o la m¨²sica limpiaban sus alfombras y hac¨ªan examen de conciencia, el f¨²tbol ha dejado episodios como los siguientes. Cuando el Bar?a viaj¨® a Estados Unidos, el equipo masculino fue en business y el femenino en turista. Ada Hegerberg, la primera mujer ganadora de un Bal¨®n de Oro, tuvo que o¨ªr como el DJ franc¨¦s Martin Solveig le preguntaba si le gustaba bailar twerking. Enrique Cerezo, presidente del Atl¨¦tico de Madrid, dijo ante los micr¨®fonos: ¡°No hablo de dinero, y menos con mujeres¡±. Muntari, del Deportivo, dijo en una rueda de prensa: ¡°No te voy a contestar mal porque eres una mujer¡±. Y para cerrar, m¨¢s test¨ªculos: las primeras declaraciones de Solari como entrenador del Real Madrid consistieron en decir que la idea del equipo era jugar ¡°con dos cojones¡±.
El mundo deportivo es un arma de doble filo cuando hablamos de valores. El juez Brett Kavanaugh (designado por Trump para formar parte del Tribunal Supremo) se defendi¨® de acusaciones de intento de violaci¨®n ante el Comit¨¦ Judicial del Senado haciendo referencia a todos los deportes que hab¨ªa practicado. Seg¨²n algunos presentes, en su declaraci¨®n us¨® m¨¢s de cincuenta veces la palabra "deporte". Todo para mostrarse como un hombre ¨ªntegro, usando la m¨¢xima de que el deporte transmite valores rectos y que un deportista jam¨¢s podr¨ªa caer en una falta as¨ª.
Es obvio que los deportes implantan en el que lo practica cierta idea de respeto, trabajo en equipo y sacrificio. Pero luego est¨¢ la competitividad, tan aplaudida entre hombres y tan criticada entre mujeres. V¨ªctor Mach¨ªn Vitolo, jugador del Atl¨¦tico de Madrid, lo resumi¨® muy bien en unas declaraciones que molestaron mucho: ¡°No somos mujeres como para ir metiendo ciza?a¡±. Simeone, para referirse a la competitividad de sus jugadores, no necesit¨® ni hablar.
Las mujeres no son una parte significativa de los socios de los clubes (suponen el 22 % en el caso de equipos de primera divisi¨®n) ni de la hinchada de los equipos. Una llamada a la protesta o al boicot no funcionar¨ªa, o lo har¨ªa de forma discreta
La idea de la competitividad ha dejado el mundo del deporte y, especialmente, el del f¨²tbol, como el ¨²ltimo reducto de la masculinidad cl¨¢sica, esa misma que anuncios como el de Gilette han cuestionado entre miles de cr¨ªticas. Es probable que el f¨²tbol sea impermeable al #MeToo porque las mujeres no est¨¢n, no se las espera y no se las necesita. El movimiento #MeToo parti¨® de ellas dentro de la industria cinematogr¨¢fica. El llamado efecto Weinstein llev¨® a una organizaci¨®n en bloque que llev¨® a que muchas mujeres denunciasen los casos de acoso sexual a los que hab¨ªan sido sometidas.?
Pero hay una diferencia vital entre la industria de Hollywood y el f¨²tbol: el f¨²tbol es un deporte masculino. Sus jugadores son hombres, sus entrenadores son hombres, sus directivos son hombres. No hay, como en otras industrias, un desequilibrio de poder que lleve a que el sexo se convierta en una medida de presi¨®n. Las mujeres en el f¨²tbol son, por ahora y aunque el f¨²tbol femenino gane muy lentamente inter¨¦s, un elemento externo. Una denuncia es un pinchacito en la coraza, no una explosi¨®n en pleno n¨²cleo.
El caso m¨¢s paradigm¨¢tico es el de la acusaci¨®n por violaci¨®n que pesa sobre Cristiano Ronaldo, que el jugador niega y de la que por ahora no hay prueba alguna. La modelo Kathryn Mayorga afirma que habr¨ªa tenido lugar en 2009 en Las Vegas. En cualquier otra industria al jugador estrella le hubiese puesto en la picota. En Hollywood proliferan los casos en los que, sin pruebas, los acusados se apartan de forma preventiva ¨Cy, para muchos, injusta¨C de una producci¨®n por lo que pudiera pasar. Actores como Kevin Spacey y Louis C.K., directores como Brett Ratner, James Toback y Brian Singer, o presentadores como Charlie Rose y Matt Lauer han perdido sus trabajos y, de mayor o menor grado, han sido condenados al ostracismo sin un juicio.
I firmly deny the accusations being issued against me. Rape is an abominable crime that goes against everything that I am and believe in. Keen as I may be to clear my name, I refuse to feed the media spectacle created by people seeking to promote themselves at my expense.
— Cristiano Ronaldo (@Cristiano) October 3, 2018
El tuit en el que Cristiano Ronaldo niega las acusaciones de Kathryn Mayorga.
Cristiano Ronaldo sigue siendo un ¨ªdolo mundial. La persona m¨¢s seguida en Instagram y en Facebook. Las acusaciones de Mayorga han sido cubiertas por los medios de comunicaci¨®n con mucho menos recorrido que otros casos (como el de Woody Allen, que tiene 26 a?os de antig¨¹edad), ninguna marca ha retirado su patrocinio y ninguna voz de estrellas (Rose McGowan) o periodistas (por ejemplo, Ronan Farrow) que s¨ª han sido muy activas en otros casos del #MeToo han alzado su voz contra el jugador.
Si bien no hay mujeres de la industria, s¨ª las hay fuera. ?No podr¨ªa funcionar aqu¨ª la presi¨®n del p¨²blico como s¨ª ha funcionado en contra de los casos anteriormente mencionados? Las mujeres tampoco son una parte significativa de los socios de los clubes (suponen el 22 % en el caso de equipos de primera divisi¨®n) ni de la hinchada de los equipos. Una llamada a la protesta o al boicot no funcionar¨ªa, o lo har¨ªa de forma discreta.
La soluci¨®n, como pidi¨® aquel anuncio de Gilette, es que fuesen los hombres los que solicitasen estos cambios. No que se juzgue a nadie antes de que lo hagan los tribunales, ojo. Pero s¨ª que los campos de f¨²tbol dejen de ser un territorio comanche para consignas machistas, racistas y hom¨®fobas. Para que se deje de utilizar la fuerza masculina de forma t¨®xica y se use de forma sana. Cuando Antoine Griezmann fue preguntado por ICON sobre por qu¨¦ no hab¨ªa casos en el f¨²tbol de homosexuales declarados, dijo: "Nos hacemos los duros y los fuertes y tenemos miedo a lo que puedan decir. [...]. Hay mucha gente mala en el f¨²tbol. Y pueden tener miedo [los posibles jugadores que salgan del armario] a ir a los estadios y que les insulten".
La lecci¨®n m¨¢s valiosa de sus palabras es que acabar con el machismo en el f¨²tbol ayudar¨ªa, precisamente, a los hombres. Al fin y al cabo son ellos los que a menudo se enfrentan a un campo con miles de personas que confunden competitividad con gestos soeces, gritos y prejuicios.
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