?Qu¨¦ hay detr¨¢s del suicidio de un adolescente?
Seg¨²n los ¨²ltimos datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica, en el a?o 2017 hubo en Espa?a 3.679 de estos sucesos, de los cuales, 13 fueron de j¨®venes entre 15 y 19 a?os
El suicidio se ha convertido en la primera causa de muerte no natural en Espa?a desde el a?o 2008. Seg¨²n los ¨²ltimos datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica, en el a?o 2017 hubo en Espa?a 3.679 suicidios, de los cuales, 13 fueron de j¨®venes entre 15 y 19 a?os. ¡°Con respecto a hace cinco a?os, no ha disminuido y las otras causas de muerte, como el c¨¢ncer o los accidentes de tr¨¢fico s¨ª lo han hecho debido a las campa?as de concienciaci¨®n e informaci¨®n. No obstante, con respecto al resto de pa¨ªses europeos, Espa?a tiene un menor n¨²mero de suicidios¡±, comenta Javier Jim¨¦nez, psic¨®logo cl¨ªnico y presidente de la Asociaci¨®n de Investigaci¨®n, Prevenci¨®n e Intervenci¨®n del Suicidio, RedAIPIS, entidad que ha editado una gu¨ªa junto con la Comunidad de Madrid (CAM) con consejos para prevenir el suicidio de los j¨®venes.?
El suicidio de ni?os y adolescentes no se visibiliza. Algunos familiares con hijos que se han suicidado destacan la importancia de rescatar sus historias y poner voz, nombre y ante los menores que se quitan la vida con el fin de ayudar a otros ni?os, adolescentes y a sus familias, tanto a detectar se?ales que puedan impedir su suicidio como para aprender a vivir tras el suicidio de un hijo/a. Por ello, Carlos Soto, coordinador del Grupo de Supervivientes FAeDS, Familiares y Allegados en Duelo por Suicidio, decide compartir la primera carta que ha escrito a su hija Ariadna, que se suicid¨® hace cuatro a?os, cuando ten¨ªa 17 a?os.
Palabras de un padre a la hija que se suicid¨®
Ariadna, mi vida, han pasado cuatro a?os desde que te fuiste, creo que es el momento de contarte como ha sido, de ver escrito lo que hemos hecho y sentido.
Tuve la suerte, ?qu¨¦ paradoja, de comprender, despu¨¦s de leer tu carta, que el sufrimiento que produce la depresi¨®n fue lo que te empuj¨® al suicidio. Vimos todo el amor que nos ten¨ªas, el cuidado con que hiciste todo. De alguna manera, evitaste que la desesperaci¨®n se hiciera con nosotros, por eso en ese mismo momento tom¨¦ la decisi¨®n de quedarme, no pod¨ªa hacerles lo mismo a la abuela y a mam¨¢.
El shock, que parece que es algo que dura poco, tengo la impresi¨®n de que me llev¨® m¨¢s de dos a?os superarlo, en ese tiempo, tu madre, ya sabes c¨®mo es, provoc¨® que fu¨¦ramos a Terapia de Duelo, al psiquiatra, volvimos a tener suerte, nos atendieron profesionales de verdad, nos dedicaron tiempo, empezamos a medicarnos, a¨²n seguimos, contactamos con Red Aipis y con FAeDS, el grupo de supervivientes, asistimos a la primera reuni¨®n, ¨¦ramos los que hac¨ªa menos tiempo que perd¨ªamos una hija, fue una experiencia muy gratificante, dura, dif¨ªcil, pero llena de compa?¨ªa. A partir de ese momento, decidimos colaborar con ellos a tope, por ti, para intentar que se supiera qu¨¦ ver, c¨®mo actuar, todo lo que no sab¨ªamos y que seguro que contribuy¨® a tu marcha.
Durante m¨¢s de dos a?os, fuimos como vegetales delante del televisor, saliendo y comiendo gracias a los amigos, que nos llevaban comida, nos sacaban de casa y sobre todo nos escuchaban, compart¨ªan nuestras l¨¢grimas, nuestro dolor. Comenzamos a asaltar a todos los famosos que ve¨ªamos, reclamando atenci¨®n sobre el problema del suicidio, el primero, M¨¢xim Huerta, que escribi¨® un art¨ªculo y reafirm¨® con ello nuestra voluntad de luchar por la prevenci¨®n del suicidio, despu¨¦s muchos m¨¢s, unos con inter¨¦s y participando, otras buenas palabras nada m¨¢s.
Poco a poco, fuimos recuperando cosas, perdiendo el miedo a la risa, a salir a tomar algo, a empezar a hacer una vida algo m¨¢s normal, a cambiar la desesperaci¨®n por la tristeza. Ha sido un camino muy duro, afortunadamente, acompa?ados de gente maravillosa, amigos de verdad que estaban y est¨¢n, nuevas incorporaciones a nuestra vida, algunas llegaron por el grupo de supervivientes, otras aparecieron como un regalo tuyo, haci¨¦ndonos sentir mejor.
?C¨®mo estamos hoy? Puedo hablar por m¨ª, hay muchas m¨¢s cosas que puedo hacer, te siento muy cerca, pero he perdido la ilusi¨®n, por casi todo, solo puedo centrarme y moverme en todo lo que tiene que ver con la prevenci¨®n, como si el resto de cosas ya no tuvieran importancia. He aceptado tu muerte, pero el mundo se me ha quedado muy vac¨ªo, trabajo con ello porque tengo la sensaci¨®n de que si yo no me recupero del todo, te har¨¦ sentir culpable, seguramente a¨²n es poco tiempo el que ha pasado, es muy dif¨ªcil hacerse a la idea de que no podemos seguir manteniendo esas largas conversaciones sobre todo, comentar pel¨ªculas, re¨ªrnos de tonter¨ªas con ese humor tan parecido que ten¨ªamos. Es muy dif¨ªcil no tenerte, t¨² que nunca estuviste enferma, que nos ense?aste tantas cosas, que nos diste tanto amor.
Comprendemos que te sent¨ªas sola fuera de casa, que todo vino de aquella profesora que te quit¨® la autoestima, provocando que no vieras como te quer¨ªan tus amigos, tus compa?eros, profesores y todo esto se convirti¨® en depresi¨®n. Ahora sabemos que durante mucho tiempo ocultaste tu dolor para no hacernos da?o, hasta que el sufrimiento fue tan enorme que no pod¨ªas con ¨¦l.
Por todo esto trabajamos, sabiendo que te gustar¨ªa, intentando que esta sociedad se d¨¦ cuenta de lo grave que es que mueran m¨¢s de diez personas al d¨ªa, sufriendo, cuando podr¨ªan solucionarse muchos de los casos. A nosotros nos importan todos los que se sienten as¨ª, te vemos a ti en cada uno de ellos, por eso no podemos abandonar la tarea, porque lo ¨²nico que podemos hacer por ti es contribuir a salvar vidas.
?Por qu¨¦ un ni?o o adolescente se suicida?
El suicidio de menores encuentra su caldo de cultivo en la ¡°falta concienciaci¨®n, visibilizaci¨®n e informaci¨®n sobre este tema. Por otro lado, escasean los profesionales con formaci¨®n espec¨ªfica. En cualquier facultad de psicolog¨ªa de Espa?a no te ense?an nada o muy poco sobre la conducta suicida¡±, explica el psic¨®logo, Javier Jim¨¦nez.
En la mente de un menor que opta por el suicidio, suele estar la idea de que la ¨²nica manera de acabar con sus problemas y sufrimiento es terminar con su vida. ¡°Es un denominador com¨²n, independientemente de los problemas que tengan. Otro es que piensan que si se suicidan hacen un favor a la familia. Tienen una imagen distorsionada de s¨ª mismos y de c¨®mo va a ser la vida sin ellos. Por ello, es importante transmitirles que el sufrimiento no tiene porqu¨¦ mantenerse en el tiempo¡±, explica Javier Jim¨¦nez.
La sociedad actual resulta un caldo de cultivo para que se produzcan suicidios de menores debido a cuestiones como la falta de valores, la competitividad o los modelos de exigencia desproporcionados. ¡°Pero una de las causas m¨¢s habituales por las que los padres contactan con nuestra asociaci¨®n es debido al acoso escolar, que hoy en d¨ªa se mantiene las 24 horas debido a la conexi¨®n a las nuevas tecnolog¨ªas. Habr¨ªa que concienciar primero a la sociedad y luego tambi¨¦n formar a todos los profesionales, desde polic¨ªas, bomberos o profesores para saber c¨®mo actuar con respecto a las conductas suicidas de menores¡±, comenta Jim¨¦nez.
Se?ales que avisan de que el joven quiere suicidarse
La educaci¨®n de ni?os y j¨®venes para que conozcan sus emociones y aprendan a gestionarlas es clave para prevenir suicidios en este sector de poblaci¨®n. ¡°La tolerancia a la frustraci¨®n y la educaci¨®n en gesti¨®n de las emociones, requieren de un esfuerzo pedag¨®gico, pero no es conveniente patologizar la adolescencia ni convertir el proceso de maduraci¨®n en una enfermedad. El mejor factor protector frente al suicidio es el apoyo socio-familiar efectivo y los pa¨ªses del Sur de Europa, entre ellos Espa?a, tienen tasas m¨¢s bajas, probablemente, porque la cultura del individualismo que contribuye al aislamiento no es una caracter¨ªstica predominante de nuestra sociedad mediterr¨¢nea. Por supuesto, vamos a seguir trabajando para eliminar por completo esta lacra que tanto dolor produce y para ello es clave visibilizarla y hablar de ella en t¨¦rminos de prevenci¨®n y esperanza¡±, comenta Mercedes Nav¨ªo, psiquiatra y coordinadora de la Oficina de Salud Mental de la Comunidad de Madrid.
El suicidio es similar a un iceberg. Tiene un profundo calado oculto que afecta no solo al menor que se quita la vida, sino tambi¨¦n a su familia y entorno que quedan devastados. Las causas habituales que desencadenan el suicidio de un ni?o o un adolescente son los problemas con j¨®venes de su edad, como en el caso del acoso escolar, as¨ª como las dificultades con la pareja y la familia.
Hay ni?os y j¨®venes que no dejan ninguna pista sobre su intenci¨®n de suicidarse, pero otros s¨ª lo hacen, como forma de cerrar las cuestiones pendientes antes de morir. Si se detectan estas conductas, es recomendable preguntar directamente al menor ?Quieres suicidarte? ?Qu¨¦ te hace sufrir tanto? ?En qu¨¦ te puedo ayudar? Algunas de las se?ales de esas conductas suicidas pueden ser, buscar informaci¨®n en el ordenador sobre c¨®mo suicidarse de forma certera y sin dolor, regalar pertenencias a las que tienen mucho aprecio o escribir una carta de despedida.
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