John C. Reilly: el arte de tener el r¨¦cord de nominaciones, pero no ser una estrella

Para amenizar la espera en los aeropuertos el actor John C. Reilly (Chicago, 1965) y su mujer tienen un juego: cuando se les acerca alguien en plan "yo a usted lo conozco de algo", el matrimonio estudia al admirador de arriba a abajo para adivinar por qu¨¦ pel¨ªcula. Suelen acertar con La tormenta perfecta, Chicago o, si el admirador lleva americana de pana, Magnolia. Martin Scorsese asegur¨® que Reilly es el actor m¨¢s educado con el que jam¨¢s ha trabajado, as¨ª que las expectativas est¨¢n muy altas. Spoiler: Martin ten¨ªa raz¨®n.

Nos avisan de que Reilly, que inicialmente se mostr¨® reacio a dejarse fotografiar pero acab¨® dej¨¢ndose convencer, se ha vestido de punta en blanco. Su ce?o es un puente de madera, sus rizos son geom¨¦tricos y, como ¨¦l mismo explica, lleva aparentando 53 a?os desde los 18 y solo ahora su cuerpo ha alcanzado a su cara. The New York Times la defini¨® como "la cara familiar que nadie conoce", pero ¨¦l rebate esa etiqueta: "Cada vez es menos cierto, porque la gente por fin est¨¢ empezando a quedarse con mi cara y con mi nombre, aunque espero seguir siendo lo suficientemente desconocido como para que la gente se crea mis personajes".

Por cada Cary Grant, cada Jimmy Stewart y cada John Wayne, tiene que haber un Karl Malden, un Ernest Borgnine o un Ned Beatty. Reilly es de la segunda escuela, la que nunca ser¨¢ fuego para la taquilla, pero hace la mejor le?a: no es una estrella y, sin embargo, ostenta el record de aparecer en tres pel¨ªculas nominadas al Oscar (cuando todav¨ªa hab¨ªa cinco) el mismo a?o, Las horas, Gangsters de Nueva York y Chicago, logrando ¨¦l una nominaci¨®n por esta ¨²ltima. En ella ten¨ªa su propio n¨²mero, Mr Cellophane, en el que lamentaba que el mundo le considerase transparente. La met¨¢fora se escribe sola.

"Claro que me he sentido como Mr Cellophane, esa es una de las cosas que me atrajeron de mi personaje en Los hermanos Sister. Ves a ese hombre sucio, siniestro, fuerte y peligroso pero lo que no ves es lo que siente por dentro", explica. Como Joaquin Phoenix y ¨¦l interpretan a dos hermanos que "han pasado cada amanecer y cada atardecer juntos desde que nacieron" ten¨ªan mucha qu¨ªmica que construir, as¨ª que alquilaron una caba?a en Almer¨ªa y pasaron tardes enteras paseando a lomos de su caballo Pollito. Despu¨¦s el rodaje se traslad¨® a Navarra, Tabernas y Arag¨®n. "Nos alojamos en pueblos que ten¨ªan m¨¢s gatos que personas", recuerda. "Corr¨ªgeme si me equivoco, pero cuando me puse a conducir por Espa?a sent¨ª que quiz¨¢ el fascismo que retras¨® el desarrollo del pa¨ªs respecto al resto de Europa durante tantos a?os es algo bueno ahora, porque no ten¨¦is tantos centros comerciales, ni vallas publicitarias ni toda esa mierda que prolifer¨® en los pa¨ªses que viv¨ªan bajo una democracia. Por supuesto fue una ¨¦poca terrible de vivir pero, si buscas el lado bueno, ahora el pa¨ªs est¨¢ precioso".

"Nos alojamos en pueblos que ten¨ªan m¨¢s gatos que personas", dice de su aventura con Joaquin Phoenix por pueblos de Navarra y Arag¨®n

Desde que en su adolescencia, cansado de pasar desapercibido entre sus cinco hermanos, se autobautiz¨® Rooster en honor al mafioso de la serie Baretta y sus amigos le explicaron que los apodos te los tienen que poner los dem¨¢s, John C. Reilly ha dependido de otros para destacar. Pero ahora est¨¢ decidido a hacer su propia suerte. Por eso compr¨® los derechos de la novela de Patrick DeWitt Los hermanos Sisters (estreno en Espa?a el 10 de mayo) antes de su publicaci¨®n: "Mi mujer ley¨® el manuscrito y, lo que tiene m¨¢s m¨¦rito, me convenci¨® de que lo leyese yo y tomase una decisi¨®n", recuerda. Su intuici¨®n qued¨® confirmada cuando el libro, una comedia negra sobre dos hermanos sicarios en plena fiebre del oro del salvaje oeste, gan¨® ocho premios literarios en un a?o. Reilly y su mujer, Allison Dickey, ejercen como productores de la pel¨ªcula.

El matrimonio se conoci¨® durante el rodaje de Corazones de hierro, una pel¨ªcula de 1989 que le cambi¨® la vida a Reilly en todos los sentidos posibles: fue la primera vez que se puso delante de una c¨¢mara, que mont¨® en avi¨®n y que se registr¨® en el sindicato de actores (John Reilly estaba cogido, as¨ª que adopt¨® la C de su segundo nombre porque a su compa?ero de reparto Michael J. Fox le hab¨ªa funcionado y no quer¨ªa darle demasiadas vueltas). Lleg¨® para un d¨ªa y Brian de Palma acab¨® ampliando su papel a tres escenas.

Todo actor est¨¢ acostumbrado a depender de la aprobaci¨®n de los dem¨¢s para prosperar y eso incluye los premios, aunque Reilly ha asegurado en el pasado que espera no ganar nunca un Oscar. "Bueno, he cambiado de opini¨®n ahora", matiza entre risas, "estar nominado al Oscar fue un honor y adem¨¢s me benefici¨¦ de todas las ventajas promocionales que conlleva estar en el circuito de los Oscar. Nunca he ganado ning¨²n premio as¨ª que estoy acostumbrado. Ganar, por otra parte, conlleva toda una serie de expectativas, ?tienes una estatuilla dorada en la mano y de repente se supone que tienes que convertirte en otro tipo de actor? A m¨ª me gusta c¨®mo me han ido las cosas hasta ahora, sin ganar".