?Por qu¨¦ el hispano es siempre el malo?
La lectura de autores latinoamericanos como ?lmer Mendoza o Horacio Castellanos dice mucho del arquetipo negativo de los latinos en las series estadounidenses
NI ANGLOS NI HISPANOS tienen derecho a la redenci¨®n en series como Breaking Bad, Better Call Saul o Narcos. Pero los primeros s¨ª cuentan con la oportunidad de que alguien al menos explique las razones que les conducen hacia el lado oscuro, mientras los otros parecen fabricados en serie para el crimen. Existe un curioso desajuste en los arquetipos. Las gamas de grises que construyen la personalidad de Walter White o Saul Goodman no son las mismas exploradas por los creadores y los guionistas para perfilar a los mellizos Salamanca en la obra creada por Vince Gilligan. ?Racismo o sencillamente desinter¨¦s hacia un nada desde?able 17% de la poblaci¨®n en Estados Unidos?
Para conocer las razones que explican la oscuridad de los latinos en esas historias fronterizas basta con leer las novelas de ?lmer Mendoza u Horacio Castellanos Moya. En Moronga, Castellanos (Tegucigalpa, 1957) narra entre otras cosas la di¨¢spora de varios personajes que huyen de conflictos violentos por Centro?am¨¦rica hacia una improbable condici¨®n de dreamers en el norte.
Son v¨ªctimas y verdugos que se ganan la vida delinquiendo o conduciendo autobuses. Seres invisibles con tormentosos pasados y futuros inciertos: ¡°Los personajes anglosajones en series as¨ª pueden ser hijos de puta, se les explica, se les da contexto y reflejan un estado de la sociedad¡±, comenta el escritor, que a?ade: ¡°Quiz¨¢ la ¨¦tica que les define de querer sentirse buenos a toda costa ha permeado todo el primer mundo y esperan de otras literaturas lo ex¨®tico o lo pintoresco¡±. En la obra de Horacio Castellanos, los personajes hispanos cargan sus propias razones para el mal y se abunda en ellas para comprenderlos, lejos de lo que sobre ellos aportan las obras audiovisuales inventadas desde la perspectiva anglosajona. La literatura de los autores hispanos ofrece claves que dejan cojas otras ficciones masivas. ¡°Mis personajes vienen de sociedades descompuestas, en las que las instituciones y el tejido social est¨¢n profundamente deteriorados. De ah¨ª que la violencia, el crimen y la corrupci¨®n siempre est¨¦n ?presentes¡±, comenta el autor de El asco. Tambi¨¦n est¨¢ presente siempre el ¨¦xodo. ¡°Tal situaci¨®n genera incertidumbre, mutaci¨®n de los valores. La consigna en estas sociedades es la supervivencia, en todos los sentidos. Y la supervivencia es una lucha diaria contra la amenaza de la muerte, primero a causa de la ?guerra civil y ahora a causa de los gangs y el crimen generalizado¡±, asegura Castellanos.
En sus novelas, el lector encuentra el reverso de las f¨®rmulas que con ¨¦xito han dado lugar a Breaking Bad y sus descendientes. Todo un g¨¦nero con c¨®digos tan brillantes como peligrosos. En ellas encontramos cap¨ªtulos enteros dedicados a ahondar en las motivaciones que han conducido a sus protagonistas anglosajones al lado oscuro. Pero se ahorran pistas para entender a los contrarios. Lo hacen con tino, capacidad de seducci¨®n y dosis de genialidad en los planteamientos, pero con una insensibilidad manifiesta hacia la condici¨®n del otro. Y con excesos incluidos, como en la ¨²ltima entrega de Narcos: M¨¦xico, donde el arco de vocaciones entre la rama mexicana llega al paroxismo reduccionista y se reduce a dos: mafiosos ellos y prostitutas las mujeres. ?Hasta qu¨¦ punto todo ese magma no ha contribuido a crear una opini¨®n de rechazo que ha llevado a cuajar discursos como el de Trump?
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