La extra?a relaci¨®n del arte con la ciencia (y las cosas que hace posible)
Para la obra ganadora del VII Premio Audemars Piguet ¡ªque permite la producci¨®n de obras para cada edici¨®n de Arco¡ª, el artista Andrea Galvani se inspira en el instrumento precursor del sism¨®grafo, nada menos que del siglo II
"El arte est¨¢ hecho para molestar; la ciencia tranquiliza", dijo el pintor Georges Braque. Suele considerarse que el arte empieza donde termina la ciencia (o al rev¨¦s), sin posibilidad de encuentro entre ambas disciplinas. Sin embargo, esto supone pasar por alto que desde hace ya mucho tiempo existen creadores movi¨¦ndose con cierta comodidad en esa zona de intersecci¨®n: tenemos ejemplos de esto entre los grandes del Renacimiento al estilo de Leonardo da Vinci, los dibujantes de l¨¢minas bot¨¢nicas de la Ilustraci¨®n, las fascinantes im¨¢genes ideadas por Dal¨ª inspir¨¢ndose en la secuencia del ADN o el orden matem¨¢tico de las pinturas de Maruja Mallo. Hasta inventos pseudocient¨ªficos, como la cabeza de Mariano Cub¨ª y Soler, que se ha convertido en un objeto de decoraci¨®n de moda.
Dentro de la primera l¨ªnea podr¨ªamos ubicar la obra ganadora del VII Premio Audemars Piguet ARCOMadrid 2019, que se present¨® en la ¨²ltima edici¨®n de ARCO. La instalaci¨®n Instruments for Inquiring into the Wind and the Shaking Earth (instrumentos para indagar en el viento y sacudir la tierra), del artista italiano Andrea Galvani (Verona, 1973), representado por la galer¨ªa peruana Revolver, estaba compuesta por una serie de f¨®rmulas cient¨ªficas trazadas en tubos de ne¨®n blanco, que parec¨ªan flotar sobre una arquitectura minimalista.
La obra estaba literalmente hecha de luz, y por eso encarnaba la idea de los fil¨®sofos ilustrados de que el conocimiento cient¨ªfico nos ilumina como un sol o faro. Al activarse, un grupo de performers interactuaba con ella movi¨¦ndose a velocidad reducida como si estuvieran en una especie de limbo, de tierra de nadie entre el escenario teatral, la fantas¨ªa art¨ªstica y la mente en plena acci¨®n de un f¨ªsico o un matem¨¢tico. Con ello, Galvani ofrec¨ªa una reflexi¨®n sobre cu¨¢les son las limitaciones del conocimiento humano, hasta d¨®nde puede llegar la ciencia en su af¨¢n por explicar el mundo, y en qu¨¦ medida no es el cient¨ªfico tambi¨¦n un artista.
El invento de un pintor visionario
El enigm¨¢tico t¨ªtulo de la pieza, por cierto, corresponde a la traducci¨®n al ingl¨¦s de ºò·çµØ¶¯ÒÇ (Houfeng Didong Yi), nombre que se otorg¨® a un instrumento para detectar terremotos inventado por el chino Zhang Heng a principios del siglo II d.C. El propio Heng era pintor adem¨¢s de matem¨¢tico y astr¨®nomo, por lo que la referencia a ¨¦l no es casual. La creaci¨®n por la que pas¨® a la historia tiene tanto de visionario como de cient¨ªfico, al haberse anticipado m¨¢s de un milenio y medio a la aparici¨®n del primer sism¨®grafo (que no lleg¨® hasta 1842 de la mano del f¨ªsico escoc¨¦s James David Forbes).
Existe tambi¨¦n cierta tradici¨®n entre los ganadores del premio Audemars Piguet de transitar en la zona gris entre arte y ciencia. As¨ª, el a?o pasado el galard¨®n correspondi¨® a la madrile?a Bel¨¦n Uriel por una escultura de gran formato que se inspiraba en un juego educativo de construcciones ideado por el arquitecto alem¨¢n Bruno Taut en 1920.
M¨¢s po¨¦tica era la obra The Labyrinth of Passions, del malgache Jo?l Andrianomearisoa (2016), que lograba transmitir con una enorme instalaci¨®n textil un complejo entramado de emociones. Y, entre ambas, hace dos a?os, Elena Bajo reflexionaba sobre la destrucci¨®n del medio ambiente y las relaciones sociales como consecuencia del progreso tecnol¨®gico con sus impresionantes estructuras c¨²bicas de materiales de desecho insertas en una escenograf¨ªa que recordaba a una sala de disecciones. Como la obra de Galvani, aunque desde una perspectiva m¨¢s mordaz, utilizaba un lenguaje cient¨ªfico para cuestionar los l¨ªmites de la propia ciencia.
El jurado que otorg¨® el premio Audemars Piguet est¨¢ compuesto entre otros por Luc¨ªa Casani, directora del centro de arte La Casa Encendida, los coleccionistas Pilar Llad¨® y Eduardo Rivero, y el director saliente de ARCOmadrid, Carlos Urroz. A finales de este a?o se comunicar¨¢ el pr¨®ximo artista ganador, que gracias al premio podr¨¢ producir una nueva obra para su presentaci¨®n en ARCO 2020.
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