Mentir o no mentir
Los imperios dictan las modas que acaban llegando a provincias
Fue una noche muy corta pero llena de sobresaltos. Era 23 de junio, reci¨¦n estrenado el verano, los d¨ªas m¨¢s largos del a?o. Est¨¢bamos en Londres para realizar el programa de la cadena SER en el que contar¨ªamos el resultado del refer¨¦ndum del Brexit. Despu¨¦s de un d¨ªa de trabajo, salimos a cenar por el barrio de Chelsea. Ese Londres ideal y cosmopolita, donde parec¨ªa impensable que nadie quisiera levantar fronteras en el canal de la Mancha. Me fui a la cama viendo en la BBC c¨®mo iba imponi¨¦ndose el Remain en el recuento. Me pareci¨® lo normal, en nuestra l¨®gica del mundo anterior a los hechos alternativos. Apenas una hora despu¨¦s de apagar la luz en mi habitaci¨®n del hotel, son¨® el tel¨¦fono. Era Jordi F¨¤brega, el compa?ero que se hab¨ªa quedado de guardia para los boletines de la madrugada. ¡°No te asustes, no te has dormido, es muy pronto, pero esto se ha dado la vuelta, gana el Leave, entramos ya en directo¡±.
El segundo sobresalto lleg¨® muy temprano, por la ma?ana, cuando vimos en el programa Good Morning Britain, de la cadena de televisi¨®n ITV, a Nigel Farage, el l¨ªder del eur¨®fobo UKIP. Imperturbable, Farage reconoc¨ªa que el argumento fundamental de los partidarios de abandonar la Uni¨®n Europea era una mentira. Dijeron cada d¨ªa de la campa?a que la UE le costaba a los brit¨¢nicos 350 millones de libras a la semana y que ese dinero se destinar¨ªa al Sistema Nacional de Salud si ganaba el Brexit. Se desminti¨® con datos y cifras oficiales antes de votar. Dio igual, los brexiters siguieron repiti¨¦ndolo. Y a la ma?ana siguiente de ganar, Farage reconoc¨ªa el pastel excus¨¢ndose en que ¨¦l no dise?¨® la campa?a del Leave. Dif¨ªcil distinguir entre los autores materiales del destrozo y los colaboradores necesarios.
Si el mundo no se par¨® en ese momento en el Reino Unido, si los votantes no salieron a la calle a pedir explicaciones, defenestrar a sus l¨ªderes y repetir la votaci¨®n, es que, en realidad, ya estaba todo perdido. Como se demostr¨® cinco meses despu¨¦s con el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos.
Los imperios dictan las modas que acaban llegando a provincias. Tres a?os despu¨¦s, la mentira y los hechos alternativos amenazan con obligar a los periodistas espa?oles a ejercer solo de verificadores, en esta larga primavera electoral.
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