Tama?a necedad
Cuando tu vecino te suelte eso de que las chicas no valen para las ciencias, h¨¢blale de Mar¨ªa Blasco, de Mar¨ªa Vallet Reg¨ª, de Elena Garc¨ªa Armada¡
PROBABLEMENTE SI preguntas a tu vecino (o a tu vecina: nosotras tambi¨¦n hemos sido educadas y deseducadas por la ideolog¨ªa machista) sobre la capacidad cient¨ªfica de las mujeres, te contestar¨¢ con campante certidumbre que a las chicas se nos dan mal las ciencias. Se trata de un t¨®pico muy extendido; seg¨²n el informe Pisa de 2015, las ni?as se creen menos capaces para alcanzar objetivos que precisen habilidades cient¨ªficas. Esa inseguridad parece provenir de una presi¨®n social estremecedora. En una investigaci¨®n de 2017 publicada en la revista Science preguntaron a ni?os y ni?as si, cuando les hablaban de una persona muy inteligente, pensaban que era de su propio sexo; pues bien, hasta los cinco a?os no hab¨ªa diferencias, pero a partir de esa edad las chicas cada vez se desviaban m¨¢s y priorizaban al var¨®n. Ese ¨ªntimo desd¨¦n hacia nosotras mismas, esa sensaci¨®n de ser segundonas es un aprendizaje. Parafraseando a Simone de Beauvoir, la mujer no nace, sino que se hace (y el hombre tambi¨¦n, dicho sea de paso). Todo esto contribuye a que haya menos mujeres en la ciencia, sobre todo en las ingenier¨ªas inform¨¢ticas. Lo cual es una paradoja, dado que el padre de la inform¨¢tica es una madre, Ada Lovelace, autora del primer programa de computaci¨®n a mediados del siglo XIX.
El pasado 7 de marzo moder¨¦ una mesa de mujeres cient¨ªficas en el Congreso de los Diputados para hablar justamente de todo esto. Algunas de las mentes m¨¢s brillantes de la ciencia espa?ola estaban all¨ª y eran mujeres. Como la qu¨ªmica Mar¨ªa Vallet Reg¨ª, que, entre otras cosas, desarrolla nanopart¨ªculas capaces de transportar los f¨¢rmacos con toda precisi¨®n a los tejidos enfermos. O como la ingeniera y doctora en rob¨®tica Elena Garc¨ªa Armada, fundadora de Marsi Bionics, la ¨²nica empresa del mundo que desarrolla exoesqueletos pedi¨¢tricos: ha creado el primer exoesqueleto bi¨®nico para ni?os con atrofia muscular. En total eran siete, todas tremendas: Gema Climent (neuropsic¨®loga), Rosana Rodr¨ªguez (matem¨¢tica), Roc¨ªo Vilar Cortabitarte (f¨ªsica)¡ Tambi¨¦n estaba Marieta Jim¨¦nez, presidenta y directora general de la potente farmac¨¦utica Merck Espa?a. ¡°La situaci¨®n de las mujeres en las empresas depende del CEO (director ejecutivo)¡±, dijo Marieta con la completa seguridad de quien conoce el tema. Por eso en Merck impera la igualdad. Hace a?os, un alto cargo de la empresa le anunci¨® a Marieta que ella jam¨¢s, pero jam¨¢s, jam¨¢s, llegar¨ªa a un puesto directivo. S¨ª, en efecto sabe de lo que habla.
La s¨¦ptima, en fin, era Mar¨ªa Blasco, esa genio de la biolog¨ªa molecular que dirige desde 2011 el Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas (CNIO) y que es una de las autoridades mundiales en un ¨¢rea tan rompedora y fascinante como los tel¨®meros y la telomerasa. Los tel¨®meros son los extremos de los cromosomas y sirven para proteger el material gen¨¦tico; se ha descubierto que, a medida que las c¨¦lulas se dividen, los tel¨®meros se acortan y la c¨¦lula se va deteriorando hasta llegar a morir. Esto es, son la clave del envejecimiento. En cuanto a la telomerasa, es una enzima que fomenta el crecimiento de los tel¨®meros, pero resulta que s¨®lo act¨²a durante el desarrollo embrionario y despu¨¦s de nacer se silencia. Salvo en los tumores, que consiguen reactivar la telomerasa: gracias a esa enzima, las c¨¦lulas cancer¨ªgenas son inmortales. As¨ª que estamos hablando de temas tan esenciales como la prolongaci¨®n de la vida, la vejez o la posible curaci¨®n del c¨¢ncer.
En todo eso trabaja Mar¨ªa, una cient¨ªfica excepcional que fue quien aisl¨® el gen de la telomerasa y demostr¨® la importancia de su funci¨®n. Y es que la ciencia en ?Espa?a, pese a la tr¨¢gica falta de presupuesto (como me explicaron hace unos d¨ªas en el CNIO, desde 2009 ha habido un 40% de recortes en los planes estatales de investigaci¨®n, ya exiguos en su momento), tiene en su haber logros formidables. Enorgullezc¨¢monos del CNIO, que es el primer centro de investigaciones oncol¨®gicas de Europa y el cuarto del mundo. ?Y lo dirige una mujer! Cu¨¦ntaselo a tu vecino cuando te suelte lo de que las chicas no valen para las ciencias. Y sobre todo dile que no repita tama?a necedad a sus hijas. (?Quieres hacerte amigo del CNIO? Yo me he hecho. Entra en www.cnio.es y apoya a este centro admirable).
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