LSD, dar a luz en casa y aquel hito del rock espa?ol: habla Pau Riba, el ¨²ltimo ¡®hippie¡¯
El m¨²sico catal¨¢n, que cumple 70 a?os y reedita el influyente 'Dioptr¨ªa', cuenta c¨®mo ha sido su "revoluci¨®n ¨¦tica", desde el franquismo hasta hoy
¡°Mis hijos mayores nacieron en mis manos sin ning¨²n problema¡±, recuerda Pau Riba. Fue en Formentera, la isla a la que el m¨²sico hab¨ªa ido en los setenta para hacer realidad la utop¨ªa hippie. Esa revoluci¨®n protagonizada por los j¨®venes que, seg¨²n sus palabras, ha sido ¡°la primera revoluci¨®n ¨¦tica de la historia, la primera de car¨¢cter mundial, la primera perpetrada por j¨®venes, la primera incruenta, y la primera que, en vez de reivindicar poder pol¨ªtico, ha reivindicado valores morales¡±.
Uno de los principales preceptos de ese ideal hippie era la vuelta a la naturaleza, as¨ª que Pau y su pareja en ese momento, Merc¨¨ Pastor, decidieron tener a sus hijos Ca?m y Pauet de forma natural. ¡°Por muy racionales que seamos, no dejamos de ser animales y, si ellos lo hacen sin ning¨²n tipo de control m¨¦dico o t¨¦cnico, nos sobraba toda la parafernalia impuesta por el complejo m¨¦dico-hospitalario con que el sistema capitalista ha rodeado el asunto¡±.
Sin embargo, no result¨® sencillo. No tanto por las cuestiones de higiene o de seguridad de la madre y los beb¨¦s, sino porque, fuera del entorno profesional, era imposible encontrar informaci¨®n sobre el tema. ¡°El 99 % de los libros hablaban de los preparativos, de los consejos posparto y se saltaban el hecho en s¨ª para dar p¨¢bulo al negocio de los m¨¦dicos y enfermeras. Nos cost¨® mucho, pero finalmente encontramos un libro que hablaba del parto y con eso tuvimos bastante. No nos hizo falta pedir ayuda de nadie y la experiencia fue maravillosa¡±. Aquellos dos ni?os, por cierto, formaron parte, ya de adultos, del grupo Pastora, con cinco discos hasta la fecha y un exitazo, la canci¨®n Lola.
¡°Me considero surrealista desde que, sobre los quince a?os, mis abuelos me llevaron a conocer a Dal¨ª. Me trataba como el nieto que no ten¨ªa. Me hac¨ªa confidencias y me ense?aba los trucos de que se serv¨ªa para sorprender al mundo¡±
El ¡°nieto¡± de Dal¨ª
Pau Riba naci¨® en Palma de Mallorca en 1948, en el seno de una familia peque?o burguesa perteneciente a la aristocracia intelectual catalana. Su abuelo era el poeta Carles Riba, su abuela la poeta Clementina Arderiu y, entre los amigos de la familia, se encontraban personalidades como Salvador Dal¨ª. ¡°Me considero surrealista desde que, sobre los quince a?os, mis abuelos me llevaron a conocer a Dal¨ª. Se profesaban mutuo respeto as¨ª que la relaci¨®n vino rodada y nos entend¨ªamos perfectamente. Me trataba como el nieto que no ten¨ªa y conmigo se quitaba la m¨¢scara que usaba socialmente para ejercer su personaje. Me hac¨ªa confidencias y me ense?aba los trucos de que se serv¨ªa para sorprender al mundo¡±.
El ambiente en el que Riba creci¨® resultaba tan creativo e inspirador, como conservador y puritano. Un entorno en el que todo eso de la revoluci¨®n hippie no era desconocido, ¡°porque era imposible no enterarse¡±, pero no del todo aceptado. ¡°Al principio lo recibieron con indiferencia, luego con pasmo e incomprensi¨®n y, finalmente, y ante la realidad de los hechos, con t¨ªmida aceptaci¨®n¡±.
Gracias a la m¨²sica y al LSD, ¡°que nos puso a todos en estado de gracia y nos hizo visionarios¡±, Riba y sus compa?eros de generaci¨®n pasaron del ¡°s¨ª, pap¨¢¡± a cuestionar la familia burguesa e intentar cambiar el mundo. ¡°Era emocionante estar participando, de forma no beligerante, en el derribo del puritanismo absurdo y rid¨ªculo de nuestros padres para edificar una sociedad m¨¢s acorde con el signo de los tiempos¡±, recuerda.
Ese cambio de paradigma fue calando tambi¨¦n en la obra del m¨²sico que lanz¨® en 1969, y cuando ten¨ªa 20 a?os, Dioptr¨ªa, uno de los discos clave de la historia de la m¨²sica popular espa?ola, que pon¨ªa el foco en la ceguera de los adultos respecto de lo que estaba pasando a su alrededor. ¡°Una dioptr¨ªa es un t¨¦rmino m¨¦dico que indica hasta qu¨¦ punto estamos cegatos y no vemos con claridad. El t¨ªtulo quiere significar un ¡®est¨¢is ciegos, no os enter¨¢is de nada¡¯ en el sentido de: ¡®Los tiempos est¨¢n cambiando, pero vosotros segu¨ªs anclados al pasado¡±.
"El LSD nos puso a todos en estado de gracia y nos hizo visionarios¡±
Esa cr¨ªtica que se materializ¨® en dos discos, uno dedicado a la mujer (Dioptr¨ªa/1) y otro al hombre (Dioptr¨ªa/2), en los que ninguno de los dos g¨¦neros sal¨ªan bien parados. ¡°En el momento de crear las canciones, todav¨ªa era un adolescente encerrado en el huevo familiar en una sociedad machista, paternalista y belicista. Por eso me parec¨ªa m¨¢s grave que la mujer acatara las actuaciones prepotentes del hombre que el hecho de que el hombre se comportara con esa prepotencia. Algo que tal vez respond¨ªa a que yo era hombre y llevaba incrustado ese virus secular del machismo tan dif¨ªcil de erradicar. En todo caso, aunque el planteamiento fuera ese, acab¨® siendo un alegato contra la sociedad caduca en el caso del primero disco, y a favor de la utop¨ªa hippie, en el segundo¡±.
Cantautores 'hippies', gal¨¢cticos y surrealistas
Riba ha escrito toda su obra en catal¨¢n, incluso en la ¨¦poca de Franco, cuando el uso de las diferentes lenguas del estado, a excepci¨®n del castellano, estaba proscrito. ¡°El nacimiento de la nova can?¨® fue precisamente un truco para salvar la prohibici¨®n franquista. Alguien descubri¨® que, aunque no se nos permitiera hablar en nuestro idioma, no se atrev¨ªan a prohibir que cant¨¢ramos en ¨¦l. Imagino que lo consideraban algo muy ¨ªntimo que era in¨²til o imposible prohibir. La prueba es que permitieron que se editara una extensa discograf¨ªa en catal¨¢n¡±.
Aprovechando ese resquicio dejado por la dictadura, Pau Riba incorpor¨® a sus canciones palabrotas, mofas a la monarqu¨ªa o referencias expl¨ªcitas a la rep¨²blica que, curiosamente, pasaron la censura sin ning¨²n problema. ¡°Creo que, por un lado, ni Jaume Sisa ni yo, que en este aspecto vamos en paquete, hemos sido activistas del asunto, como pod¨ªan serlo Raimon o Llu¨ªs Llach, por lo que nos ten¨ªan catalogados como no conflictivos. Por otro lado, al ser ambos de tendencia surrealista, no captaban por d¨®nde iban nuestros tiros. Es decir, no nos entend¨ªan y daban el visto bueno sin meterse a fondo. De todas formas, algunos de mis temas llevaron el sello de ¡®no radiables¡¯, aunque nunca fui muy consciente de ello¡±.
Pau Riba y Jaume Sisa se encontraron por vez primera cuando Jordi Batiste invit¨® al ¡°cantautor gal¨¢ctico¡± a un ensayo del Grup de Folk, colectivo de m¨²sicos fundado por Riba como respuesta al elitista Setze Jutges. ¡°Le vi por primera vez ese d¨ªa, pero conocerle me llev¨® algunos a?os m¨¢s. Lo que s¨ª estaba claro es que su aspecto no invitaba a enga?o, porque es p¨²blico y notorio que Jaume Sisa jam¨¢s ha tomado un tripi sino que, como Ob¨¦lix, se cay¨® de peque?o en la marmita de la poci¨®n m¨¢gica¡±.
De hecho, fue un amanecer de LSD en la playa de Barcelona el que inspir¨® a Jaume Sisa Qualsevol nit pot sortir el sol, esa canci¨®n sobre una fiesta a la que acud¨ªan personajes del cine, del c¨®mic y de los libros infantiles. Una fiesta que, como todas las fiestas, lleg¨® a su fin, de igual modo que lo hicieron la d¨¦cada de los sesenta, el hippismo y la utop¨ªa de Formentera. ¡°Hasta el para¨ªso acaba por aburrir. Formentera fue una gran experiencia hasta que la vida y el desamor nos separaron y la novedad ejerci¨® su imperio y su atracci¨®n. Despu¨¦s del para¨ªso, quer¨ªa experimentar el heavy metal y eso no cuadraba con Formentera. O eso cre¨ªa yo¡±.
De esta forma, Pau Riba regres¨® en 1974 a Barcelona, ciudad en la que coincidi¨® con la llamada gauche divine, que lo recibi¨® con los brazos abiertos como si fuera una especie ex¨®tica. ¡°Ejerc¨ªa un poco como de su mascota. Era alguien que hab¨ªa vivido la revoluci¨®n hippie, y estaban encantados de tener a un representante entre ellos. Y encima, yo era aut¨®ctono cien por cien¡±.
Electrificaci¨®n y esc¨¢ndalo
Mientras que el paisaje virgen de Formentera hab¨ªa inspirado discos ac¨²sticos como Jo, la donya i el gripau, el entorno urbano de Barcelona dio lugar a trabajos h¨ªper electrificados como Electr¨°ccid ¨¤ccid alquim¨ªstic xoc o Licors, a proyectos como la representaci¨®n de Don Juan Tenorio en el mercado de frutas del Borne del 76 ¨Cen la que interpretaba a la mism¨ªsima Do?a I?¨¦s¨C y a actuaciones inclasificables, como la de Canet Roc del 77. Ataviado con un ba?ador de se?ora comprado en una gasolinera de camino al festival, Pau Riba protagoniz¨®, junto al grupo Perucho¡¯s, un espect¨¢culo que provoc¨® la ira del respetable. ¡°Fue una provocaci¨®n en toda regla. Lo sorprendente fue que el p¨²blico se limitara a abuchear¡±.
A?os despu¨¦s, Riba recuperar¨ªa la grabaci¨®n de ese concierto y lanzar¨ªa Astarot Universdherba, un disco que se presentaba dentro de una lata de conservas, en la que tambi¨¦n se inclu¨ªan las rese?as negativas publicadas por la prensa musical aplastadas, una a una con el pie, por el propio artista. Una reacci¨®n que dejaba clara la posici¨®n de Riba sobre los cr¨ªticos y aquellos que tienen el monopolio de lo que est¨¢ bien o deja de estarlo.
¡°No creo en la educaci¨®n, s¨ª en la autoeducaci¨®n. Creo que todos nos educamos a nosotros mismos, a partir de c¨®mo optamos ante lo que nos vamos encontrando, que es algo que var¨ªa mucho entre individuos seg¨²n sus circunstancias. Por eso, nunca me he privado de aconsejar, contestar preguntas o ayudar en lo que fuere a mis hijos, pero sin imponerme de forma tajante. Creo que la experiencia propia no sirve para nadie m¨¢s que para uno mismo y cada cual tiene que ir sacando sus propias conclusiones¡±.
Madrid vs.Barcelona
¡°Era emocionante estar participando de forma no beligerante en el derribo del puritanismo absurdo y rid¨ªculo de nuestros padres para edificar una sociedad m¨¢s acorde con el signo de los tiempos¡±
Durante los a?os setenta, Catalu?a hab¨ªa sido el lugar donde pasaban cosas. All¨ª estaba el Bocaccio original, la sala Zeleste, el rock laietano, el festival de Canet, la Escuela de cine de Barcelona¡ Sin embargo, tras la llegada de la democracia, el foco se coloc¨® en Madrid. Durante los a?os ochenta, la Movida lo capitaliz¨® todo y los grupos catalanes que no cantaban en castellano apenas tuvieron cabida en las emisoras de radio, las cadenas de televisi¨®n, la prensa o los circuitos de salas. Tampoco Riba.
¡°Creo que se debi¨® al p¨¦ndulo de la historia y a la voluntad de Tierno Galv¨¢n [alcalde socialista en la capital en aquella ¨¦poca], que desarroll¨® una pol¨ªtica de fomento de la cultura joven. Adem¨¢s, estrenando democracia y recuperadas las instituciones catalanas, Jordi Pujol opt¨® por una cultura no progresiva, que prefer¨ªa centrar sus preferencias en la creaci¨®n de un gran edificio de Teatro Nacional a la medida de Flotats y dejarse de canciones¡±.
Los cuarenta a?os de dictadura, los otros cuarenta de democracia y el casi cuarto de siglo de pujolismo, han hecho que Pau Riba se confiese cansado de pol¨ªtica: ¡°Procuro no entrar en esos temas. A ratos me mosquea, a ratos me asquea¡±. No obstante, tiene muy clara su posici¨®n sobre uno de los temas de actualidad desde hace varios meses: el refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n catal¨¢n. ¡°Refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n y refer¨¦ndum para todo. Estoy a favor del refer¨¦ndum continuo que nos d¨¦ voz en todo. Tema a tema. No solo urnas para votar listas¡±.
A pesar de ese agotamiento con la pol¨ªtica, Riba mantiene ese esp¨ªritu cr¨ªtico, l¨²dico y contestatario de su juventud. Mientras que otros artistas de su generaci¨®n se acercaron al poder para conseguir ayudas, puestos y prebendas, ¨¦l prefiri¨® continuar siendo ese hippie idealista que buscaba cambiar el mundo. Una actitud que ha provocado que sus discos, sus libros de poemas, sus ensayos, sus papeles en el cine y teatro o sus trabajos de dise?o gr¨¢fico no hayan sido suficientes para merecer el reconocimiento de las instituciones en forma de medalla de Sant Jordi o de las Bellas Artes.
¡°Me siento valorado por mucha gente, aunque comparativamente sea poca. Por eso, las instituciones me importan un comino. ?Que les den!¡±, afirma un Riba con la agenda llena de proyectos entre los que destacan la reedici¨®n de Dioptr¨ªa realizada por Munster Records. Una reedici¨®n que ir¨¢ acompa?ada de una gira de presentaci¨®n, cuyo inicio est¨¢ previsto para el 12 de abril en el Teatre Joventut de l¡¯Hospitalet y que, en esa primera cita, contar¨¢ con invitados cuyos nombres se conocer¨¢n a medida que se acerque la fecha.
¡°Tambi¨¦n tengo prevista la salida de un disco hecho mano a mano con la Orchestra Fireluche y, para m¨¢s adelante, un disco con Mau Boada i El petit de ca l¡¯Eril. Adem¨¢s, estoy preparando una recopilaci¨®n de mis poemas para Anagrama, la conclusi¨®n de dos trabajos literarios, uno sobre la m¨²sica electr¨®nica, otro sobre la historia del universo, y otros proyectos, como un disco con Pascal Comelade, que es cierto que a¨²n est¨¢ verde, pero no hay que olvidar que todo lo verde acaba por fructificar¡±.
Riba, a sus 70 a?os, no tiene intenci¨®n alguna de retirarse... a pesar de que, m¨¢s de cuatro d¨¦cadas despu¨¦s, esos hijos que ayud¨® a alumbrar son ya padres y ¨¦l, abuelo.
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