Visita a la casa-estudio desde la que Le Corbusier tocaba el cielo
El genial arquitecto puso en pr¨¢ctica sus teor¨ªas sobre la convivencia de los ciudadanos con la naturaleza en este d¨²plex que utiliz¨® como laboratorio los 30 a?os que vivi¨® en ¨¦l
En 1934, Francia viv¨ªa a¨²n el intercambio de fronteras colonialistas con otros pa¨ªses de Europa y ced¨ªa Libia y Somalia a Italia, una corriente de extrema derecha irrump¨ªa con varios asesinatos en la plaza de la Concordia de Par¨ªs y nac¨ªa una de las actrices m¨¢s ic¨®nicas de su cine, Brigitte Bardot. Pero ese a?o, tambi¨¦n, algo cambiaba en la arquitectura europea y nadie parec¨ªa ser testigo: Le Corbusier ocupaba el que ser¨ªa su apartamento durante m¨¢s de 30 a?os, en el n¨²mero 24 de Rue Nungesser-Et-Coli. Cuatro paredes que funcionar¨ªan como laboratorio de sus ideas del hogar del futuro y que, despu¨¦s de dos a?os en reforma, ya puede visitarse.
Casado con la modelo y musa Yvonne Gallis en 1930, y pese a que el arquitecto ya gozaba de cierta fama internacional, la pareja viv¨ªa en un destartalado piso de Saint-Germain-des-Pr¨¦s, en Par¨ªs. Hasta que un a?o despu¨¦s de su enlace, en 1931, un promotor privado le hizo el encargo de construir un bloque de viviendas sobre una parcela de 240 metros cuadrados en una zona residencial entre la capital francesa y el Bosque de Bolonia, casi en plena naturaleza, cerca de La Ville-du-Bois.
Le Corbusier y Gallis buscaban una casa m¨¢s amplia, donde poder crear hogar junto a su ama de llaves y su perro Pinceau, y como contraprestaci¨®n por el encargo, el arquitecto pidi¨® quedarse con las dos ¨²ltimas plantas del edificio ¡ªla s¨¦ptima y la octava¡ª, y asumir de su bolsillo la construcci¨®n del tejado. As¨ª, en 1934, terminada la obra, Yvonne Gallis y el arquitecto ocuparon el que ser¨ªa su apartamento definitivo.
En este bloque de viviendas, pero m¨¢s en concreto en su d¨²plex de Nungesser-Et-Coli, Le Corbusier pudo poner en pr¨¢ctica todas las teor¨ªas que no hab¨ªa podido desarrollar en la Ciudad Radiante, el plan maestro urbano que ide¨® en 1924, y con el que buscaba la integraci¨®n de la vegetaci¨®n y la luz solar en las urbes para el beneficio del ciudadano.
"?C¨®mo construir casas para que la gente sea feliz? Me vengo haciendo esta pregunta durante los ¨²ltimos 40 a?os, y quiz¨¢ la respuesta sea pasional [¡]. Tan pronto como trat¨¦ este problema desde mi arquitectura, tuve la sensaci¨®n de que el hogar es el templo de la familia y que, en ese campo, se pod¨ªa intentar hacer algo grandioso, pues ah¨ª resid¨ªa buena parte de la felicidad del ser humano", dijo el arquitecto en una ocasi¨®n.
As¨ª, Le Corbusier proyect¨® este bloque de viviendas desde una perspectiva abierta, con fachadas totalmente acristaladas ¡ªuna novedad frente a las edificaciones vecinas¡ª, y una estructura de hormig¨®n simple que permit¨ªa la implementaci¨®n del "plan libre". Este modelo otorgaba a cada vecino la posibilidad de adecuar a su gusto el interior de su casa, incluyendo en cada planta unos esenciales de instalaciones sanitarias, ascensores de vecinos y para el personal, calefacci¨®n central, lavander¨ªa y sala de sacado, bodega y garaje en el s¨®tano, adem¨¢s del cuarto de servicio en la planta baja. S¨ª, hace varias d¨¦cadas que Le Corbusier plante¨® esta estructura que hoy nos resulta tan familiar.
"En una casa ordinaria no deber¨ªa haber m¨¢s que cuatro paredes y algunas ventanas; la casa en la que yo vivo tambi¨¦n es el coraz¨®n de Par¨ªs, pero todo lo que veo es cielo y vegetaci¨®n, mi casa es una octava planta con ¨¢rboles y lilas en el mes de mayo", asegur¨® el arquitecto sobre este apartamento en el que apenas hab¨ªa mobiliario y donde ¨¦l disfrutaba de unas vistas privilegiadas al campo.
Una fachada abierta al cielo
La casa de Le Corbusier tambi¨¦n era su estudio. Lo dividi¨® en cuatro zonas: apartamento, habitaci¨®n de invitados, jard¨ªn en la azotea y ¨¢rea de trabajo. Todas ellas especialmente luminosas, con fachadas acristaladas, tragaluces y ventanas de ladrillos de vidrio de Nevada. "La relaci¨®n entre el interior y el exterior en este apartamento es m¨¢xima. La estructura se redujo a la m¨ªnima expresi¨®n: no solo abri¨® las fachadas al exterior si no tambi¨¦n al cielo", cuenta Franz Graf, de la Fundaci¨®n Le Corbusier. El arquitecto incorpor¨® otra novedad: dos techos en forma de medio barril que ten¨ªan la funci¨®n de delimitar el espacio de trabajo y el privado tambi¨¦n desde la parte superior de la casa.
Durante la restauraci¨®n, se trabaj¨® minuciosamente para recuperar no solo el estado original del apartamento en 1934, sino tambi¨¦n para adecuar las numerosas reformas que el arquitecto realiz¨® sucesivamente durante los 30 a?os que vivi¨® all¨ª. "Ha sido una labor de arqueolog¨ªa, pero en vez de buscar objetos en un campo o bajo tierra, estamos buceando en diferentes capas de la historia reciente", cuentan desde el equipo de restauraci¨®n de la Fundaci¨®n.
Donde encontraron m¨¢s dificultades fue en la recuperaci¨®n del color original de las paredes, ya que hab¨ªan tenido m¨¢s de ocho tonalidades diferentes en las ocho d¨¦cadas de vida del d¨²plex. Le Corbusier utiliz¨® la policrom¨ªa como una herramienta esencial para generar espacios y ambientes, pero las ¨²nicas fotograf¨ªas que se guardaban de la ¨¦poca eran en blanco y negro. "Aqu¨ª el color no es usado como decoraci¨®n, tiene una funci¨®n m¨¢s relacionada con el volumen", dice la encargada de pinturas de la restauraci¨®n.
En el apartamento restaurado se han mantenido algunos de los objetos y muebles (escasos) que Le Corbusier y su esposa ten¨ªan: un sill¨®n LC2 Grand Confort dise?ado por el arquitecto junto a Pierre Jeanneret y Charlotte Perriand ¡ªy que hoy produce Cassina¡ª, una mesa de centro creada para el apartamento, obras de arte de Fernand L¨¦ger o Alberto Magnelli, esculturas de Henri Laurens y Jacques Lipchitz, as¨ª como objetos como conchas, huesos o guijarros que se encontraba y expon¨ªa en su casa. Y como envoltorio, paredes con paneles de madera contrachapada de roble.
El dormitorio acoge una de las creaciones m¨¢s inauditas de Le Corbusier. Aficionado a los transatl¨¢nticos, el arquitecto dise?¨® una cama elevada que descansa sobre dos pies y un reposacabezas que cuelga de la pared, cuya altura permit¨ªa al matrimonio admirar el parque del Bosque de Bolonia sin levantarse, como si se tratara de una nave elevada para su reparaci¨®n en el astillero, navegando en el aire: "Este hogar es celestial, porque es todo cielo y luz, espacio y simplicidad".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.