C¨®mo mantener el sexo vivo en las relaciones largas
Expertos en sexolog¨ªa aportan las claves para que el deseo no se apague con el paso del tiempo
No poder quitarte las manos de encima, mandarte mensajes calientes y hacerlo en los lugares m¨¢s inesperados no es solo la vida sexual de las parejas que empiezan. Tenemos asimilado que con el tiempo, la rutina y los conflictos del d¨ªa a d¨ªa, las ganas de comerse a besos van tendiendo a menos, aunque en realidad no siempre tiene por qu¨¦ ser as¨ª. De hecho, es posible que todos conozcamos a alguna pareja que lleva junta media vida y que sigue mir¨¢ndose como el primer d¨ªa. Entonces, ?qu¨¦ marca la diferencia?
La ciencia ha intentado dar respuesta a esta inc¨®gnita y se han llegado a algunas conclusiones. Un estudio, publicado por European Journal of Social Psychology, afirmaba que el deseo es menor seg¨²n avanza en la relaci¨®n, porque se ve influido por factores como la propia ansiedad de los hombres ante el miedo de perder a sus parejas influidos por el cari?o que recibieron durante su infancia. La investigaci¨®n tambi¨¦n plantea que el tipo de apego por nuestra pareja puede determinar la evoluci¨®n de nuestro deseo.
"Existen muchos estudios que relacionan los estilos de apego con distintas variables. No solo el deseo, tambi¨¦n con el tipo de comunicaci¨®n, la gesti¨®n emocional, de celos e incluso de una ruptura". Sobre los mismos incide en que esta forma de relacionarse puede cambiarse, pero "requiere de mucho trabajo personal y terap¨¦utico, en muchos casos", apunta el sex¨®logo Alberto ?lamo, quien a?ade que "la falta de sexo puede ser m¨¢s compleja de controlar".? Teniendo todos estos factores en cuenta, cabe preguntarse si debemos resignarnos a la situaci¨®n que tenemos o si podemos hacer algo al respecto.
Para mejor comunicaci¨®n dentro de la cama, hay que llevarse bien fuera de ella
Lo primero que debemos saber que es que en el deseo influyen muchas cosas, no solo el tiempo que se lleva con la pareja, ni el apego que tengamos. Tambi¨¦n pueden ser vitales el estado emocional, el estr¨¦s laboral o del hogar, la comunicaci¨®n, el tiempo de calidad de pasemos juntos, las aficiones comunes o nuestra propia autoestima. Adem¨¢s, seg¨²n los expertos, hay personas y parejas a las que les es m¨¢s f¨¢cil mantener la llama encendida que a otras.
Aquellas parejas que mantienen el fuego vivo, dice la tambi¨¦n sex¨®loga Ruth Gonz¨¢lez, "saben y dedican tiempo a dialogar, comunicarse y resolver conflictos". Esta podr¨ªa ser una de las claves, explica Gonz¨¢lez: "Hablan desde el yo y no desde el t¨², expresando c¨®mo se sienten y lo que piensan. Sin atacar ni utilizar palabras como nuca o siempre y s¨ª utilizando palabras como por favor, gracias, lo siento y te quiero".
Otro punto importante, a?ade Gonz¨¢lez, es el reparto de las tareas del hogar: "Hace que haya un sentimiento de equipo y equidad, que no haya m¨¢s carga por parte de un miembro y que luego esto pueda repercutir en enfados y cansancio". Por ¨²ltimo, suelen ser aquellas parejas que "se elogian, admiran, mantienen el afecto, se besan, se acarician y se abrazan tambi¨¦n fuera de lo que es relaci¨®n sexual".
B¨¢sicamente, la experta resume que "para llevarse bien en la cama, es igual de importante llevarse bien fuera de ella". Por ello, insiste, "aunque con el tiempo el deseo sexual cambia y la rutina disminuye la intimidad, tenemos que dedicarnos tiempo juntos".
No solo es el impulso inicial
Igualmente, conservar vivo el deseo, supone saber a qu¨¦ nos referimos con el mismo, para no agobiarnos m¨¢s de la cuenta.?De hecho, explica Gonz¨¢lez, hay dos tipos de deseo: "Est¨¢ el m¨¢s instintivo, el que te moviliza y empuja hacia la persona.? Ese 'tengo ganas y me apetece. Y despu¨¦s, el que aparece tras la excitaci¨®n. No es un impulso, sino que una vez en el acto, lo disfrutamos".
El primer tipo suele ser m¨¢s fuerte durante el inicio de las relacione y el habituarnos a nuestra pareja puede hacer que disminuya. Sin embargo, aclara ?lamo, es posible hacer que vuelvan a saltar las chispas si lo trabajamos: "Se puede innovar, se pueden cambiar situaciones, espacios o din¨¢micas. Conocer los entresijos del deseo de una persona es un ejercicio que no tiene fin, por lo que siempre tendremos interacciones satisfactorias por descubrir". Y una forma de hacerlo, recomienda Gonz¨¢lez, es a trav¨¦s de un brainstorming para proponer ideas como tener citas, hablar sobre los gustos sexuales, buscar juguetes sexuales, mandar mensajes subidos de tono, etc¨¦tera.??
Lo que hay que tener claro, concluye ?lamo, es que no se trata de un aqu¨ª te pillo, aqu¨ª te mato ni de probar a ciegas a ver qu¨¦ funciona: "Es importante la comunicaci¨®n fluya y si vamos a introducir cambios en la interacci¨®n er¨®tica, lo hagamos de forma gradual y muy consensuada. De lo contrario, podr¨ªamos encontrarnos con una situaci¨®n que nos puede superar, incluso llegando a provocar la aversi¨®n a las relaciones er¨®ticas que resulten novedosas".
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