Los micropl¨¢sticos tambi¨¦n han llegado a las monta?as
La cantidad de part¨ªculas pl¨¢sticas en el Pirineo es similar a la de Par¨ªs o las ciudades industriales chinas
Ni las grandes monta?as se libran del pl¨¢stico. Un estudio ha hallado en lo m¨¢s rec¨®ndito del Pirineo una concentraci¨®n de micropl¨¢sticos similar a la que se pueda encontrar en una capital como Par¨ªs o las industriosas ciudades chinas. Llevadas hasta all¨ª por el viento, las part¨ªculas pl¨¢sticas pueden recorrer muchos kil¨®metros hasta caer arrastradas por la lluvia o la nieve. En las cordilleras, valles y otros ambientes naturales podr¨ªa estar el pl¨¢stico que falta en las estad¨ªsticas.
De los 335 millones de toneladas de pl¨¢sticos creadas en 2016, unos sesenta millones se hicieron en Europa, seg¨²n datos del sector del pl¨¢stico. Ese mismo a?o, llegaron a las plantas de reciclaje y basureros 27,1 toneladas. Aunque muchos materiales pl¨¢sticos est¨¢n dise?ados para durar a?os o d¨¦cadas (como los del salpicadero de un coche o los aislantes de muchos edificios), diversos estudios han estimado que un buen porcentaje acaba en el mar, los m¨¢s optimistas hablan del 10% de la producci¨®n anual. ?D¨®nde est¨¢ el resto?
En la estaci¨®n meteorol¨®gica de Bernadouze, en la parte francesa de los Pirineos, miden la temperatura del aire, la velocidad del viento y su direcci¨®n, la lluvia o la altura de la nieve si la hay. Pero durante cinco meses entre 2017 y 2018 tambi¨¦n registr¨® la cantidad de pl¨¢stico que ca¨ªa del suelo. Los resultados, publicados ahora en Nature Geoscience, muestran que hasta esta estaci¨®n, situada a 1.425 metros de altura y alejada veinticinco kil¨®metros del primer pueblo digno de tal nombre, llega una media de 365 part¨ªculas por metro cuadrado y d¨ªa.
"La cantidad de part¨ªculas de micropl¨¢sticos encontradas al estudiar los remotos Pirineos est¨¢ dentro del rango de la cantidad hallada en una megaciudad como Par¨ªs", dice la investigadora del Laboratorio de Ecolog¨ªa Funcional y Medio Ambiente (EcoLab, con sede en Toulouse, Francia) y coautora del estudio Deonie Allen. En efecto, dos recientes estudios realizados en la capital francesa (aqu¨ª y aqu¨ª) recogieron un n¨²mero de fibras de pl¨¢stico comparativamente similar. Tambi¨¦n, la cifra supera la parte superior de la horquilla obtenida en Dongguan, una populosa ciudad china de m¨¢s de 8 millones de habitantes, donde se est¨¢ realizando un amplio estudio sobre la presencia de micropl¨¢sticos en el aire que ha estimado un rango de entre 175 y 313 part¨ªculas por metro cuadrado y d¨ªa.
Este nuevo trabajo encontr¨® pl¨¢sticos de casi todo tipo, fragmentos, fibras y filme, el usado en las bolsas de pl¨¢stico. Identificaron algunos esf¨¦ricos, pero su desgaste les impidi¨® confirmar que fueran microesferas, que a¨²n usan algunos cosm¨¦ticos. En cuanto al tama?o, la mayor¨ªa de los fragmentos ten¨ªan un di¨¢metro menor de 50 micras (mil¨¦sima parte de un mil¨ªmetro) y casi todas las fibras y filme no superaban las 100 micras de largo. Los pl¨¢sticos m¨¢s abundantes son el poliestireno y el polietileno. Ambos se usan para hacer bolsas y envases y, en teor¨ªa, son reciclables. Otra gran categor¨ªa, con el 18%, son las fibras de polipropileno, habituales en la industria textil.
El profesor de la Universidad de Tecnolog¨ªa de Guangdong, Jinping Peng, lleva a?os estudiando la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica por micropl¨¢sticos. Aunque no ha intervenido en el estudio de los Pirineos, recuerda que, en sus trabajos monitoreando las deposiciones en Dongguan y distritos de alrededor, la cantidad de micropl¨¢sticos estaba relacionada con la densidad de poblaci¨®n. "Pero puede haber otras razones que afecten a la abundancia de micropl¨¢sticos, como la velocidad y direcci¨®n del viento que pueda explicar que haya una concentraci¨®n similar de micropl¨¢sticos en los Pirineos", dice.
Dado que no hay grandes centros urbanos cerca que expliquen tal concentraci¨®n, solo el transporte a¨¦reo puede explicar que hayan llegado hasta all¨ª. Estudios anteriores ya hab¨ªan demostrado que las bacterias pueden viajar miles kil¨®metros hasta llegar a monta?as como las de Sierra Nevada y las incursiones de polvo sahariano hasta el centro de Europa son bien conocidas. Los fragmentos de pl¨¢stico pueden ser a¨²n m¨¢s peque?os que un grano de arena y las fibras y film a¨²n tiene una mayor capacidad para flotar. As¨ª que la respuesta estar¨ªa en el viento.
"Lo que podemos demostrar de manera inequ¨ªvoca es que est¨¢n siendo transportadas all¨ª por el viento", dice en una nota el investigador de la Universidad Strathclyde (Reino Unido) y coautor del estudio, Steve Allen. Usando un modelo alimentado con las velocidades y trayectoria de los vientos y los datos de deposici¨®n, pudieron estimar que las micropart¨ªculas llegaban hasta las monta?as desde al menos 95 kil¨®metros de distancia. Pero Toulouse, Zaragoza o Barcelona est¨¢n a¨²n m¨¢s lejos de esa distancia y con las dos segundas el pl¨¢stico a¨²n tendr¨ªa que superar mucha m¨¢s monta?a. Es lo siguiente que quieren investigar, cu¨¢nto puede viajar el micropl¨¢stico por el aire.
En Dongguan, una ciudad industrial china de 8 millones de habitantes, la concentraci¨®n de micropl¨¢sticos era menor que la hallada en el Pirineo
Para el investigador de la Universidad Par¨ªs-Est Rachid Dris, especializado en el estudio de los micropl¨¢sticos en entornos urbanos, "estos pueden llegar a cualquier parte, como se ha comprobado en todos los h¨¢bitat, incluidos los m¨¢s lejanos, como los lagos remotos o el ?rtico, por lo tanto, ya se consideraba al aire como una importante ruta de transporte para micropl¨¢sticos"¡¤. No relacionado con este estudio, a Dris no le sorprende que ahora los hayan encontrado en los Pirineos. "Es evidente que las condiciones meteorol¨®gicas desempe?an un papel: los micropl¨¢sticos probablemente sean transportados en los momentos de mayor viento y caen cuando aminora. Adem¨¢s, la nieve y la lluvia pueden provocar un arrastre que aumente la deposici¨®n de estos micropl¨¢sticos", a?ade.
Queda por saber c¨®mo afectan los micropl¨¢sticos a la salud humana. Encontrados ya en el intestino humano, todos los investigadores mencionados en este art¨ªculo creen obligado y urgente determinar el impacto de una bocanada de aire repleto de pl¨¢sticos.
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