Sheila Heti: ¡°Dejen de preguntar a las mujeres que no tienen hijos por qu¨¦ no los tienen¡±
La escritora canadiense de 'Maternidad' (Lumen) afirma que ¡°todav¨ªa sigue siendo una opci¨®n muy valiente decidir no ser madre¡±
La escritora canadiense Sheila Heti se mueve con agilidad en sus novelas en esa frontera invisible que separa la ficci¨®n de la autobiograf¨ªa. Maternidad (Lumen) es un nuevo ejemplo de su habilidad como funambulista: uno lee la novela como biogr¨¢fica, pero no sabr¨ªa discernir donde acaba la realidad y donde empieza la ficci¨®n. Sea como sea, Heti ha revolucionado la literatura de maternidad con una novela que, seg¨²n afirma, da voz a un tipo de mujer que hasta ahora no se hab¨ªa visto representada: la que decide no tener hijos. Una mujer que carga con el estigma de ¡°ego¨ªsta, hedonista o desconsiderada¡± y con el supuesto maleficio del arrepentimiento futuro.
A trav¨¦s de una franca, valiente y lac¨®nica introspecci¨®n, Heti nos acerca a esa decisi¨®n a la que tarde o temprano se enfrenta toda mujer: ser o no ser madre. Una decisi¨®n para la que en el caso de la narradora de Maternidad, y por extensi¨®n de Sheila Heti, la escritura de la novela act¨²a a modo de profil¨¢ctico: ¡°escribir el libro no es una forma de decidir qu¨¦ quiere hacer, sino de demorar la decisi¨®n hasta que sea demasiado tarde, hasta que el tiempo haya tomado la decisi¨®n por ella y ya no tenga la capacidad de tener un hijo biol¨®gico propio¡±.
A veces hay que enga?arse a una misma para tomar decisiones dif¨ªciles a¨²n de aceptar.
PREGUNTA. Maternidad es un libro muy valiente, una novela que indaga en ese conflicto al que se enfrenta toda mujer que se acerca a determinada edad sin haber sido madre. ?Por qu¨¦ te planteaste convertir ese dilema en el tema central de una novela?
RESPUESTA. Me pareci¨® que hab¨ªa mucho por escribir sobre este tema, muchos pensamientos que no hab¨ªa visto escritos sobre ese momento en el que la mente se cuestiona la idea de ser madre. Ese dilema emocional no lo hab¨ªa visto escrito. Creo que todos los libros sobre la maternidad empiezan cuando el beb¨¦ ya est¨¢ concebido o despu¨¦s de que haya nacido, as¨ª que vi que hab¨ªa un gran espacio nunca abordado antes de que naciera el beb¨¦, un per¨ªodo de la vida que yo misma estaba experimentando. Cuando comenc¨¦ a pensar en este libro me encontraba en un periodo de cuestionamiento.
P. Por eso el libro es pura introspecci¨®n.
R. Personalmente me encantan las novelas que tienen lugar en la mente de un personaje y creo que Maternidad sigue el linaje de esos libros. Lo sent¨ª como una forma de hacer una investigaci¨®n personal, filos¨®fica y biol¨®gica a partir de materia prima que estaba al alcance de mis propias preguntas y dudas. Sent¨ª que quer¨ªa ofrecerme una nueva narrativa para compartir con los lectores en la que pensar lo que podr¨ªa significar el hecho de no tener hijos. Quer¨ªa vivir en un mundo donde existiera este libro, de modo que como mujer sin hijos pudiera se?alarlo y mostrar qu¨¦ tipo de mujer era: una que hasta ahora no se hab¨ªa visto representada. Y quer¨ªa que esta decisi¨®n se entendiera en su complejidad, que una mujer puede tomar esta decisi¨®n por razones complejas y personales; no porque sea ego¨ªsta, hedonista o desconsiderada.
P. Esa es una idea muy arraiga a¨²n, ?verdad?
R. La mujer sin hijos es considerada por muchos como la mitad de una mujer, la mitad de una persona. Por eso quer¨ªa mostrar una persona completa, su interioridad en relaci¨®n con esta vida que ella eligi¨®. Y quer¨ªa abrirle al lector posibilidades que ella podr¨ªa no haber considerado antes al no haberlas visto nunca expresadas o escritas. Creo que con cada libro creas un mundo y esperas que este mundo cree nuevos mundos en nuestro mundo real y compartido.
P. La narradora parece haber tenido siempre muy claro que no quer¨ªa ser madre (¡°eso es lo que me parece la procreaci¨®n: un gesto necesario en el pasado y sentimental hoy en d¨ªa¡±, llega a afirmar), pero a¨²n as¨ª acaba sumergida en ese conflicto. ?Es imposible escapar a ¨¦l?
R. Creo que algunas personas lo evitan. Por ejemplo, aquellas que tienen hijos por accidente, las que no pueden tener hijos, o las que saben muy bien si quieren o no quieren. Para el resto es una pregunta real e ineludible, sobre todo porque una tiene un l¨ªmite de tiempo en la cuesti¨®n de la procreaci¨®n biol¨®gica. De todas formas, es una pregunta que parece activarse en un cierto punto. No siempre est¨¢ ah¨ª. Y luego, en un momento determinado, vuelve a desaparecer cuando se acaba el tiempo. Tambi¨¦n me gust¨® mucho eso: c¨®mo la pregunta sale del tiempo y se sit¨²a en el tiempo. Y c¨®mo ese tiempo se acaba.
P. ¡°No ser madre es lo m¨¢s dif¨ªcil. Siempre hay alguien dispuesto a interponerse en el camino de la libertad de una mujer¡±, escribes. ?Tan grande es la presi¨®n que sufr¨ªs las mujeres?
R. Creo que todav¨ªa sigue siendo una opci¨®n muy valiente el hecho de decidir no tener hijos. Todav¨ªa es algo que una mujer tiene que explicar. Nadie le pregunta a alguien que tiene hijos por qu¨¦ los tuvo, pero si no los tienes s¨ª que tienes que responder por qu¨¦ no los tuviste. Esta decisi¨®n todav¨ªa va en contra de las expectativas de la sociedad, en contra de nuestras ideas de la m¨¢s alta vocaci¨®n de las mujeres, en contra de nuestras ideas de lo que el cuerpo femenino desea intr¨ªnsecamente.
P. En ese sentido la narradora explica como parte de sus preocupaciones sobre el hecho de no ser madre part¨ªan de una realidad: ¡°a lo largo de la historia a los hombres les bastaba con que las mujeres existieran para parir hombres y criarlos¡±. ¡°Yo no quiero ser un conducto¡±, afirma la narradora. Hay mucho feminismo en las p¨¢ginas de Maternidad.
R. S¨ª, por supuesto. Es imposible separar la capacidad de una mujer para decidir su vida por s¨ª misma de toda la historia del feminismo, que ha tratado de dar a las mujeres ese derecho, ese permiso que los hombres siempre han tenido.
P. Creo que gracias en parte al auge del movimiento feminista podemos leer libros como el tuyo, en el que la narradora se plantea conscientemente el dilema entre ser o no ser madre. Eso ya es un avance social, ?no?
R. S¨ª, pero no es suficiente. Todav¨ªa no podemos aceptar que las mujeres puedan ser diferentes entre s¨ª; que las mujeres sin hijos puedan satisfacerse sin ellos. No tenemos una palabra en ingl¨¦s, y no creo que la haya en ning¨²n idioma del mundo, para la persona o mujer sin hijos que no expresa esto como una carencia. No tener una palabra para algo ya te dice mucho sobre la invisibilidad y la ilegitimidad de esa cosa o experiencia en nuestro mundo compartido.
P. Me gusta mucho un fragmento en el que Erica, una amiga de la narradora, afirma que se tienen hijos para salvaguardarnos de arrepentimientos futuros. ¡°?Es justo obligar a alguien a vivir para evitar que nos arrepintamos?¡±, se pregunta la narradora. Y no he podido dejar en todos esos ni?os que nacen para evitar arrepentimientos o para salvar relaciones de pareja¡
R. Es que no parece ser una raz¨®n de peso para dar vida a alguien. Pero si te fijas, el lenguaje del arrepentimiento solo se utiliza en relaci¨®n con esta elecci¨®n vital; cuando uno elige un trabajo no tiene a todo el mundo diciendo: "?est¨¢s seguro de que est¨¢s tomando la decisi¨®n correcta? ?Qu¨¦ pasa si te arrepientes? La gente no act¨²a con tanta cautela y advertencia cuando eliges con qui¨¦n quieres casarte o en qu¨¦ ciudad vivir. No lo hacen tampoco cuando dices que vas a tener hijos. Solo se plantea esta cuesti¨®n en relaci¨®n con el hecho de no tenerlos.
P. Tampoco hay nada terrible en el arrepentimiento, ?no?
R. El arrepentimiento es una parte inevitable de la vida de todos, el resultado inevitable de ser una persona que decide las cosas y pone esas decisiones en acci¨®n. Cuando las personas intentan asustar a las mujeres para que tengan hijos porque podr¨ªan lamentarlo, la pregunta que nunca surge es: ?Qu¨¦ tiene de malo el arrepentimiento? Todos vivimos con cierto pesar. Una vida puede contener plenitud, alegr¨ªa, inter¨¦s, emoci¨®n, tristeza, arrepentimiento, errores, buenas elecciones, accidentes, caos. Cada vida contiene todo esto de forma inevitable.
P. Miles, la pareja de la narradora, afirma que no se puede ser una gran artista y una gran progenitora al mismo tiempo, porque tanto el arte como los hijos ocupan todo el tiempo y toda la atenci¨®n. No s¨¦ si como artista, t¨² te has llegado a plantear tambi¨¦n ese dilema.
R. Cualquier elecci¨®n requiere sacrificios. Tener hijos requiere sacrificios de tiempo, de privacidad, de espacio mental. Por supuesto es posible hacer ambas cosas, tener hijos y hacer arte, pero ?por qu¨¦ una persona tiene que hacerlo todo? ?Por qu¨¦ una persona tiene que hacer su vida tan plena, tan dif¨ªcil, tan exitosa? ?Por qu¨¦ una persona no puede simplemente hacer lo que m¨¢s quiere y dejar las otras cosas menos importantes para ella? ?Por qu¨¦ no puedo, como mujer, decir que la maternidad es menos importante para m¨ª que otra cosa que quiero hacer? No es una experiencia necesaria para todos.
P. Te hac¨ªa la pregunta anterior por un fragmento de la novela. ¡°S¨¦ que cuanto m¨¢s tiempo trabaje en este libro, menos probable ser¨¢ que tenga un hijo (¡) Este libro es un profil¨¢ctico¡±.
R. Fue as¨ª. La narradora descubre que escribir el libro no es una forma de decidir qu¨¦ quiere hacer, sino de demorar la decisi¨®n hasta que sea demasiado tarde, hasta que el tiempo haya tomado la decisi¨®n por ella y ya no tenga la capacidad de tener un hijo biol¨®gico propio. Ella est¨¢ usando su arte para salvarla de una vida (la maternidad) que realmente no quiere. Pero aun as¨ª ella no puede simplemente salir, decirlo y aceptarlo, no puede asumir toda la responsabilidad de esta decisi¨®n porque todav¨ªa es demasiado dif¨ªcil de aceptar, as¨ª que tiene que enga?arse a s¨ª misma.
P. La escritura del libro te llev¨® varios a?os. ?Te ayud¨® esa escritura a tomar la decisi¨®n final?
R. Realmente no. Probablemente me hubiera resultado m¨¢s f¨¢cil si no hubiera escrito el libro. El libro me abri¨® la posibilidad de tener un hijo y de hacerme la pregunta de si tenerlo o no, el dilema central en mi vida durante muchos a?os. Si no hubiera escrito este libro podr¨ªa haber sido un problema mucho m¨¢s peque?o que se hubiese resuelto m¨¢s r¨¢pidamente.
P. ¡°A la comida que tomamos cuando el sol se ha puesto no le llamamos desayuno. Estoy en la tarde de mi vida. La hora de tener hijos es el desayuno¡±. ?Cu¨¢ndo una alcanza esa certeza, desaparece el dilema de la maternidad?
R. No creo que desaparezca nunca. He conocido a mujeres que tienen hijos adultos que a¨²n piensan en c¨®mo habr¨ªa sido su vida si no hubieran tenido hijos. No, ninguna pregunta se resuelve por completo en la vida. Creo que el trabajo de la vida no es responder todas las preguntas para siempre, sino saber c¨®mo convivir con ellas.
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