No todos los d¨ªas son buenos en una escuela infantil
A pesar de ser una profesi¨®n vocacional, los bajos sueldos y malas condiciones desmotivan a un sector esencial en el desarrollo de nuestros hijos
Desde ni?a lo tuve claro, siempre quise dedicarme al mundo de la educaci¨®n, de alg¨²n modo mi paso por la escolarizaci¨®n obligatoria, el instituto y, posteriormente, la universidad potenciaron si cabe aun m¨¢s mi disconformidad con el funcionamiento de uno de los pilares fundamentales de nuestra sociedad, el sistema educativo. Lo ten¨ªa claro. Con seis a?os inicie mi peque?a revoluci¨®n en el colegio porque yo ten¨ªa que jugar y no estar sentada toda la jornada escolar aprendiendo a leer y a escribir. Hoy sabemos de la importancia del juego en el aprendizaje.
Empec¨¦ estudiando Educaci¨®n Infantil, apasionada del mundo 0-3, culmine mis estudios con una sensaci¨®n extra?a, solo con los a?os consegu¨ª entender por qu¨¦ decid¨ª seguir form¨¢ndome en busca de respuestas.
Dej¨¦ aparcada la posibilidad de trabajar como educadora infantil hasta el nacimiento de mi primera hija, su temprana escolarizaci¨®n y el estreno de la maternidad me devolvieron el entusiasmo por trabajar en esta etapa.
Comenc¨¦ entonces a trabajar en mi primera escuela infantil y me di cuenta de que nada hab¨ªa cambiado, hab¨ªan pasado casi 15 a?os y todo segu¨ªa igual, las ratios desmesuradas y posteriormente aumentadas, el bajo salario, las precarias condiciones laborales de algunas escuelas y el poco reconocimiento social.
Parece incre¨ªble que los estudios hayan avanzado tanto y cada d¨ªa sea m¨¢s irrefutable la importancia que tiene la educaci¨®n infantil 0-3 y lo poco que se ha avanzado y considerado la necesidad y la urgencia, de tener unas condiciones laborales justas para el desempe?o del trabajo de los profesionales de esta etapa.
El mayor desarrollo del cerebro ocurre durante los tres primeros a?os de vida, es una etapa fundamental para el desarrollo afectivo, psicomotriz, cognitivo, social y moral, no hace falta decir que nuestro trabajo en esta etapa es esencial y de vital importancia.
Cada vez me encuentro con m¨¢s profesionales de este sector que han cambiado su mirada, cada d¨ªa m¨¢s conscientes de lo que los ni?os necesitan, m¨¢s formados, innovadores, frustrados, desalentados porque la sociedad no nos acompa?a.
?Qui¨¦n se ocupa de nuestras necesidades? Y lo m¨¢s importante ?qui¨¦n se ocupa de las necesidades de los m¨¢s peque?os?
As¨ª me he sentido muchas veces y es dif¨ªcil encontrar aliento cuando solo tu empe?o, tu vocaci¨®n y tus sue?os te acompa?an, horas y horas de paseos y conversaci¨®n junto a mi compa?era y excelente profesional Tita, muchas horas de insomnio, pensando en c¨®mo podemos cambiar el mundo, al menos el pedacito que nos toca.
En mi recorrido, encontr¨¦ mi mayor regalo, la voz que por fin dio sentido a mis pensamientos sobre la pr¨¢ctica educativa, mi querida Marisa Moya (precursora de Disciplina Positiva Espa?a), admirable profesional y mejor persona, que trabaja sin descanso junto a otros muchos m¨¢s profesionales por una infancia m¨¢s humanizada.
Entonces entend¨ª la importancia del amor y el respeto mutuo, de la necesidad de crear un buen clima en el aula, de encontrar el equilibrio entre la amabilidad y la firmeza. Y sobre todo el magn¨ªfico aprendizaje que pod¨ªa regalar cada d¨ªa a mis peque?os alumnos, a¨²n si cabe, con m¨¢s ilusi¨®n pero tambi¨¦n con m¨¢s impotencia.
Mi principal motor son ellos, su inocencia, su mirada, sus besos cada ma?ana, sus progresos, sus caricias, sus enfados y sus logros.
Reconozco haber flaqueado, he pensado en m¨¢s de una ocasi¨®n abandonar mi profesi¨®n, pero Marisa me ha ense?ado a trabajar desde mi peque?a parcela, sembrando poco a poco lo que espero que ma?ana sean las ra¨ªces para un futuro mejor, m¨¢s humano, m¨¢s respetuoso y m¨¢s justo. Ahora me siento m¨¢s capaz, m¨¢s fuerte y segura.
Queridos profesionales que trabaj¨¢is en escuelas infantiles, que os dej¨¢is la piel en el aula cada d¨ªa, mi mayor reconocimiento y admiraci¨®n para todos vosotros, ojal¨¢ alg¨²n d¨ªa nos valoren de manera justa.
*Ruth Alfonso Arias. Educadora Infantil. Educadora de Familias de Disciplina Positiva.
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