Cuando la rutina nos hace mayores
Con cada d¨¦cada que se suma, los cambios genera m¨¢s desaf¨ªos e incalculables y esperanzadores descubrimientos
El paso del tiempo nos vuelve implacables. Nuestra flexibilidad disminuye y tendemos a hacer las cosas a nuestro modo. Es decir, algo m¨¢s mon¨®tono y generalmente id¨¦ntico. Las rutinas van llenando poco a poco nuestros d¨ªas y finalmente uno entra en el maleable terreno de la comodidad. En s¨ª mismo no es algo negativo, incluso afirmar¨ªa que es un derecho esencial. Aunque obstaculiza y en gran medida limita nuestra vida. Es demasiado sencillo entretejer nuestras ma?anas en sucesiones repetitivas y pr¨¢cticamente intercambiables.
Porque cuando queremos darnos cuenta nos hemos alejado casi definitivamente de una realidad siempre estimulante. Se pierden aromas, sensaciones, lecturas o experiencias simplemente porque suponen un riesgo. Un temor muchas veces irracional a perder esa pretendida comodidad. Por lo que romper con el sof¨¢ y la certidumbre requiere bastante de nuestra parte. Detectando que ese potencial cambio supone un abismo con un gran n¨²mero de sorpresas agradables.
No es necesario ir al otro lado del Atl¨¢ntico, ni siquiera alquilar un coche para cruzar el pa¨ªs. Esas son el tipo de cosas que aplazamos y que nos impiden los verdaderos retos. Basta con entrar a esa nueva tienda del barrio y hablar con el dependiente. O conocer un nuevo punto de vista que ponga en duda algunas de nuestras certezas. Llamar tambi¨¦n por tel¨¦fono a esa amiga de la que hace tiempo no sabemos nada. Y con quien hemos disfrutado tant¨ªsimo para probablemente volver a sentirlo de nuevo.
Puede que nuestras rutinas muchas veces no nos protejan. O lo hagan de un modo tan ilusorio que renunciar a ellas muchas veces sea un alivio. Tan solo hay que ver c¨®mo se comportan algunas personas ante un alimento diferente. Ese sabor nuevo con una presentaci¨®n arriesgada parece agitar una zona escondida. Con toda seguridad estimular¨¢ nuestro cerebro igual que lo hace el estudio de un idioma o la adquisici¨®n de habilidades con la cer¨¢mica. Tendemos a anclarnos en lo mismo. No porque sea mejor, sino porque es conocido y supone abandonar el riesgo. Sabiendo como sabemos que las cosas importantes siempre llevan consigo algo de esfuerzo y riesgo. Afortunadamente.
*Julio C¨¦sar ?lvarez es psic¨®logo y escritor
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