Entre Franco y Francia no hay tanta distancia
La presentadora Mar¨ªa Rey dijo ¡°las tropas de Franco¡± en vez de las de ¡°Francia¡±. Su lapsus sirve para entender por qu¨¦ nos confundimos al hablar
Mar¨ªa Rey, presentadora de Telemadrid, fue vapuleada injustamente en las redes tras decir en antena durante las celebraciones del Dos de Mayo que esa fecha conmemora el levantamiento de los madrile?os ¡°contra las tropas de Franco¡±. Cualquier persona de buena voluntad habr¨¢ interpretado que quiso decir realmente ¡°contra las tropas de Francia¡±; pero las redes no parecen dominadas por personas de buena voluntad.
Su lapsus fue corregido en directo poco despu¨¦s. Sin embargo, como suele ocurrir en estos casos, el fragmento de v¨ªdeo difundido hasta la saciedad no inclu¨ªa la rectificaci¨®n.
Las acusaciones contra la periodista abarcaron todas las causas posibles: la ignorancia, la mala fe, la obsesi¨®n con Franco¡ Miles de personas se desacreditaban as¨ª ellas solas ante quienes observan la vida con m¨¢s sentido com¨²n o disponen de algunos conocimientos al respecto.
Las equivocaciones de este tipo se suelen producir, seg¨²n nos explican los psicoling¨¹istas (como Belinch¨®n-Igoa-Rivi¨¨re, 1998: 560-610), por culpa de alg¨²n cruce de caminos en el cerebro: porque se intercambian ra¨ªces o t¨¦rminos en sus respectivas funciones sint¨¢cticas (¡°se me lengua la traba¡±); porque se est¨¢ emitiendo una idea mientras se piensa en otra (¡°te quiero, Edilberto¡±, le dice alguien a su pareja, llamado Anastasio); porque se confunden significados con cierta relaci¨®n entre s¨ª (¡°me qued¨¦ ciego¡± en vez de ¡°me qued¨¦ mudo¡±); porque se sustituyen fonemas (¡°estoy encandado de conocerte¡±), o porque se entrecruzan palabras de gran similitud fonol¨®gica.
La psicoling¨¹¨ªstica explica que el error se da cuando un vocablo desechado se adelanta a otro fonol¨®gicamente similar
Parece probable que fuera esto ¨²ltimo lo que le pas¨® a Mar¨ªa Rey.
En cambio, el presidente Rodr¨ªguez Zapatero incurri¨® en 2009 en un cambio de fonema cuando hablaba de un ¡°acuerdo para favorecer y para follar el turismo¡± en vez de un ¡°acuerdo para favorecer y para apoyar el turismo¡±. (En este caso, por tanto, desechar¨ªamos la posibilidad de que estuviese diciendo una cosa mientras pensaba en otra).
Estos errores de fonema aparecen con mayor frecuencia si su resultado es una palabra preexistente (como ¡°follar¡± o ¡°Franco¡±).
Al hablar, el inconsciente activa en nosotros una cohorte de t¨¦rminos que la memoria relaciona entre s¨ª por sus similitudes. Y el lapsus se produce cuando un vocablo de esa cohorte (es decir, de ese grupo de palabras que hacen cola) se adelanta a los dem¨¢s de forma err¨®nea (Altmann, 1999: 52 y 141-142).
Al o¨ªr la frase ¡°yo acostumbro a lavarme la cara cada¡¡±, obligatoriamente el cerebro anticipa ¡°d¨ªa¡± o ¡°ma?ana¡±, porque estos t¨¦rminos forman parte del contexto estable que acompa?a a la oraci¨®n inacabada: ¡°D¨ªa¡± y ¡°ma?ana¡± constituyen as¨ª una peque?a cohorte que extraemos de nuestro recuerdo para completar lo que falta.
Tambi¨¦n cuando hablamos sucede eso, en un efecto similar al de los sistemas de lenguaje predictivo en los tel¨¦fonos m¨®viles o en las b¨²squedas de Google. De una lista de posibles candidatos a ser pronunciados se pasa a la selecci¨®n de la palabra ¨®ptima y se desactiva el resto. As¨ª, al decir ¡°el coche subi¨® a la colina¡± se habr¨¢n activado en fase subliminal ¡°el coche subi¨® a la columna¡± y ¡°el coche subi¨® a la colmena¡±. (En estos patrones se suele dar la coincidencia en el n¨²mero de s¨ªlabas y en el lugar del acento t¨®nico).
Pero en situaciones de tensi¨®n o de cansancio mantienen su latencia las opciones que normalmente quedar¨ªan desactivadas al no ser pertinentes, y pueden adelantarse a las otras por debajo del umbral de percepci¨®n (de manera subliminal, por tanto). De ese modo, entran en el cerebro sin que ¨¦ste las procese de forma consciente.
Eso no ocurre siempre por una relaci¨®n de ideas, sino que a menudo se debe a un simple parecido, porque el significado y la forma de una palabra son tratados mentalmente de manera distinta (Belinch¨®n et al., 1992: 564; Anula, 1998: 48). Es decir, la recopilaci¨®n en cohorte es ¡°tonta¡±, pues se recupera la informaci¨®n relacionada con las se?ales en la memoria, sin importar su pertinencia (Hunt-Ellis, 2007: 304, 323). Y luego ni se recuerdan los candidatos desechados.
En el hecho que nos ocupa, parece probable que el subconsciente de la presentadora (quien llevaba ya varias horas en antena) acogiera en cohorte inconsciente los t¨¦rminos ¡°Francia¡± y ¡°Franco¡±, y que el segundo se adelantara al primero.
Se trata de la misma proximidad l¨¦xica que se produce en lapsus como ¡°me puso la cabeza como un biombo¡± o ¡°es un penalti como la copa de un piano¡±, en los cuales la afinidad fon¨¦tica se antepone a la entidad sem¨¢ntica.
Y en el caso de Mar¨ªa Rey se dio un factor a?adido: que, al contrario de lo que ocurre en los ejemplos del biombo y el piano, sem¨¢nticamente absurdos en la frase, el vocablo err¨®neo (¡°Franco¡±) no resultaba incongruente una vez inserto en el contexto l¨¦xico (¡°las tropas de¡¡±), sino ling¨¹¨ªsticamente posible.
Si la presentadora hubiera estado leyendo la noche anterior con mucho inter¨¦s un tratado de qu¨ªmica, cabr¨ªa la posibilidad de que en su cohorte subliminal hubiera aparecido tambi¨¦n el t¨¦rmino ¡°francio¡±, que nombra un raro elemento met¨¢lico y alcalino. Pero, en igualdad de condiciones con el vocablo ¡°Franco¡± en esa cola de espera, habr¨ªa sido m¨¢s f¨¢cil que la periodista desechara ¡°francio¡± inconscientemente en la preselecci¨®n cerebral vertiginosa, porque la expresi¨®n ¡°las tropas de francio¡± resulta incongruente.
La secuencia que no se activ¨®
Otro factor adicional para que una palabra te¨®ricamente desechada se adelante a la elegida se relaciona con la diferente frecuencia con que una y otra aparecen en contextos reiterados. Y aqu¨ª suced¨ªa eso tambi¨¦n. La secuencia ¡°las tropas de Franco¡± alcanza mayor presencia en la memoria de cualquier espa?ol que ¡°las tropas de Francia¡±, alternativa latente que se qued¨® sin activar.
Pero no hace falta para ello que la palabra ¡°Franco¡± inunde el ambiente a cuenta de las idas y venidas que llevamos con sus restos (a pesar de que ¨¦stos ni se han movido). Bastar¨ªa con que el sujeto emisor del mensaje hubiese estado en contacto con ese t¨¦rmino o esa secuencia de palabras porque los ley¨® en un libro el d¨ªa anterior. Es decir, puede darse una activaci¨®n individual de este ¡°adelantamiento¡±, no necesariamente social.
Y, desde luego, nada de ello tiene que ver con la ignorancia, la incultura, la falta de profesionalidad o un intento de manipular (acusaciones de muchos usuarios en las redes). Nos sucede a todos de forma no planificada. Para que ocurra, basta con que se conjuguen algo de cansancio, un uso reciente o intenso de alguna de las palabras que aparecen en cohorte, que la sustituida y la pronunciada coincidan en s¨ª??labas y acento, y, finalmente ¡ªcomo circunstancia facilitante, pero no imprescindible¡ª, una cierta congruencia entre el contexto que se tiene in mente y la palabra que de forma indebida se adelant¨® a otra con la que compet¨ªa en la cohorte.
Los presentadores de programas largos acumulan agotamiento y tensi¨®n, y adem¨¢s han de o¨ªr por el pinganillo las indicaciones internas del director, de la realizadora o del regidor, a la vez que la otra parte de su cerebro sigue hablando al p¨²blico. Lo admirable es que no se equivoquen m¨¢s.
Bibliograf¨ªa
ALTMANN, Gerry T. M. (1999): La ascensi¨®n de Babel. Una incursi¨®n en el lenguaje, la mente y el entendimiento. Ariel Psicoling¨¹¨ªstica. Barcelona,
ANULA REBOLLO, Alberto (1998). El abec¨¦ de la psicoling¨¹¨ªstica. Madrid, Arco/Libros.
BELINCH?N, Mercedes; IGOA, Jos¨¦ Manuel; RIVI?RE, ?ngel (1998): Psicolog¨ªa del lenguaje. Investigaci¨®n y teor¨ªa. Editorial Trotta. Madrid.
HUNT, R. Reed, ELLIS, Henry C (2007). Fundamentos de psicolog¨ªa cognitiva. Editorial Manual Moderno. M¨¦xico.
DEL VISO, Susana; GARC?A-ALBEA, Jos¨¦ Eugenio; IGOA, Jos¨¦ Manuel. Corpus de errores espont¨¢neos del espa?ol. Universidad de Oviedo, 1987.
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