¡°La pedagog¨ªa de los superh¨¦roes es muy ¨²til para educar a nuestros hijos¡±
Jos¨¦ Carlos Ruiz, autor de ¡®De Plat¨®n a Batman¡¯, sugiere un modelo educativo basado en las ense?anzas de los pensadores cl¨¢sicos y los valores de los protagonistas del c¨®mic
Quiz¨¢ les conozcan. Ella, con el rostro coronado por una tiara, proviene de la legendaria raza de las amazonas; ¨¦l, con una m¨¢s que reconocible capa azul, de otro planeta que ya no existe en una galaxia muy lejana. En una vida, protegen desinteresadamente a la humanidad frente a las mil caras del mal; en otra, pasan desapercibidos, como si en verdad fueran personas normales. Y en ambas, su moral es intachable: empat¨ªa, sacrificio, generosidad, preocupaci¨®n por los dem¨¢s. Valores dignos de imitaci¨®n que cualquier padre quiere inculcar a sus hijos y que protagonizan De Plat¨®n a Batman, del fil¨®sofo y profesor de la Universidad de C¨®rdoba Jos¨¦ Carlos Ruiz.
¡°Hay que educar en el pensamiento cr¨ªtico desde peque?os, para que sean capaces de extraer conclusiones por s¨ª solos, para que desarrollen una personalidad fuerte y una buena dosis de autoestima y confianza en s¨ª mismos¡±, sostiene Ruiz. Arist¨®teles, Cicer¨®n, Locke, Kant, S¨®crates, Hume y Plat¨®n se unen as¨ª a Superman, Wonder Woman, Batman, Spiderman y el Capit¨¢n Am¨¦rica en la lucha diaria de los padres por conseguir inculcar en sus hijos una personalidad sana y equilibrada. Herramientas para que ¡°aprendan a ponerse en el lugar del otro, empatizar con ¨¦l y desarrollar un concepto de ciudadan¨ªa que les ayude a defender lo que es bueno para el grupo¡±: objetivos como la lucha contra el cambio clim¨¢tico o el reciclaje, por ejemplo.
De la filosof¨ªa, Ruiz extrae ese pensamiento cr¨ªtico que intenta explicar el porqu¨¦ de lo que nos rodea, y convertirlo en consejos para educar a los peque?os. De los superh¨¦roes, m¨¢s que sus poderes sobrenaturales, interesan los superpoderes humanos que poseen, una serie de cualidades y virtudes humanas que pueden ser ense?adas y aprendidas. As¨ª, tras ver la pel¨ªcula (o leer el c¨®mic), ¡°los padres pueden extraer una o varias ense?anzas y seguir hablando con ellos, no tanto de la historia que acaban de ver como de aquello que pueden aplicar en casa¡±.
¡°La pedagog¨ªa de los superh¨¦roes es muy ¨²til para educar a nuestros hijos. Toma el caso de Wonder Woman: utilizando el instrumento del lazo de la verdad, consigue vencer al mal. Pero, adem¨¢s, es que ella cree en la redenci¨®n, y usa su oratoria (como S¨®crates) para conseguir que los malos se conviertan en buenos. Utiliza el di¨¢logo para intentar convencerlos, en una especie de arte de la persuasi¨®n¡±. De Batman destaca su humanidad (no es sobrehumano, y puede morir en cualquier momento) y el poder de conseguir cualquier objetivo por medio de la persistencia. Como Plat¨®n, ¨¦l tambi¨¦n tiene su caverna, de la que sale convertido en el murci¨¦lago de Gotham. De Spiderman, su curiosidad y el concepto de la responsabilidad como un deber para con los dem¨¢s, no consigo mismo; del Capit¨¢n Am¨¦rica, su compromiso y ejemplaridad, etc.
Es f¨¢cil dejarse llevar por el mensaje que transmite Ruiz, que vuelve recurrentemente al concepto de equilibrio en la educaci¨®n de nuestros hijos. Cualquier proceso educativo, dice, tiene que buscar un equilibrio entre el rol social y la faceta individual productiva. ¡°Los hijos tienen que formar parte de esa vida social y comprometerse con el otro. Necesitamos que aprendan a pensar en el otro, no solo en ellos mismos¡±.
¡°Antes, los profesores, los padres, la sociedad, todos eran quienes guiaban el proceso educativo. Ahora, el centro es el ni?o. Antes, el alumno ten¨ªa que seguir al profesor; ahora es este quien sigue a aquel, porque lo importante es extraer de ¨¦l sus potencialidades; hemos pasado de un extremo al otro y ser¨ªa recomendable recuperar el equilibrio¡±, sostiene Ruiz. Sucede, por ejemplo, con el trabajo por proyectos, partiendo de lo que le motiva al ni?o. ¡°Pero, a medida que vamos creciendo, esos procesos motivacionales ya no son tan fuertes. Es estimulante hacerlo de vez en cuando pero no siempre, porque si no, le est¨¢s quitando al ni?o su capacidad de resiliencia, el aprender algo simplemente por deber, porque hay que hacerlo¡±.
De igual forma, Ruiz argumenta que no se debe premiar siempre a los ni?os por hacer algo que es parte de sus obligaciones. ¡°Siempre estamos d¨¢ndoles un est¨ªmulo, un premio. Pero luego llegar¨¢n a un puesto de trabajo y, al no estar motivados, lo dejar¨¢n. La tasa de abandono en puestos de trabajo ha crecido mucho entre los j¨®venes¡±.
?Y si hacen algo mal? ¡°Locke nos recuerda, respecto al castigo, que hay un concepto interesante que tiene ya 300 a?os. Para ¨¦l, lo m¨¢s importante era captar la atenci¨®n de la persona que est¨¢s educando de una manera positiva. Es m¨¢s educativo recompensar al ni?o cuando hace algo bueno, porque entonces querr¨¢ volver a hacerlo. Luego, a?ado yo, hay que ir quit¨¢ndole poco a poco esa recompensa para que aprenda lo que es el deber¡±.
En un momento de la conversaci¨®n, Ruiz reflexiona sobre lo que llama ¡°la profesionalizaci¨®n de la paternidad¡±, porque se tiende siempre a enfocar el proceso educativo ¡°a la obtenci¨®n de resultados cuantificables. Que las actividades extraescolares, por ejemplo, puedan ser evaluadas en todo momento. Estamos abandonando el tiempo de contemplaci¨®n y de ocio con ellos, la faceta del deleite, por un tiempo en el que siempre se busca que haya un resultado¡±. Una actitud que se ve incluso desde antes de que nazca el hijo. ¡°Hay muchas personas que intentan sobreestimular el feto, le ponen m¨²sica, etc., para intentar que salga con un proceso de aprendizaje ya iniciado¡±. No es que est¨¦ mal, sostiene, pero tampoco hay que obsesionarse.
Si queremos que nuestros hijos sean felices necesitaremos, eso s¨ª, que entiendan qu¨¦ es y qu¨¦ no es la felicidad: ¡°Se ha convertido en un instrumento de tortura¡±, asegura, ¡°porque nos ense?an que la felicidad es algo instant¨¢neo y f¨¢cil de adquirir, que se compra. Es una felicidad consumible: el tel¨¦fono m¨¢s moderno, el siguiente viaje, las nuevas zapatillas... Es una felicidad postiza que nos convierte en drogodependientes emocionales. Es cansino y agotador, porque la felicidad no es un sentimiento, sino una forma de ver la vida que no es identificable, sino subjetiva¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.