Ponernos de acuerdo para salvar el planeta
Esta semana se re¨²nen en Lima y en el Amazonas 300 l¨ªderes nacionales e internacionales del sector de materias primas para buscar una soluci¨®n a los retos m¨¢s urgentes de nuestro tiempo
La evidencia cient¨ªfica es indiscutible: la actividad humana est¨¢ acabando con la vida en el planeta con una rapidez sin precedentes en la historia. La mitad de los animales que vivieron en la Tierra han desaparecido, y un mill¨®n de especies est¨¢n actualmente en peligro de extinci¨®n.
Seg¨²n el ¨²ltimo informe de la Plataforma Intergubernamental sobre la Biodiversidad y los Servicios Ecosist¨¦micos (IPBES), presentado la semana pasada en Par¨ªs, la destrucci¨®n de biodiversidad y ecosistemas provocada por la actividad humana ha crecido tan implacablemente que representa una amenaza tan seria para la poblaci¨®n mundial como la del cambio clim¨¢tico. Estamos atentando contra los mismos cimientos de nuestras econom¨ªas, fuentes de riqueza, alimentaci¨®n, salud y bienestar, como si en ello no nos fuera la vida.
Esta noticia llega solo meses despu¨¦s de aquel Informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Clim¨¢tico (IPCC) que avisaba sin contemplaciones de lo que podr¨ªa suceder si no se consigue limitar el aumento de las temperaturas a un 1,5 ¡ãC en lugar de 2¡ãC para 2100. Uno no puede evitar preguntarse cu¨¢nto queda para que este tipo de predicciones dejen de ser noticia. Y lo m¨¢s preocupante: si ahora que todav¨ªa tenemos la capacidad de sorprendernos con estos titulares no encontramos la voluntad para actuar, es dif¨ªcil conservar la esperanza para cuando la idea de un futuro dist¨®pico nos deje de asustar.
?Ha sido nuestra responsabilidad? El informe se?ala como el factor n¨²mero uno desencadenante del drama el cambio en los usos de la tierra y el mar. No resulta sorprendente: la producci¨®n agr¨ªcola, gran responsable de la deforestaci¨®n y la emisi¨®n de gases de efecto invernadero, ha crecido en un 300% desde 1970, mientras que al mismo tiempo la degradaci¨®n de la tierra ha reducido la productividad de hasta una cuarta parte de la superficie terrestre. Sumado a que la poblaci¨®n mundial continua en crecimiento y la demanda de producci¨®n es cada vez mayor, ?qu¨¦ soluci¨®n nos queda para conservar los bosques? La ciencia ha hablado alto y claro. ?Ahora qu¨¦?
Reducir la deforestaci¨®n, restaurar los bosques, humedales y otros ecosistemas clave podr¨ªa contribuir en m¨¢s de una tercera parte a los esfuerzos necesarios para reducir el calentamiento global y frenar la dr¨¢stica p¨¦rdida de biodiversidad que sufre el planeta. Pero un cambio real en la forma en la que producimos nuestra comida solo es posible a trav¨¦s de la acci¨®n combinada de una multitud de actores que est¨¢n interconectados en el sistema.
La ciencia ha hablado alto y claro. ?Ahora qu¨¦?
Pongamos por ejemplo el Amazonas. Este important¨ªsimo sistema recorre nueve pa¨ªses en la regi¨®n latinoamericana, se extiende por m¨¢s de siete millones de kil¨®metros cuadrados y es el hogar de m¨¢s de 33 millones de personas, incluyendo 385 pueblos ind¨ªgenas, algunos en aislamiento voluntario. Con un engranaje tan amplio e interconectado de actores, en cadenas de valor incre¨ªblemente complejas y din¨¢micas, resulta impensable intentar frenar la deforestaci¨®n sin la participaci¨®n y compromiso de todas las partes involucradas.
La apuesta del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) es inequ¨ªvoca: ponernos de acuerdo para salvar el planeta. El Programa Green Commodities lleva diez a?os trabajando por romper barreras y construir di¨¢logos constructivos entre los diversos actores de la cadena de valor para encontrar formas m¨¢s sostenibles y eficientes de producir, que no solo protejan los bosques y ecosistemas terrestres, sino que adem¨¢s brinden oportunidades de desarrollo a las personas que los habitan.
El nuestro es un enfoque hol¨ªstico en el que la voluntad pol¨ªtica desempe?a un papel vital: apostamos la creaci¨®n e implementaci¨®n de regulaciones de protecci¨®n medioambiental que tambi¨¦n contribuyan al desarrollo econ¨®mico de los pa¨ªses. Buscamos la colaboraci¨®n p¨²blico-privada y trabajamos mano a mano con las autoridades nacionales de los principales pa¨ªses productores de materias primas para acompa?arles en sus esfuerzos por cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible y las contribuciones previstas y determinadas a nivel nacional. Creemos firmemente (y la ciencia nos apoya) que la ¨²nica forma de avanzar es una transformaci¨®n sist¨¦mica del sector a trav¨¦s de una colaboraci¨®n democr¨¢tica, inclusiva y multisectorial.
Sin esta colaboraci¨®n, podemos estar seguros de llegar tarde a las crisis globales que nos amenazan. Es cierto que de forma independiente, las ONG, el sector p¨²blico, los gobiernos, y el sector privado est¨¢n desempe?ando por s¨ª solos un papel muy relevante en esta lucha. 450 empresas privadas han asumido casi 800 compromisos antideforestaci¨®n durante los ¨²ltimos a?os, pues el sector privado empieza a ser muy consciente de que existe un fuerte argumento econ¨®mico para salvar el planeta. El cambio clim¨¢tico podr¨ªa costarle cerca de 1,2 trillones de d¨®lares a nivel global en los pr¨®ximos 15 a?os, seg¨²n el ¨²ltimo an¨¢lisis de ONU Medioambiente.
Pero a pesar de las buenas intenciones, los retos de implementaci¨®n persisten. Los resultados son m¨ªnimos. M¨¢s de 3,6 millones de hect¨¢reas (?el tama?o de B¨¦lgica!) de bosques han desaparecido solo en 2018. La realidad es que el cambio nunca podr¨¢ realizarse por separado. Cuando el sistema de producci¨®n del sector primario est¨¢ tan interconectado es tremendamente dif¨ªcil que los compromisos antideforestaci¨®n individuales, realizados en silos, puedan tener el impacto necesario o lograr la transformaci¨®n sist¨¦mica que las circunstancias exigen.
Precisamente la Conferencia Good Growth que celebramos esta semana en Per¨² busca esa colaboraci¨®n al reunir representantes de todos los sectores: p¨²blico y privado, acad¨¦mico, sociedad civil y comunidades rurales e ind¨ªgenas para compartir experiencias, encontrar nuevas soluciones y fortalecer una respuesta conjunta a los problemas m¨¢s apremiantes a los que nos hemos enfrentado nunca. Solo nos quedan unos a?os para cambiar el rumbo. Pero antes de ponernos en marcha, pong¨¢monos de acuerdo.
Andrew Bovarnick es experto economista ambiental y director global del Programa Green Commodities del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
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