Caracas no le teme a la noche

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Fue en 2015, cuando en el festival El Calvario Puertas Abiertas ¡ªcelebrado en el municipio caraque?o de El Hatillo¡ª se gest¨® la idea de propiciar un cambio real, aportar soluciones nuevas y empezar a testar resultados en el espacio p¨²blico de la capital venezolana. As¨ª es como naci¨® Ciudad Laboratorio, o CiudLab, un colectivo caraque?o conformado por Cheo Carvajal, periodista y activista; Ana Cecilia Pereira, educadora y bici-activista; Gerardo Zavarce, investigador y curador de arte; ?ngel Zambrano, comunicador y antiguo director de cultura de la Alcald¨ªa de El Hatillo; Diana Chollett y Vanessa Aveda?o, ambas dise?adoras; y Jaime Cruz, dise?ador y director de Pro-Dise?o, la escuela de Comunicaci¨®n Visual y Dise?o.

La falta de medios y recursos no impidi¨® que este equipo pluri-disciplinar, a trav¨¦s de la observaci¨®n y el gran apoyo ciudadano, empezara a movilizarse y plantearse cuestiones urgentes, tejer lazos con distintas instituciones, actuar, dialogar y emprender peque?os proyectos transformadores dentro del ¨¢rea metropolitana. En una entrevista con Cheo Carvajal el pasado setiembre, constat¨¦ que hay unas ganas enormes e incesantes de recuperar lo que poco a poco ha ido desapareciendo de la escena p¨²blica caraque?a: el verde, el civismo, el juego, la luz, el disfrute, la tranquilidad, el paseo, la calma¡­

Una de las primeras labores de Ciudad Laboratorio se centr¨® en observar la noche caraque?a y analizar el d¨¦ficit en materia de seguridad, transporte y alumbrado p¨²blico. Hoy por hoy, el deterioro de la vida urbana caraque?a es un hecho notorio ya que la noche caraque?a es oscura, peligrosa y solitaria. Es precisamente cuando anochece, que tanto las calles como los espacios p¨²blicos destinados al encuentro (terrazas y parques, por ejemplo) est¨¢n desolados. Desde CiudLab se decidi¨® analizar, fotografiar y observar m¨¢s de treinta espacios del ¨¢rea metropolitana durante el atardecer para entender c¨®mo funcionaban las ¨¢reas destinadas al encuentro, esparcimiento y recreaci¨®n como las plazas, los centros comerciales y los centros culturales. De este modo, se pudo analizar la iluminaci¨®n, los recorridos peatonales, el transporte p¨²blico, la presencia de cuerpos de seguridad en la v¨ªa p¨²blica y el flujo peatonal en los cinco municipios de la ciudad con el fin de recolectar datos y compilarlos tanto en informes como en su plataforma en l¨ªnea, a modo de relato.

As¨ª, CiudLab es tambi¨¦n entendido como un observatorio urbano pues, a la vez, almacena vivencias y experiencias para reconstruir y mejorar la ciudad. La calle es su sede f¨ªsica y las redes sociales son una de sus herramientas m¨¢s preciadas para interactuar con la ciudadan¨ªa ya que es donde se comparten datos reales para reflexionar, comparar y proponer posibles soluciones citadinas. Tal y como Cheo Carvajal comenta, la calle es concebida como un nodo articulador y transformador de espacios: es el lugar donde se suman voluntades y fuerzas para hacer ciudad. Adem¨¢s, Carvajal asegura que detr¨¢s de Ciudad Laboratorio, hay la idea de promover el arte y la pedagog¨ªa como elementos esenciales para integrar a los caraque?os con la ciudad misma, a trav¨¦s de distintas iniciativas y pr¨¢cticas culturales.

As¨ª es como el pasado s¨¢bado 18 de mayo, tuvo lugar en el municipio de Baruta, la iniciativa #M¨¢sNocheCaracas: un ejercicio ciudadano de monitoreo colaborativo que pretendi¨® articular fuerzas para transformar la adversa realidad: aquella que restringe la vida cotidiana citadina.

D¨ªas previos, desde las redes sociales de CiudLab, se propuso un desaf¨ªo virtual que consisti¨® primero en observar la noche caraque?a y compartir fotograf¨ªas con la etiqueta #Mira, y participar en una encuesta v¨ªa Twitter para cuantificar y valorar c¨®mo se vive Caracas de noche, acompa?ada de la etiqueta #Cuenta. Y, una semana previa al evento, se convoc¨® a todos los caraque?os (tambi¨¦n v¨ªa redes sociales) a iluminar las calles de la urbanizaci¨®n Colinas de Bello Monte, convenientemente ubicada en el centro geogr¨¢fico del valle de Caracas. El objetivo de esta iniciativa acompa?ada de la etiqueta #Ilumina era alumbrar las calles de la zona, no temerle a la oscuridad, vencer el miedo de manera colectiva, salir del enclave, generar espacios de encuentro y retomar la escena cultural y art¨ªstica de la capital. De este modo, se ped¨ªa hacer uso de linternas, velas, tel¨¦fonos m¨®viles as¨ª como encender las luces de los apartamentos y comercios¡­

La respuesta masiva y entusiasta de la gente ratific¨® la importancia de este tipo de iniciativas culturales y ciudadanas, vitales para la transformaci¨®n de la ciudad: la oscuridad se hizo luz, la calle se volvi¨® un escenario cultural, las terrazas en plateas y los peque?os caf¨¦s en espacios de tertulia. Por un instante, la noche en Colinas de Bello Monte se llen¨® de m¨²sica en vivo, recorridos urbanos, proyecciones de arte y recitales de poes¨ªa transformando un pedacito de Caracas en aquella ciudad que una vez fue, y la que tanto se quiere recuperar: la Caracas feliz.

Y as¨ª, una vez m¨¢s, se demostr¨® que los caraque?os son imparables; todos ellos quieren y desean una ciudad mejor, lejos del miedo, abriendo la puerta del umbral para reconectarse con el espacio p¨²blico, socializar y reencontrarse con el diferente.

Definitivamente, este evento no solo ilumin¨® una zona de la ciudad, sino que aliment¨® esa nostalgia feliz de Caracas (aludiendo a la novela de Nat¨¢lie Nothomb) y demostr¨® que, el poder de la ciudadan¨ªa es imparable. Una vez m¨¢s, Caracas demuestra al mundo la voluntad colectiva y masiva de tejer espacios a trav¨¦s de la cultura y el arte. M¨¢s all¨¢ de la pol¨ªtica, muchos sue?an en construir una ciudad mejor, m¨¢s justa, m¨¢s cercana y m¨¢s habitable. Hoy, m¨¢s que nunca, Caracas necesita m¨¢s Ciudades Laboratorio.