Penas de hasta 10 a?os de c¨¢rcel para quien publique bulos en Singapur
La pol¨¦mica normativa afecta tambi¨¦n a los comentarios divulgados en redes como WhatsApp
La amenaza de los bulos es cuesti¨®n de Estado para Singapur. Hasta el punto de que la isla, tradicionalmente recelosa de la libertad de expresi¨®n, ha aprobado una controvertida ley que otorga al Gobierno el poder de decidir qu¨¦ publicaciones en Internet se ci?en o no a la verdad, afectando tambi¨¦n a los intercambios en redes encriptadas como WhatsApp.
Seg¨²n la nueva ley, aprobada el 8 de mayo, los 20 ministros de la ciudad-Estado asi¨¢tica ostentan el poder de emitir ¨®rdenes de eliminaci¨®n de la publicaci¨®n en cuesti¨®n o pedir correcciones al portal que la recoja si consideran que se trata de una ¡°falsedad deliberada¡± que puede da?ar el inter¨¦s p¨²blico. Los autores de los comentarios que est¨¦n en desacuerdo pueden apelar en los tribunales, sobre quienes pesa la decisi¨®n final de si lo publicado es o no verdad.
La normativa contempla sanciones de hasta un mill¨®n de d¨®lares (892.000 euros, aproximadamente) para los operadores de las p¨¢ginas web y las plataformas de redes sociales que no cumplan con los edictos, y penas de hasta diez a?os de c¨¢rcel para los individuos que publiquen ¡°falsedades con intenci¨®n maliciosa¡±.
¡°La libertad de expresi¨®n no deber¨ªa verse afectada por esta ley. Estamos hablando de falsedades, trolls y bots [bulos malintencionados y mensajes difundidos por m¨¢quinas], cuentas falsas y cosas as¨ª¡±, asegur¨® el ministro de Justicia, K. Shanmugam, promotor de la medida, durante el maratoniano debate parlamentario en el que se acab¨® aprobando la ley. ¡°El buen estado de una sociedad democr¨¢tica depende de que los miembros de esa sociedad ¡ªa?adi¨®¡ª est¨¦n informados, no mal informados¡±.
¡°Internet, bajo el yugo de Gobiernos autoritarios¡±
Pero es precisamente la degradaci¨®n de las libertades democr¨¢ticas a la sombra de esta ley lo que preocupa a acad¨¦micos y grupos de derechos humanos. Phil Robertson, subdirector para Asia de Human Rigths Watch, se refiri¨® a la jornada en la que se vot¨® la normativa como ¡°el d¨ªa en el que la libertad de Internet en el sureste asi¨¢tico qued¨® bajo el yugo de Gobiernos autoritarios¡±. Su temor es que otros pa¨ªses de la regi¨®n ¡ªcomo Indonesia, Malasia y Myanmar, especialmente afectados por la divulgaci¨®n de falsas informaciones en momentos delicados, como elecciones¡ª puedan imitar a Singapur, referente por su desarrollo econ¨®mico para sus vecinos en muchas ¨¢reas.
Por su parte, m¨¢s de cien acad¨¦micos enviaron una carta el pasado mes al ministro de Educaci¨®n, Ong Ye Kung, para advertir de que la ley podr¨ªa desalentar la investigaci¨®n online y amenazar el puesto de Singapur como uno de los pilares mundiales de la innovaci¨®n. Una inquietud compartida por las compa?¨ªas tecnol¨®gicas, directamente afectadas por la medida, con el a?adido de desconocer a¨²n c¨®mo se proceder¨¢ para que redes cifradas como WhatsApp cedan en su abanderada privacidad para obedecer la ley singapurense.
Algunos activistas critican adem¨¢s el poder otorgado a los ministros para determinar qu¨¦ es o no verdad, as¨ª como la vaguedad de la ley al referirse en t¨¦rminos como ¡°falsedades deliberadas¡± o ¡°el inter¨¦s p¨²blico¡±. Ese ¡°inter¨¦s p¨²blico¡±, apunta la normativa, incluye, por ejemplo, la seguridad de Singapur, la protecci¨®n de la salud p¨²blica o las relaciones ¡°amistosas¡± con otros pa¨ªses.
Aunque el Gobierno ha especificado que la ley no se utilizar¨¢ contra opiniones o cr¨ªticas hacia el Ejecutivo, ciertos sectores temen que con ella la libertad de expresi¨®n se vea a¨²n m¨¢s coartada. Singapur ocup¨® el puesto 151, de entre 180 pa¨ªses, en la clasificaci¨®n de libertad de prensa de Reporteros Sin Fronteras de 2018.
Adem¨¢s de ejercer una f¨¦rrea vigilancia sobre los medios de comunicaci¨®n y las editoriales locales, las autoridades singapurenses solo permiten las manifestaciones bajo autorizaci¨®n previa en un punto espec¨ªfico de la ciudad, el llamado ¡°Speakers¡¯ Corner¡± (Rinc¨®n de los Oradores). Gobernado desde su independencia de Malasia en 1965 por el Partido de Acci¨®n Popular (PAP, siglas en ingl¨¦s), Singapur ha construido desde entonces un sistema basado en la apertura econ¨®mica, la atracci¨®n de capital extranjero y el control de las libertades.
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