Impuestos
Es curioso que unos partidos nos ofrecen el cielo, o casi, a base de quitarlos y otros a base de aumentarlos
Cuando alguien se toma la molestia de leerse los programas de los distintos partidos que concurren a las elecciones, acaba teniendo una idea aproximada de lo que proponen, pero no siempre queda claro c¨®mo van a conseguirlo. Saben todos ellos que nos aseguran un futuro mejor pero, en realidad, muy pocos nos explican c¨®mo se va a pagar eso. Porque est¨¢ claro el qui¨¦n: el votante.
Por fortuna hay un m¨¦todo infalible que permite dilucidar si lo que se promete es realizable, dado que los recursos son, ?ay!, limitados. La visi¨®n de los diferentes partidos tiene que ser contrastada para que se pueda creer.
Porque todos, naturalmente, nos ofrecen mejorar la vida que llevamos. Es curioso, sin embargo, que unos nos ofrecen el cielo, o casi, a base de quitar impuestos, y otros a base de aumentarlos. ?A qui¨¦n hacemos caso?
Lo m¨ªo, tengo que reconocerlo, es propio de un nenaza, o sea, que tiendo a no creerme lo de los panes y los peces. Por eso, entre otras razones, voto a la izquierda. No veo de ninguna manera que la sanidad o la educaci¨®n puedan mejorar si no se echa un mont¨®n de dinero en los centros p¨²blicos adecuados. Esperanza Aguirre vendi¨® esa p¨®cima a los madrile?os durante a?os, por ejemplo, y consigui¨® que la Comunidad de Madrid se convirtiera en un para¨ªso fiscal para los millonarios y que los ni?os madrile?os tuvieran la escuela p¨²blica m¨¢s pobre siendo ciudadanos de la Comunidad m¨¢s rica.
De ella, de Esperanza Aguirre, parece haber aprendido Albert Rivera, jefe de Ciudadanos, cuando basa gran parte de su campa?a en los recortes que le va a pegar a los impuestos socialistas.
Ya lo hab¨ªa avisado Rivera, cuando le quit¨® al partido la etiqueta inc¨®moda de socialdem¨®crata. No es en vano el juego de manos con los impuestos. Si uno se hace de derechas tiene que ser consecuente y defender a los ricos, no solo agitar banderas espa?olas, cosa que en la meseta no suele ofender a nadie si no llevan el aguilucho franquista incrustado en el centro.
O sea, que la derecha en la Meseta se queda donde siempre, en lo que les une de verdad, que son los impuestos. Lo de las procesiones y la patria va siempre por zonas. Y es bien cierto, sobre todo desde las guerras carlistas, que la derecha en Espa?a se divide m¨¢s por la bandera que por la presi¨®n fiscal.
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