Los imperdibles de la Bienal de Venecia: ?qu¨¦ ver cuando solo tienes 48 horas?
El festival de arte m¨¢s importante del mundo roza por primera vez en la Arsenale la paridad (con un 46% de representaci¨®n femenina). Las 'fake news', la alerta clim¨¢tica o las fronteras y la migraci¨®n han guiado las propuestas de este a?o
?Qu¨¦ ver en la Bienal de Venecia cuando uno tiene los d¨ªas contados? El vasto programa de exposiciones y eventos organizados en la ciudad de los canales, convertida en capital del arte contempor¨¢neo con la inauguraci¨®n de la 58? edici¨®n de la bienal m¨¢s importante del planeta, es de los que sobrecogen. Adem¨¢s de la muestra internacional organizada por Ralph Rugoff ¡ªel semi¨®logo estadounidense que dirige la Hayward Gallery de Londres desde hace 13 a?os¡ª, y de los concurridos pabellones nacionales que compiten por el Le¨®n de Oro, la ciudad tambi¨¦n condensa un sinf¨ªn de actos paralelos. Esta es una posible gu¨ªa para navegantes.
1. Arsenale: paridad, mentiras e instalaciones de v¨ªdeo
La exposici¨®n comisariada por Rugoff se divide, como es habitual, en las dos sedes de la Bienal: el antiguo astillero del Arsenale y los Giardini, los jardines pegados a la laguna donde se encuentran los pabellones. De las dos mitades, sobresale claramente la primera. De una bienal como la de Venecia se espera algo m¨¢s que una concatenaci¨®n ca¨®tica de nombres de disciplinas variopintas, lo que no quita que en este recorrido por el arte de la mano de 79 creadores de hoy haya obras de una gran calidad.
En los pasillos de hormig¨®n del Arsenale, tapizados esta vez con paneles de madera que sustituyen al tradicional cubo blanco, varios nombres se distancian del pelot¨®n. El brit¨¢nico Ed Atkins presenta con una instalaci¨®n llena de im¨¢genes sint¨¦ticas de tema medieval y un camerino repleto de vestidos de ¨¦poca que parecen salidos de Juego de tronos. Por su parte, Kahlil Joseph destaca con un canal de noticias afroamericano, que compensa el d¨¦ficit de informaci¨®n no perniciosa sobre este colectivo, altamente representado en la muestra (el m¨¢s veterano Arthur Jafa se ha llevado el Le¨®n de Oro al mejor artista con sus ruedas de cami¨®n encadenadas).
La actualidad pol¨ªtica es el tema estrella de la muestra. Ante el auge de las fake news y otras mentiras plausibles, el tailand¨¦s Korakrit Arunanondchai firma una instalaci¨®n de v¨ªdeo que refleja el arraigo de los mitos en la tradici¨®n de su pa¨ªs. El jordano Lawrence Abu Hamdan presenta una serie de pantallas que escupen grabaciones an¨®nimas realizadas durante los enfrentamientos en los Altos del Gol¨¢n en 2011. Adem¨¢s, el keniata Michael Armitage demuestra que la pintura no es una disciplina muerta con su fotoperiodismo al ¨®leo y el turco Tarek Atoui hipnotiza por v¨ªa auditiva con una sala llena de delicados experimentos electroac¨²sticos.
La chipriota Haris Epaminonda, que el s¨¢bado se alz¨® con el Le¨®n de Plata a la mejor artista emergente, parece abrir nuevos caminos para la escultura con sus objetos encontrados que recicla en instalaciones dignas de un cuadro de Giorgio de Chirico. Forma parte del 46% de mujeres incluidas en la exposici¨®n, que roza por primera vez la paridad (una minor¨ªa trata de asuntos emparentados con el feminismo). Destacan las esculturas abstractas de Nicole Eisenman y Carol Bove, pero tambi¨¦n formatos m¨¢s innovadores como la instalaci¨®n futurista de la gran Hito Steyerl o el primer experimento con la realidad virtual de Dominique Gonz¨¢lez-Foerster.
2. Pabellones: sorpresa b¨¢ltica, poder¨ªo franc¨¦s
Los pabellones que representan a los viejos estados-naci¨®n, no sabemos si inmersos en una profunda crisis o en plena regeneraci¨®n, tienen un inter¨¦s variable. La ruta puede empezar por Lituania, que se impuso en la competici¨®n veneciana con una ¨®pera-'performance' para 13 voces que se representa cada s¨¢bado. Es una playa artificial llena de ba?istas que funciona como met¨¢fora de la ceguera voluntaria y el ensimismamiento supino que distingue a nuestro tiempo, que nos impiden darnos cuenta de la emergencia del calentamiento global. El tema tambi¨¦n ocup¨® a otros pabellones, como los de Ruman¨ªa, Luxemburgo, los Emiratos ?rabes o el de la ciudad de Venecia, un t¨²nel de agua que el visitante cruza con los pies descalzos.
Si Lituania logr¨® conquistar el Le¨®n de Oro, tal vez sea Francia la que ha suscitado los mayores elogios durante los primeros d¨ªas de la feria (adem¨¢s de colas de varias horas). El pabell¨®n franc¨¦s es otra instalaci¨®n inmersiva, orquestada por la artista Laure Prouvost, en la que sobresale un largo v¨ªdeo que llama a superar las fronteras nacionales a las que apuntan estos pabellones con un c¨¢ustico sentido de la poes¨ªa.
Tambi¨¦n en los Giardini, merece la pena el pabell¨®n de B¨¦lgica: una instalaci¨®n protagonizada por aut¨®matas que parecen salidos de un cuento de los hermanos Grimm. Desempe?an actividades inquietantes o anacr¨®nicas, como recordando que el ideal supremacista de los ultras europeos es una ficci¨®n deformada.
Otra visita obligada es el pabell¨®n de Ghana, presente en Venecia por primera vez, que incluye a siete artistas del pa¨ªs africano o surgidos de su di¨¢spora. Entre ellos, el veterano escultor El Anatsui, Le¨®n de Honor en 2015; la pintora Lynette Yiadom-Boakye, algo as¨ª como la retratista de moda en el arte actual, con el permiso de la nigeriana Njadika Akunyili Crosby, presente en la exposici¨®n internacional; y el starquitecto David Adjaye, responsable del dise?o del espacio del pabell¨®n: una casa laber¨ªntica hecha con barro.
3. El programa ¡®off¡¯: la alerta clim¨¢tica de Marina Abramovi? y los 'e-mails' de Hillary Clinton
Al margen del programa oficial, las propuestas de arte moderno y contempor¨¢neo se reproducen en todos los rincones de la ciudad. Marina Abramovi?, convertida en recept¨¢culo de grandes amores y odios, experimenta con la realidad virtual con Rising, donde tambi¨¦n alerta sobre el cambio clim¨¢tico y la subida de los niveles marinos, a trav¨¦s de una instalaci¨®n presentada en la galer¨ªa de Ca'Rezzonico. Por su parte, otra superestrella del arte actual como Philippe Parreno tambi¨¦n se interesa por el medio ambiente y estrena una instalaci¨®n en el Espacio Louis Vuitton, centrada en la vida de los microorganismos.
El poeta Kenneth Goldsmith ha ocupado un teatro veneciano con los legendarios correos electr¨®nicos de Hillary Clinton que tanto marcaron la campa?a estadounidense de 2016, cuyos cientos de miles de p¨¢ginas ha dejado a la vista del visitante. Por su parte, el ceramista Edmund de Waal propone una instalaci¨®n en el gueto jud¨ªo. El neoexpresionista alem¨¢n Georg Baselitz se convierte en el primer artista vivo que ocupa las salas de la galer¨ªa de la Academia, a trav¨¦s de una muestra llena de grandes formatos, cabezas del rev¨¦s y paisajes interiores. Mientras tanto, la gran pintora estadounidense Helen Frankenthaler, que falleci¨® en 2011, protagoniza una retrospectiva en el Palazzo Grimani, y el franc¨¦s Jean Dubuffet ocupa el Palazzo Franchetti.
4. Las fundaciones privadas: arte rico, ¡®arte povera¡¯
Las fundaciones privadas tambi¨¦n mueven ficha en Venecia. El millonario franc¨¦s Fran?ois Pinault, fundador del grupo Kering ¡ªcon marcas como Gucci, Balenciaga y Saint Laurent en su haber¡ª, presenta dos muestras en sus museos venecianos: una perturbadora retrospectiva del belga Luc Tuymans en el Palazzo Grassi y una muestra colectiva sobre los di¨¢logos entre artistas, Luogo e Segni, en la Punta della Dogana, con obras de Louise Bourgeois, Roni Horn, Agnes Martin, Anri Sala, F¨¦lix Gonz¨¢lez-Torres o Cerith Wyn Evans.
Por su parte, la Fundaci¨®n Prada propone una retrospectiva de Jannis Kounellis, que form¨® parte del grupo del arte povera en los setenta, al lado de Michelangelo Pistoletto o Giuseppe Penone. Fallecido en 2017, el artista griego afincado en Italia protagoniza ahora una fastuosa exposici¨®n en la que sus obras se confunden con los interiores del palacete dieciochesco que ocupa la fundaci¨®n de Miuccia Prada. Condensa todos sus experimentos con el arte: desde sus carteles publicitarios convertidos en lienzos hasta sus obras elaboradas con yeso, piedras, vidrio, materias textiles y viejos muebles, pasando por instalaciones que despiertan, a trav¨¦s de los olores del caf¨¦ o la grapa, el sentido menos solicitado por el arte contempor¨¢neo: el olfato.
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