"?Quieres hacer el favor de comerte la comida del plato, por favor?". Y entonces empieza la rabieta. Un ni?o que, frente a la comida, dice "no quiero" es un ni?o infeliz. Tampoco son muy felices sus padres, es cierto. Esos mismos padres saben que es f芍cil evitar un berrinche. Tan solo hay que quitar el plato rechazado, sucumbir al chantaje y ceder, y con la claudicaci車n llegar芍 la sonrisa.
Pero si aceptamos el rechazo, nos decimos, si cambiamos por lo de siempre, por una chucher赤a quiz芍, sabemos que estamos condicionando la dieta de nuestros hijos y, a la larga, si seguimos as赤, condicionamos su salud. "Detr芍s de la negativa a un plato se erigen varios mitos que nosotros mismos hemos ayudado a fomentar", dice la doctora Jess Haines en las jornadas The love behind food, organizadas por Danone el pasado ocho y nueve de mayo, en Barcelona. Fue un encuentro 每impulsado por la empresa como celebraci車n de su centenario每 para hablar del amor a la alimentaci車n sana. Un amor que hay que fomentar en las futuras generaciones.
Todos los ni?os enfurru?ados se parecen y todos los padres preocupados tambi谷n. Alrededor de ese ni?o d赤scolo se erigen, como una valla defensiva, varios mitos sobre la alimentaci車n infantil que la doctora Haines quiso desenmascarar en el encuentro. El primero: solo cabe imponerse a los cr赤os o ceder. Pues ni una cosa ni otra. "Hay otra alternativa", dijo. Negociar, seducir, convencer. "Los ni?os, por naturaleza, son un poco tiquismiquis a la hora de comer, ?verdad?", se pregunta en voz alta esta profesora de nutrici車n aplicada de la universidad de Guelph (Canad芍), ante el auditorio de un millar de personas que llenaba el auditorio del Barcelona Disseny Hub. "Pues no es cierto", afirm車 esta cient赤fica con amplia experiencia en epidemiolog赤a de los des車rdenes alimenticios en ni?os y adolescentes.
"Como tampoco es cierto que la comida saludable necesariamente tenga mal sabor para los cr赤os". As赤 derrib車 de golpe la doctora Haines dos creencias sobre la alimentaci車n infantil. Aunque la primera idea, la de que los ni?os son especiales para comer, sea compartida por un sesenta por ciento de las familias y el otro cuarenta por ciento a veces tambi谷n lo piensa, seg迆n confirman las estad赤sticas que manejan la doctora y su equipo. "No es dif赤cil escuchar a un padre o una madre decir que su hijo o hija com赤a de todo hasta que cumpli車 los dos a?os. Entonces empez車 a cambiar. Y puede que sea cierto porque, a los dos a?os 每explic車 la doctora每 los ni?os empiezan a descubrir su individualidad y la capacidad de decir no: no me pongo los zapatos, no quiero ese vestido, o no como lo que tengo en el plato".
Ante tama?a negativa parece que solo hay dos respuestas posibles. La primera, ceder. Cambiar una dieta rica y sana por lo de siempre. Pero la consecuencia es entonces una comida empobrecida y, a la larga, una salud quebradiza. Con sobrepeso en el horizonte.
Una cuesti車n de responsabilidad
La otra respuesta es hacer valer el principio de autoridad. Aplicar la fuerza. Entonces se establece una batalla de voluntades en la mesa en la que, m芍s que triunfadores y derrotados, "gane quien gane, los ni?os o los padres, todos pierden", recalc車 la cient赤fica.
"Lo mejor, en caso de conflicto, es buscar un enfoque que respete al ni?o sin ceder a sus deseos", explic車. Los padres son responsables de qu谷, d車nde y c車mo se consumen los alimentos que ofrecen a sus hijos. Estos, por su parte, los hijos, son responsables de lo que comen y en qu谷 cantidad. "Recomendamos que los padres negocien, y, sea cual sea el resultado, sigan ofreciendo de una manera firme y constante los alimentos que estos han rechazado. Los cr赤os, que dicen que nos les gusta esto o aquello, aceptar芍n al final si la propuesta llega exenta de conflictos". Les podr芍 la curiosidad.
Esta soluci車n viene acompa?ada por la necesidad de expulsar el otro mito sobre la alimentaci車n infantil: que la comida saludable tiene mal sabor para los cr赤os. "No hay que caer en esa trampa", subray車 la doctora. En definitiva, nunca debemos ofrecer una galletita despu谷s de la zanahoria o la verdura, porque los cr赤os, as赤, acaban por sobrevalorar la galleta y despreciar lo dem芍s. "Debemos mostrar en la mesa nuestro entusiasmo personal por la comida variada", dice Haines. "El secreto est芍 en crear las condiciones adecuadas para que los cr赤os exploren nuevos alimentos, que para ellos son nuevos sabores y nuevas texturas".
?C車mo podemos conseguirlo? "Fomentando las comidas familiares", afirm車 la doctora Haines, cuyo primer inter谷s como investigadora de los alimentos fueron los temas relacionados con la prevenci車n de la obesidad en ni?os y adolescentes, y que ahora ha concentrado sus estudios en la intervenci車n diet谷tica relacionada con la familia. Descubrir, en definitiva, las condiciones que fomentan los comportamientos familiares saludables, con especial atenci車n en los ni?os en edad preescolar. La interrelaci車n familiar, a la hora de la comida, mejora la comunicaci車n y otros factores, como el rendimiento escolar. De igual manera, se evitan trastornos de car芍cter psicol車gico y nutricional. "Cuando las familias comen juntas crean una rutina beneficiosa", dijo.
Los beneficios de la comida compartida
Se suele decir, sin embargo, que las comidas familiares requieren mucho trabajo y que, por lo tanto, son dif赤ciles de conseguir. "Es falso", afirm車 la doctora Haines, derribando as赤 otro mito bien asentado. Una comida familiar puede ser algo tan sencillo como comer una tortilla compartida, unos cereales o un yogur y fruta para todos. No tiene que ser un 芍gape complejo. Lo importante es la variedad de la dieta y establecer un tiempo compartido de calidad. "La comida familiar tiene que ser un h芍bito", asegur車.
Y detr芍s de todo, el snack es un alimento trampa que generalmente se utiliza para satisfacer temporalmente el hambre: las chucher赤as fuera de horas. A los padres les preocupa la comida de sus hijos, pero al parecer las chucher赤as no tanto. Una chucher赤a de vez en cuando no cuenta, se suele decir. Pero el equipo de la doctora Haines ha descubierto que, en la alimentaci車n de un cr赤o, esas chucher赤as fuera de horas pueden llegar a representar un tercio de su ingesta cal車rica y, en general, un snack tiene un pobre valor alimenticio. Bien al contrario, suma riesgo de obesidad.
?C車mo acabar entonces con esa tendencia? Muy sencillo, dijo la doctora. Imponiendo el snack saludable. "Debemos crear un ecosistema alimenticio responsable", afirm車. "No negar el snack, sino transformarlo. Que los alimentos saludables y nutricionalmente ricos sean visibles, que est谷n al alcance de la mano de los cr赤os. Que la fruta entre por los ojos, que otros alimentos saludables tambi谷n lo consigan. ?C車mo? Situ芍ndolos en un lugar preferente, especialmente en el refrigerador. Sin poner trabas injustificadas a su consumo". "As赤 los alimentos 'buenos' podr芍n competir con los de alto contenido cal車rico y bajo valor nutricional", afirm車.
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