Una nota de silencio
La m¨²sica de Antonio Vega sigue viva. Diez a?os despu¨¦s de su muerte, su obra, seg¨²n el autor, se ha desnudado para volverse incontestable
QUERIDO ANTONIO.
Te veo. En tu nave de patrullero intergal¨¢ctico, con un ojo en los mapas y otro en el vac¨ªo exterior. No tengo claro si tu receptor podr¨¢ descifrar mensajes terrestres, y te veo atareado, disculpa, pero son ya 10 a?os desde que despegaste y han pasado unas cuantas cosas desde entonces.
La gente te echa de menos y, como no est¨¢s, le da por escuchar tus canciones. Ya casi nadie pone discos, pero YouTube y Spotify no te han tratado mal. Me aventurar¨ªa a decir que La chica de ayer ya no es tu canci¨®n m¨¢s conocida, y si no que se lo pregunten a todos tus fans en Latinoam¨¦rica. Lucha de gigantes podr¨ªa ser el himno de cualquier revoluci¨®n que se precie, y quedan unas cuantas por hacer.
Con la letra A de tu nombre y con ese deje intimista de tus composiciones te has colado de lleno en primera l¨ªnea del cancionero espa?ol, sin la menor impostura. Y va a m¨¢s¡ Muchos artistas, grupos, solistas han ca¨ªdo rendidos a tu buen hacer y existen cientos de versiones de tus canciones. Homenajes de todo tipo, m¨¢s acertados que oportunistas, van desgranando tu repertorio y los mel¨®manos m¨¢s j¨®venes alucinan contigo: ?Qui¨¦n es este t¨ªo, de d¨®nde sale y d¨®nde lo meto? Ese Antonio inclasificable¡ No te r¨ªas, ya s¨¦ que te gusta, tambi¨¦n que eres un piloto fiable, pero lo que tienes delante parece un campo de asteroides. Por cierto, los chicos se han subido a hacer el reper, en el caf¨¦ Berl¨ªn. Falta tu toque, of course, ese magnetismo que hac¨ªa del silencio una nota m¨¢s, pero suena de muerte, te tienen ensayadito. ?Qu¨¦ m¨¢s se puede pedir?
Si te digo la verdad, Seda y hierro, Desordenada habitaci¨®n, El sitio¡, qu¨¦ textos tan bellos, parecen haberse desnudado con el paso del tiempo para mostrarse como son, incontestables, como esas columnas griegas o romanas que se mantienen en pie, emocionantes a la vez que impert¨¦rritas. Como el trigo a final del verano. Puro grano.
Nos hemos juntado estos ¨²ltimos d¨ªas alrededor de tus canciones, de todas. ?Nos hemos le¨ªdo todas las letras de tus canciones! Ja, ja, ja, ?te imaginas? Ha salido de todo, c¨®mo hemos re¨ªdo. Y llorado, men, y llorado. He escuchado comentarios de texto a Cada uno su raz¨®n, por poner un ejemplo, tan dispares, que parecen abarcar autores y ¨¦pocas distintos, de G¨®ngora a Lautr¨¦amont. Dif¨ªcil ponerse de acuerdo con tus letras, con todo. Ya, ya s¨¦ que te encanta. Esas hermosas y sugerentes secuencias de signos que nos desvelan tanto como nos tapan rasgos de tu personalidad. El consenso: valor literario total. El resultado: una obra legendaria. Y, m¨¢s de cerca, ese chiquillo que ama la f¨ªsica y las matem¨¢ticas e intenta explicar la geometr¨ªa del espacio-tiempo y su concepto del universo a trav¨¦s de las seis cuerdas de su guitarra.
S¨ª, s¨ª, ya te dejo, no te apures, una cosa m¨¢s, el ¨²ltimo premio Nobel de matem¨¢ticas es por primera vez una mujer. ?Sabes qu¨¦ dijo, ya condecorada, acerca de sus trabajos?
¡°Soy matem¨¢tica. Los matem¨¢ticos hacemos investigaciones ex¨®ticas, as¨ª que es dif¨ªcil describir exactamente lo que hago en t¨¦rminos sencillos¡±. ?Te gusta? Y, si no, ?por qu¨¦ te r¨ªes??
David Villanueva es editor de Demipage y acaba de publicar ?Y si pongo otra palabra?
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