Dal¨ª y la proporci¨®n ¨¢urea
El pintor demostr¨® c¨®mo el cuadro 'La encajera' de Vermeer es un cuerno de rinoceronte
Dal¨ª pens¨® la realidad y la traslad¨® al lienzo. Con ello mostr¨® que la inteligibilidad cient¨ªfica es de una rara belleza. Por decirlo de otra manera, Dal¨ª demostr¨® que su pintura es ciencia matem¨¢tica en colores. Vamos a verlo a trav¨¦s del recurso que utiliz¨® en muchas de sus obras; una medici¨®n que le sirvi¨® para explorar la geometr¨ªa hasta identificarla con la naturaleza. Nos referimos a la proporci¨®n ¨¢urea.
Tal vez, donde mejor queda expuesta dicha proporci¨®n es en su cuadro titulado?Semitaza gigante volante. Tomando el dibujo de la taza, podemos trazar de manera imaginaria una sucesi¨®n de rect¨¢ngulos en los que no resultar¨ªa dif¨ªcil unir sus v¨¦rtices. As¨ª hacemos hasta conseguir una espiral ¨¢urea que acabar¨¢ difumin¨¢ndose en la l¨ªnea de sombra dominante en la parte alta del cuadro.
Para quien no lo sepa, la representaci¨®n gr¨¢fica de la proporci¨®n ¨¢urea se consigue trazando un rect¨¢ngulo que, a su vez, se va dividiendo a partir de una serie num¨¦rica conocida como Sucesi¨®n de Fibonacci. Dicha progresi¨®n se obtiene sumando pares de n¨²meros naturales a partir de los n¨²meros 1 y 1, hasta el infinito.
1+1=2; 1+2=3; 2+3=5; 3+5=8; 5+8=13....
Seg¨²n la Sucesi¨®n de Fibonacci, la numeraci¨®n quedar¨ªa de la siguiente manera:
1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, 233...
Una vez que hemos dividido el rect¨¢ngulo a partir de esta sucesi¨®n num¨¦rica, unimos algunos de sus v¨¦rtices con una linea espiralada hasta obtener la imagen de la proporci¨®n ¨¢urea. Para quien no lo sepa, se trata de la misma proporci¨®n que aparece en la naturaleza dando forma geom¨¦trica a girasoles, tornados y galaxias, as¨ª como a la concha de algunos moluscos o al cuerno del rinoceronte. Esto ¨²ltimo lo demostrar¨ªa Dal¨ª con una exhibici¨®n en el zool¨®gico de Par¨ªs donde, una vez m¨¢s, el pintor hizo gala de su extravagancia.
Todo empez¨® con la propuesta de hacer una r¨¦plica de La encajera, el famoso cuadro del pintor holand¨¦s Johannes Vermeer. El pintor Salvador Dal¨ª aceptar¨ªa la oferta y se puso en el Louvre frente al cuadro. A ojo de buen cubero y con ayuda de su propio bast¨®n, Dal¨ª fue tomando medidas de la pintura original de Vermeer. Una vez llevadas las proporciones al lienzo en blanco, Dal¨ª se llev¨® los dedos a las puntas de su bigote, sorprendido ante el hallazgo de que el cuerno de rinoceronte ten¨ªa la divina proporci¨®n, pues, en vez de la tejedora que hab¨ªa querido copiar, los trazos sobre su lienzo se correspond¨ªan con cuernos de rinoceronte.
¡°Al fin me daba cuenta de que mi intuici¨®n hab¨ªa coincidido y alcanzado las curvas logar¨ªtmicas del cuadro que dibujaban exactamente unos cuernos de rinoceronte.¡±, escribir¨ªa tiempo despu¨¦s, tras el descubrimiento que ven¨ªa a evidenciar que el artista estaba en posesi¨®n de la verdad cient¨ªfica. Para demostrarlo, Dal¨ª propuso llevar su r¨¦plica del Vermeer hasta el zool¨®gico y ponerla frente a un rinoceronte para estudiar la respuesta del animal. El pintor aseguraba que el rinoceronte no embestir¨ªa la tela y que, en su lugar, el rinoceronte se dar¨ªa la vuelta ante el arte de Vermeer.
Para comprobarlo, Dal¨ª se llev¨® la r¨¦plica del Vermeer hasta el zool¨®gico de Par¨ªs y, ante la sorpresa de la gente all¨ª reunida, el rinoceronte no se lanz¨® sobre el lienzo, sino que lo mir¨® unos segundos y dio unos pasos hacia atr¨¢s para finalizar d¨¢ndose la vuelta. Tal y como asegur¨® Dal¨ª, La encajera de Vermeer es un ¡°perfecto cuerno de rinoceronte¡±
Con esto, queda demostrado que arte y ciencia se identifican por ser ambas formas de conocimiento, siendo as¨ª que en los cuadros de Dal¨ª no podemos separar un concepto de otro. Con todo, como dir¨ªa Jorge Wagensberg, mejor subirse a un avi¨®n dise?ado por un cient¨ªfico que a otro ideado por un pintor como Salvador Dal¨ª.
El hacha de piedra es una secci¨®n donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad cient¨ªfica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.
Puedes seguir a MATERIA en Facebook, Twitter, Instagram o suscribirte aqu¨ª a nuestra Newsletter
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.