Lidiar con el estr¨¦s de criar a un hijo
Tener un ni?o o ni?a es una de las experiencias m¨¢s bonitas e intensas que podemos vivir, pero no podemos negar que requiere mucha energ¨ªa
Tener un hijo es una de las experiencias m¨¢s bonitas e intensas que podemos vivir, pero no podemos negar que la crianza requiere mucha energ¨ªa y que en algunas ocasiones, nos conduce a unos niveles de estr¨¦s elevados.
Desde que aparece la primera rayita en el test de embarazo comienza el tsunami emocional, en el que la felicidad se mezcla con el miedo a no ser capaces de asumir tal responsabilidad. De pronto nos vemos con un beb¨¦ en nuestros brazos absolutamente dependiente de nuestros cuidados y necesitado de un amor incondicional y conscientes, a medida que crecen, de no ser capaces de llegar a todo. Padres de hijos adolescentes advierten de que lo realmente complejo llega m¨¢s tarde.
Y as¨ª nos pasamos cada etapa pensando que la crisis de la lactancia, los terribles dos a?os, las rabietas, los deberes¡ son lo m¨¢s dif¨ªcil que podemos encontrar en la maravillosa tarea de ser padres.
Muchos otros factores lejos de las emociones y el querer condicionan sobremanera y dificultan tener hijos: la conciliaci¨®n laboral ( si es que existe ), los horarios de trabajo, la escasa baja de maternidad y paternidad, la invisibilidad de la labor de los cuidados, la maternidad y paternidad tard¨ªa,¡ y as¨ª podr¨ªamos llegar a una lista interminable de factores sociales que intervienen haciendo de la crianza una pr¨¢ctica compleja.
Superpap¨¢s y mam¨¢s con manual de instrucciones, cada vez m¨¢s informados, pero m¨¢s superados, que tienen como modelos los influencers de Instagram de familias perfectas con cuerpos de pel¨ªcula y tiempo para ir al gimnasio, siempre perfectos y felices. Padres cada vez m¨¢s presionados por un ideal de perfecci¨®n absurda e inalcanzable.
Pero los padres reales nos equivocamos, no somos perfectos, tenemos ojeras y michelines, nos cansamos, nos desbordamos y frustramos.
Un nivel elevado de auto exigencia, que acaba con cualquiera, cuando lo que realmente necesitan los ni?os NO son padres perfectos sino padres felices.
Aceptar que las cosas saldr¨¢n mal. No siempre funciona lo mismo con los ni?os ni todas las veces que lo intentamos.
Nos equivocamos, somos humanos. Consideremos cada error siempre como una oportunidad de aprendizaje, este es el mejor mensaje que podemos trasladar a nuestros hijos.
Eduquemos desde la responsabilidad con el reconocimiento de nuestros propios l¨ªmites y como no, los de nuestros hijos. A veces no podemos con todo y est¨¢ bien.
Criemos con sentido com¨²n, haciendo caso al instinto que nunca falla y del que a veces dudamos, alejados de los consejos que nunca pedimos y que siempre nos dan, las cr¨ªticas y las comparaciones.
Lo mejor para tu hijo no tiene reglas fijas, lo mejor para ellos siempre ser¨¢s t¨².
Recordemos la importancia de establecer prioridades. No es necesario que sus camisetas est¨¦n perfectamente planchadas, no pasa nada si la casa no est¨¢ siempre limpia y ordenada o s¨ª ese d¨ªa no tuviste tiempo para ba?arlo.
Pidamos ayuda si es necesario, para poder volver a reconectar con uno mismo y con la pareja, buscar nuestro espacio. Cuidarse no es ego¨ªsmo ?es una necesidad!
Intentemos des estresarnos involucrando a todos los miembros de la familia. Con la colaboraci¨®n de todos. Permitiendo a los ni?os realizar algunas tareas en casa y no haciendo las cosas por ellos, sino CON ellos.
Disfrutemos de cada momento¡ apagando los m¨®viles, saliendo d¨ªa antes del trabajo y sorprenderles, planear excursiones en familia, comer juntos y dialogar, abrazar, hacerse cosquillas, cocinar juntos, dejar que se manchen, ba?arse en la piscina de noche, dejar fluir¡
Y por ¨²ltimo, soltemos ese sentimiento de culpa que a veces nos golpea sin medida a los padres y no nos permite disfrutar de nuestros hijos.
"Si una sociedad valora a sus ni?os deber¨¢ cuidar a sus padres como tesoros¡± J .Bowlby
*Ruth Alfonso Arias. Educadora Infantil. Educadora de familias de Disciplina Positiva.
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