Los m¨¦dicos revisan el cerebro de diplom¨¢ticos de EE UU que alertaron de supuestos ataques s¨®nicos
Un estudio halla diferencias cerebrales en personal de la embajada en La Habana que hab¨ªa sufrido p¨¦rdida de audici¨®n, equilibrio o habilidades cognitivas
Entre finales de 2016 y principios de 2018, personal de la embajada de EE UU en La Habana (Cuba) relat¨® sufrir misteriosos s¨ªntomas (p¨¦rdida de visi¨®n, mareos, deterioro cognitivo...). Muchos dijeron que los problemas aparecieron tras o¨ªr un intenso y persistente sonido. Aunque aquel ruido result¨® ser cosa de grillos en celo y un informe de expertos cubanos habl¨® de un "trastorno psicog¨¦nico colectivo", la historia no ha terminado. Ahora, una prestigiosa revista m¨¦dica estadounidense publica un estudio que muestra diferencias en el cerebro de los afectados por lo que Washington llam¨® "ataques s¨®nicos". Pero varios expertos son muy cr¨ªticos con la investigaci¨®n.
Tras retirar al personal no esencial y a sus familias de la embajada, a finales de 2017, el Gobierno de EE UU envi¨® a los supuestos afectados a revisi¨®n m¨¦dica a la Escuela Perelman de Medicina de la Universidad de Pensilvania. La lista de s¨ªntomas de este extra?o s¨ªndrome era larga: p¨¦rdida de audici¨®n, mareos, ac¨²fenos, dificultad para mantener el equilibrio, problemas de visi¨®n y para conciliar el sue?o, jaquecas o deterioro cognitivo. Entonces los especialistas mantuvieron que "estas personas parec¨ªan tener un trauma prolongada en una variedad de redes cerebrales sin un historial asociado de traumatismo craneoencef¨¢lico", es decir, una conmoci¨®n cerebral pero sin golpe en la cabeza.
Ahora, la revista JAMA publica una continuaci¨®n de aquel trabajo. Pero esta vez se basa en el escaneo del cerebro de 40 personas afectadas, entre diplom¨¢ticos y familiares, y su comparaci¨®n con las neuroim¨¢genes obtenidas de una muestra similar (edad, raza, formaci¨®n...) pero que nunca estuvieron en La Habana. Los autores usaron tres t¨¦cnicas de neuroimagen diferentes para medir registrar distintos par¨¢metros cerebrales: determinar el volumen total y regional de materia gris (c¨¦lulas nerviosas) y materia blanca (mielina), integridad de los tejidos neuronales del cerebelo o la conexi¨®n funcional entre las redes que tienen que ver con la audici¨®n, la visi¨®n, o el equilibrio.
Al comparar ambos grupos de im¨¢genes, los autores del estudio no encontraron diferencias significativas en materia gris. De hecho, los diplom¨¢ticos ten¨ªan algo m¨¢s. Pero en cuanto a la materia blanca, el espacio en el que se producen las conexiones entre c¨¦lulas nerviosas, el volumen medio entre los que estuvieron en La Habana era de 542,22 cent¨ªmetros c¨²bicos (cm3) frente a los 569,61 cm3 del grupo de control. Esta sustancia blanca es el verdadero sost¨¦n de la arquitectura cerebral.
El cerebro de los diplom¨¢ticos ten¨ªa menor volumen de materia blanca (mielina) pero m¨¢s materia gris (c¨¦lulas nerviosas)
Usando una t¨¦cnica para medir la difusi¨®n del agua dentro de las c¨¦lulas, los cient¨ªficos tambi¨¦n vieron que era menor en ¨¢reas del cerebelo de los diplom¨¢ticos. Esta parte del enc¨¦falo, ubicada en la parte posterior e inferior de la cabeza, tiene como funci¨®n principal dotar de coordinaci¨®n y equilibrio a los movimientos y cambios de postura, adem¨¢s de otras respuestas no conscientes como la oculomotora, para fijar la mirada u orientar la visi¨®n. Por ¨²ltimo, tambi¨¦n encontraron una menor conectividad dentro y entre las redes cerebrales que reciben, procesan e interpretan los est¨ªmulos auditivos y espaciovisuales.
"Los resultados del estudio, en especial los del cerebelo, son destacables, ya que varios de los pacientes evaluados mostraron alteraciones en el sentido del equilibrio y el movimiento coordinado de los ojos", dice en una nota el profesor de medicina f¨ªsica y rehabilitaci¨®n y coautor del estudio Randel Swanson. Los investigadores destacan que no hay algo similar en la literatura m¨¦dica, por lo que se podr¨ªa estar ante un nuevo s¨ªndrome.
Pero este tambi¨¦n es el punto m¨¢s comprometido del estudio: la vinculaci¨®n entre las diferencias observadas con los problemas relatados por los que sufrieron los supuestos ataques s¨®nicos. De hecho, en una submuestra de 28 de los estudiados que a¨²n ten¨ªan alguno de los s¨ªntomas en el momento de la investigaci¨®n, los investigadores apenas encontraron una correlaci¨®n entre manifestaci¨®n cl¨ªnica y diferencias en las neuroim¨¢genes.
"Un menor volumen de sustancia blanca, donde tienen lugar las conexiones entre las neuronas, puede estar causado por una enfermedad neurodegenerativa, envejecimiento o un traumatismo craneoencef¨¢lico", comenta el neur¨®logo Juan Carlos Portilla, vocal de la Sociedad Espa?ola de Neurolog¨ªa. "Pero no encuentran correlaci¨®n cl¨ªnica con este volumen disminuido", a?ade. Adem¨¢s, como confirma Portilla, el proceso podr¨ªa ser a la inversa: una menor de la actividad cerebral, por el motivo que fuera, podr¨ªa conllevar una reducci¨®n de mielina en el cerebro.
Varios expertos critican los m¨¦todos y conclusiones del estudio y niegan que puedan relacionarse con alguna misteriosa arma
Portilla, que considera valioso el estudio, destaca la dificultad de determinar la relaci¨®n de causa efecto entre las diferencias observadas y los s¨ªntomas cl¨ªnicos relatados por los afectados. "La mayor¨ªa del cuadro recuerda a los s¨ªntomas de las conmociones cerebrales leves, pero los hallazgos de las resonancias no se pueden extrapolar y comparar con otra patolog¨ªa conocida". Adem¨¢s, cree que el tiempo pasado entre los supuestos ataques y la toma de neuroim¨¢genes o la comparaci¨®n entre dos grupos que no son realmente iguales dificultan interpretar sus resultados. As¨ª que "sigue el misterio, tambi¨¦n el cient¨ªfico", concluye el neur¨®lo espa?ol.
Tambi¨¦n es muy cr¨ªtico el profesor de neuropsicolog¨ªa de la Universidad de Edimburgo Sergio Della Sala:"Los datos son retrospectivos [como ya apuntaba Portilla]. Las diferencias podr¨ªan ser esp¨²reas debidas a la hetereogeneidad de la poblaci¨®n cl¨ªnica y a la falta de idoneidad del grupo de control. Podr¨ªan deberse a variables independientes de la exposici¨®n real a los sonidos, como el hecho de que el grupo de pacientes se sometiera a un periodo de rehabilitaci¨®n, por lo que las diferencias observadas podr¨ªan estar provocadas por la diferente exposici¨®n a un entrenamiento cerebral entre pacientes y grupo de control", explica Della Sala.
El tambi¨¦n editor de la revista especializada Cortex no se explica la publicaci¨®n de este trabajo: "JAMA es una revista muy respetada, una de las mejores. Su equipo editorial es de primera clase. Que hayan decidido publicar datos que necesitar¨ªan un mayor control es m¨¢s misterioso que la forma en la que unos sonidos no identificados puedan provocar alteraciones cerebrales espec¨ªficamente a diplom¨¢ticos de EE UU".
En la misma l¨ªnea va el profesor de im¨¢genes m¨¦dicas del University College de Londres Derek Hil, que dice en una nota: "Este exhaustivo trabajo es intrigante pero no concluyente: puede proporcionar evidencias de que se produjeron cambios cerebrales tras la exposici¨®n a un arma en Cuba. Pero los resultados deben tratarse con cuidado. El trabajo por s¨ª mismo no prueba que haya da?o cerebral y mucho menos nos dice lo que realmente le sucedi¨® al personal de Estados Unidos en Cuba".
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